Polémico mirador

Tercer día de cierre en los búnkers del Carmel de Barcelona: desfile de turistas alrededor del vallado

El ayuntamiento anuncia más medidas para disuadir a los visitantes, pero sabe que el cambio no será inmediato

Último atardecer en los búnkers del Carmel de Barcelona: “Es culpa de los turistas"

VÍDEO | Así se cuelan los turistas en el Turó de la Rovira 'cerrado'

Turistas se acumulan en el exterior de las vallas que rodean los búnkers del Carmel de Barcelona

Turistas se acumulan en el exterior de las vallas que rodean los búnkers del Carmel de Barcelona / Jordi Otix

Gisela Macedo

Gisela Macedo

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¿Estás segura de que cierran? No lo creo, he visto fotos y vídeos de gente aquí por la noche”, responden Damian, Wiktor y Dominik, tres turistas polacos que este jueves por la tarde han subido a los búnkers del Carmel de Barcelona con la intención de “quedarse a ver las luces de la ciudad”. Pero no va a ser posible. Son las 19:15 h y, en cinco minutos, los agentes de la Guardia Urbana los habrán echado, porque a y media ya no puede quedar nadie en el mirador. 

Al igual que estos tres amigos, la inmensa mayoría de personas que han ido al Turó de la Rovira este jueves ignoraban las nuevas restricciones, vigentes desde el pasado martes. El mirador cierra de 19:30 a 09:00 h para evitar fiestas y molestias vecinales, pero el desconocimiento por parte de los extranjeros provoca que, por ahora, sigan llegando en manada a la hora del atardecer. Algunos, pocos, lo han sabido cuando ya estaban de camino: “Ya estábamos en el autobús y el conductor nos ha informado”, cuentan un grupo de chicas suizas que han llegado poco antes de la hora de la clausura.

Desalojo, decepción y alternativa

A las 19:20 h, el primer policía hace sonar el silbato y levanta la voz: “Señores, hay que irse ya. Va a cerrar”, proclama el agente mientras sus compañeros van de grupo en grupo propagando el mensaje. A pesar de la decepción, los presentes hacen caso y salen de forma ordenada. Algunos se quedan un poco más, apurando las últimas fotografías con el ‘skyline’ de fondo. Mientras, se produce un desfile de jóvenes -y alguna familia-, muchos de ellos equipados con comida y bebida, porque tenían la intención quedarse un buen rato. A los tres minutos ya no queda casi nadie; a los diez, el lugar está desierto. Pero esto aún no ha terminado.

La Guardia Urbana desaloja los búnkers del Carmel de Barcelona

La Guardia Urbana desaloja los búnkers del Carmel de Barcelona / Jordi Otix

La Guardia Urbana desaloja los búnkers del Carmel de Barcelona

La Guardia Urbana desaloja los búnkers del Carmel de Barcelona / Jordi Otix

Cuando cierra el mirador, falta algo más de una hora para que se ponga el sol en Barcelona; momento clave en el que se produce el pico de visitantes. Esto provoca que, tras la clausura, comience un constante desfile de turistas que llegan, se encuentran con unos policías que les dicen “It’s closed”, sin mucha más explicación, y que les fastidian el plan. Las caras son un poema.

Turistas se enteran del cierre de los búnkers del Carmel al llegar a la puerta principal

Turistas se enteran del cierre de los búnkers del Carmel al llegar a la puerta principal / Jordi Otix

Turistas se enteran del cierre de los búnkers del Carmel al llegar a la puerta principal

Turistas se enteran del cierre de los búnkers del Carmel al llegar a la puerta principal / Jordi Otix

Turistas se enteran del cierre de los búnkers del Carmel al llegar a la puerta principal

Turistas se enteran del cierre de los búnkers del Carmel al llegar a la puerta principal / Jordi Otix

Es poco probable que estas personas vayan a dar media vuelta para volver por donde han venido. Y es que este no es un lugar que venga de paso. Han venido expresamente y no van a marcharse sin sus vistas y sus birras; así que toca buscar la alternativa. Cargados con sus pizzas, bocadillos, botellas de vino y/o latas de cerveza, los visitantes emprenden un nuevo camino rodeando el vallado, hasta dar con un sitio donde sentarse (o no) a contemplar las vistas.

