Exceso de éxito

Vecinos y comerciantes de Sant Antoni piden trasladar el punto de intercambio y venta de cromos

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Afluencia de personas en la zona de intercambio de cromos de Sant Antoni, la semana pasada.

Afluencia de personas en la zona de intercambio de cromos de Sant Antoni, la semana pasada. / EL PERIÓDICO

Patricia Castán

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Francesc llevaba semanas invirtiendo un dineral en cromos de Adrenalyn (Momentum Oro) en busca del único que le faltaba a su hijo Max, hasta que optó por desembolsar 20 euros por el retrato de Benzema que culminaba el álbum. Le salía más barato que seguir comprando sobres con ejemplares repetidos. Como él, cientos de progenitores peregrinan al mercado dominical de Sant Antoni dando continuidad a una actividad de intercambio entrañable e histórica, pero que desde hace meses vive puntas de masificación que convierten en intransitable el eje de Urgell con Tamarit y donde se ha multiplicado el negocio paralelo de la venta no reglada. Hasta el punto de que vecinos y comerciantes claman por el traslado de esta actividad a la parte de la ronda de Sant Antoni (ya sin losa) que está despejada mientras aguarda su reurbanización. El distrito del Eixample no tiene previstos cambios inminente, más allá de ajustes para facilitar el acceso a una floristería del eje este domingo, y velar por la movilidad con apoyo de la Guardia Urbana.

Entrada de coches al párking, lleno de visitantes del mercado en busca de cromos.

Zonas de intercambio de cromos. / EP

El mercado Dominical de libros y coleccionismo que cobija el perímetro guarecido del mercado integra a cuatro puestos de cromos (antiguos y actuales), con su correspondiente licencia y concesión municipal del puesto de venta. Pero desde hace décadas, en plena calle se desarrolla un mercadillo paralelo de intercambio de cromos entre usuarios (casi siempre familias), que se acompaña cada vez más de vendedores que semanalmente acuden a hacer negocio en la zona, en un par de aceras. Suelen desplegar una mesita, o hacerlo más discretamente. No tienen licencia pero sí mucho éxito entre los desesperados padres dispuestos a completar las colecciones infantiles. Fuentes vecinales reclaman también que el ayuntamiento ponga coto a esta actividad, que algunos ven como 'mafiosa' y llega a disparar los precios sin pasar por ningún filtro fiscal ni control.

Las entidades del barrio consideran que las aceras de Tamarit-Urgell son estrechas y bloquean el paso a porterías y comercios

Desde el área de Prevención y Seguridad del consistorio, señalan que la Guardia Urbana realiza periódicas batidas contra todo tipo de actividad no permitida en la vía pública, como la venta ambulante, sin especificar las que se centran en este punto. También para facilitar la movilidad. Pero las quejas han llegado ya a la Sindicatura de Greuges de Barcelona.

Pero más allá del auge de estas ventas ajenas al mercado, lo que preocupa a comerciantes y vecinos de esta confluencia son las aglomeraciones que se reproducen sobre todo desde el Mundial de fútbol, cuando algunas colecciones de cromos desataron pasiones y avivaron este mercadeo. No todos los domingos son iguales, pero algunos despuntan con auténticos colapsos en las aceras. En Borrell-Manso, con aceras más anchas, no hay problemas. Pero en Tamarit-Urgell es donde se crea el embudo. La asociación de comerciantes Som Comerç ha reclamado al ayuntamiento que tome medidas tan simples como el traslado de la actividad (espontánea pero arraigada en ese punto) unos metros más allá, por ejemplo en la ronda de Sant Antoni. Este eje, ahora sin la losa y que espera su polémica reurbanización, ofrece un espacio más holgado y sin interferencias con comercios abiertos en domingo, apunta su presidenta, Lidia Núñez.

Plantean trasvasar esta actividad complementaria al mercado a la zona pacificada de la ronda de Sant Antoni, pero el ayuntamiento descarta cambios de momento

Ponen como ejemplo la situación vivida por un bazar que tuvo que cerrar en un domingo de ventas navideñas porque era imposible acceder hasta él. O el cierre 'forzoso' de una floristería cada domingo, ante la dificultad de moverse por la acera. Con Sant Jordi y el día de la Madre los próximos dos domingos, la propiedad quiere poder trabajar, pero la respuesta municipal de colocar vallas que creen una protección de acceso, o de montar una parada alejada de la puerta no satisfacen a sus titulares, que no pueden contratar personal para ello ni quieren estar en una trinchera. En similar situación está una frutería que sí abre, pero cuyos clientes han de tener mucha moral para atravesar el gentío y cruzar su puerta. También ven inseguro el acceso al párking de esta confluencia, en tanto que está lleno de gente.

Consenso en las reivindicaciones

La asociación Sant Antoni Comerç, la otra patronal del barrio, suscribe la petición y recuerda que en tiempos de problemas de movilidad por obras la propia entidad ya contrató personal que esponjará las zonas más concurridas para que fluyeran. Ellos plantean que si no se reubica este punto cromos, al menos haya agentes cívicos enviados por el consistorio, relata su presidente, Jordi Arias.

Los coleccionistas de cromos se sitúan en los accesos a los aparcamientos, con el consiguiente riesgo.

Los coleccionistas de cromos se sitúan en un acceso al párking, con el consiguiente riesgo. / EP

Y en la Associació de Veïns de Sant Antoni Pep Sala se suma al resto de voces, a sabiendas de que "hay vecinos que casi ni pueden salir de sus casas" cuando se taponan las aceras. Aunque puntualiza que el trasvase hacia la ronda hay que hacerlo con mediación del distrito del Eixample, ya que el fenómeno no está organizado y hay que canalizarlo en orden.

El colectivo vecinal y de comerciantes alineado con la Plataforma d'Afectats per la Llosa de Sant Antoni también está reclamando lo mismo y por distintas vías. Como el resto, quieren que la tradición histórica del intercambio se preserve, pero sin que genere disfunciones en la dinámica del barrio. El espacio que dejó la losa ofrece espacio de sobra en el centro y sin afectar a las entradas de vecinos, subraya un portavoz. En este sentido, Fuensanta García Duarte, presidenta del mercado Dominical, aclara que la actividad en las aceras de fuera del mercado no tiene nada que ver con ellos, aunque discurra en paralelo desde hace décadas. La comerciante indica que la popularidad de este punto de venta ha crecido desde después de la pandemia, con más público que antaño. Pero ve con buenos ojos desplazar el intercambio de Tamarit-Urgell para no afectar al comercio de sus portales.

"Estudiar" alternativa

Fuentes del distrito enfatizan que no hay que perder de vista que se trata de una actividad popular "arraigada" y que "para hacer cualquier cambio", que podrían "estudiar", habría que tener en cuenta "condicionantes como futuras obras, opinión de los paradistas del Dominical" y otros aspectos. Esos cambios tendrían que hacerse "bien, coordinados, con información y preservando otras actividades", señalan a este diario.  

De momento, han ofrecido facilitar con vallas de protección el acceso a la floristería este domingo. Y velar con la Guardia Urbana para "hacer compatible la actividad vecinal y del comercio con la del intercambio de cromos".