Collboni cierra su ronda de contactos con Trias, Colau, Maragall y Sirera

El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, ha cerrado este miércoles la ronda de contactos que anunció con los jefes de los grupos municipales de la oposición, con la excepción del de Vox, Gonzalo de Oro Pulido, al que el regidor ya anunció que no incluiría.

Collboni inició los encuentros el pasado lunes con el exalcalde Xavier Trias, el ganador de las elecciones del 28 de mayo, al que el socialista dejó sin alcaldía a última hora al recibir ‘in extremis’ el apoyo de Barcelona en Comú y el PP.

Tras la reunión con Trias, Collboni se ha visto este miércoles a las 11.00 y por espacio de una hora con la exalcaldesa Ada Colau, su socia durante el mandato anterior y durante año y medio del periodo 2015-2019.

Sesión de tarde

A las 13.30 le ha llegado el turno al jefe de filas del PP en el consistorio, Daniel Sirera, con quien también han mantenido un encuentro de cerca de una hora. Y por la tarde, pasadas las cinco, el alcalde ha recibido al presidente del grupo de ERC, Ernest Maragall, con quien ha departido hasta las 18.15.

Los encuentros han sido calificados de cordiales por todas las partes, y aunque no han trascendido detalles las fuentes implicadas sostienen que por ahora no se han abordado planes decisivos de futuro.

Porque la pregunta es clara: cuándo y cómo abordará Collboni la forma de lograr más apoyo para su gobierno, que con solo los 10 concejales socialistas tiene dos problemas evidentes: por un lado, el equipo es claramente limitado para gestionar las áreas del Ejecutivo local y los 10 distritos de la ciudad, y por otro, el número es insuficiente para sacar adelante votaciones en el plenario.

Dos hojas de ruta posibles

De entrada, el alcalde tiene ante sí dos posibles caminos. Uno sería alcanzar una alianza con Junts. La aritmética aplaudiría esa opción: los dos grupos suman 21 ediles, los que marcan la mayoría absoluta, por lo que podrían gestionar el mandato sin requerir más respaldo.

Es un escenario que se veía muy lejano tras la investidura, tan traumática para Junts y ERC, que ya tenían un pacto de gobierno concretado, y que lo iban a presentar el mismo sábado 17 de junio después de la investidura. Pero todo saltó por los aires una hora antes del inicio del acto, al conocerse que Barcelona en Comú borraba de sopetón su línea roja de compartir votación con el PP y optaba por apoyar al PSC, lo que junto con los votos de los de Sirera hizo alcalde al socialista.

Junts y Pedro Sánchez

Pero el desenlace de las elecciones generales del 23 de julio, que convierte a Junts en el juez que decidirá si Pedro Sánchez es investido o si se repiten los elecciones por la imposibilidad de que uno de los candidatos pueda formar el nuevo Gobierno central, generó una situación nueva.

De entrada, se especuló con que en el marco de un hipotético acuerdo Junts-PSOE se incluyera el Ayuntamiento de Barcelona, y que Trias se convirtiera en alcalde gracias a ese pacto. Algo que Trias descartó el mismo lunes, al asegurar que una situación no tiene nada que ver con la otra.

El tripartito de izquierdas

La otra opción de Collboni es apostar por la entrada de Barcelona en Comú en su gobierno. Eso le daría un equipo de 19 concejales, que pese no llegar a la mayoría absoluta no sería una mala cifra, aunque todavía faltaría como mínimo otro grupo para salvar votaciones.

De hecho, los que apuestan por que esa será la hoja de ruta del PSC, creen que también intentará que ERC se sume a la alianza, formando el tripartito de izquierdas que por ahora nunca se ha concretado por los vetos cruzados de republicanos y socialistas. Todo indica que hasta que pase el mes de agosto no se concretará ninguna de las dos vías.

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