Un rato después, el exterior de la verja estaba abarrotado de gente. Eso sí, en esta ocasión, ninguno de ellos se ha aventurado a saltar el cerco, como sí ha ocurrido durante los tres días anteriores. Quizás ha sido por la publicación de vídeos que muestran cómo algunos turistas saltan, que este jueves la Guardia Urbana se ha quedado mucho más rato vigilando la entrada principal.

Turistas se acumulan en el exterior de las vallas que rodean los búnkers del Carmel de Barcelona

Turistas se acumulan en el exterior de las vallas que rodean los búnkers del Carmel de Barcelona / Jordi Otix

Turistas se acumulan en el exterior de las vallas que rodean los búnkers del Carmel de Barcelona

Turistas se acumulan en el exterior de las vallas que rodean los búnkers del Carmel de Barcelona / Jordi Otix

Nuevas medidas disuasorias

A ojos de los vecinos, estas escenas “confirman” su teoría de que la valla es “insuficiente”. El Consell Veïnal del Turó de la Rovira ha cargado contra la concejala del distrito de Horta-Guinardó, Rosa Alarcón, y este sábado ha convocado una protesta reclamando acciones “efectivas” con las que impedir el acceso a los búnkers del Carmel.

Sobre este asunto, Alarcón ha asegurado a los medios que es "muy consciente de que el problema no está resuelto”, pero también pedido que se reconozca que la situación está “mucho mejor que hace un mes”, cuando se puso en marcha un dispositivo especial de la Guardia Urbana para poner fin a las fiestas ilegales y botellones que habitualmente se organizaban en el lugar.

Turistas se acumulan en el exterior de las vallas que rodean los búnkers del Carmel de Barcelona

Turistas se acumulan en el exterior de las vallas que rodean los búnkers del Carmel de Barcelona / Jordi Otix

La concejala ha afirmado también que, a pesar de la picaresca, la valla sí está “disuadiendo” a los turistas de visitar este mirador a partir de cierta hora, y que los que saltan “se arriesgan a llevarse una multa”. El primer día de cierre (el 2 de mayo) se pusieron dos sanciones. No obstante, queda la incógnita de si estas sanciones llegarán realmente a sus destinatarios, en el caso de que residan en otros países.

Igualmente, fuentes municipales recuerdan que la denuncia por entrar a los búnkers del Carmel tras el cierre tiene una sanción de 300 euros, y que, en el caso de consumir alcohol en la vía pública, la multa puede ir de los 100 a los 600 euros

El Ayuntamiento de Barcelona espera que, con el paso de los días, este problema se vaya diluyendo, a medida que los visitantes vayan conociendo los nuevos horarios. Para ello, el consistorio asegura que ha pedido a hoteles y apartamentos turísticos que comuniquen a sus huéspedes cuándo no deben visitar este lugar. Asimismo, Alarcón ha asegurado que la entidad municipal Turisme Barcelonaestá trabajando para que esta información llegue lo antes posible a los turistas para que no usen este espacio por la noche”.

También, a partir de esta semana, todos los viernes, sábados, domingos y vísperas de festivos se desplegarán agentes cívicos por los alrededores de los búnkers desde las 17:00 hasta las 21:00 h, con el cometido de explicar a las personas que lleguen al lugar que el recinto está cerrado. Estos estarán acompañados de agentes de la Guardia Urbana.

Con todo, la concejala del distrito ha insistido en que "el cambio no será de un día para el otro” y que es necesario “seguir trabajando”, para resolver un conflicto que comenzó a gestarse hace diez años, cuando el gobierno de Trias trató de descentralizar el turismo en Barcelona; una acción que, para ella, se hizo “sin gobernanza”, y que ha provocado este descontrol en el Turó de la Rovira, un mirador que muere de éxito.