Obituario

Sants pierde a Josep Maria Domingo, el activista vecinal sin fisuras

Video entrevista con Josep Maria Domingo (noviembre de 2016)

Presidió durante 15 años el Centro Social de Sants, entidad clave en la recuperación de Can Batlló y el parque de la Espanya Industrial y la pacificación social y política tras el desalojo de Can Vies

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zentauroepp36332871 barcelona 18 11 2016 josep maria domingo presidente del cent161123143126 / ALBERT BERTRAN

Carlos Márquez Daniel
Helena López
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Tardó en subir al escenario, pero tampoco había prisa porque el barrio llevaba años, décadas esperando un proyecto para reformar la plaza de los Països Catalans y la estación de Sants. Era septiembre de 2022, y ahí estaba el eterno presidente del Centro Social de Sants, que tras el acto, apoyado en su bastón pero con la cabeza en plena forma, explicaba a este diario que no se fiaba de los 'renders', esas imágenes virtuales "hechas por artistas", decía. Josep Maria Domingo ha fallecido la madrugada de este martes, y aunque no verá completada la transformación del entorno de la terminal de trenes, deja un legado de lucha ciudadana en unos barrios que han conseguido la recuperación de Can Batlló, pero también la residencia para personas mayores, la conquista del parque de la Espanya Industrial o la conversión en equipamiento de la antigua fábrica del Vapor Vell. Sin olvidar su primera gran victoria vecinal, de los tiempos en los que una promotora empezó a levantar una finca en la calle de Almería comiéndose un trozo de acera y ellos batallaron hasta que lograron detenerlo.

Domingo, en marzo de 2022, en la sede del Centro Social de Sants

Domingo, en marzo de 2022, en la sede del Centro Social de Sants / Joan Mateu Parra

Domingo nació en el barrio de la Sagrada Família en 1945, pero en los 70, en plena efervescencia de los movimientos sociales y vecinales, se trasladó a La Bordeta. "Siempre he tenido vocación de hacer voluntariado, y la mejor manera era entrar en el Centro Social de Sants", sostenía. Eso sucedió a mediados de los 90, y a finales de esa década iniciaron la que ha sido, seguramente, la mayor lucha vecinal de esta ladera de Barcelona: el renacimiento de Can Batlló. Empezaron a conquistar el otrora recinto fabril en junio de 2011, con Xavier Trias todavía colocando las fotos en su nuevo despacho de alcalde de la ciudad. Era un domingo y portaban con ellos un gigante en forma de puño, una estupenda metáfora de lo que tenían entre manos. Doce años después, estas naves son un ejemplo de cooperativismo, de recuperación de la memoria histórica, de correcta reconversión urbana y social de terrenos en desuso.

El pacificador

Domingo fue clave en ese proceso. No solo por su papel de presidente de una de las entidades del barrio. También por su rol de pacificador, un arte al alcance de muy pocos. Empezó como portavoz de la plataforma 12 d'octubre en llibertat, creada tras la manifestación antifascista del 12 de octubre de 1999, que acabó con 28 detenidos. Pero también fue decisivo durante la crisis que siguió al intento de desalojo de Can Vies. El edificio, muy cerca de la plaza de Sants, junto a la cobertura de las vías, llevaba 17 años ocupado, pero precisamente la recuperación de Can Batlló le empezaba a quitar sentido a la cosa. Era cuestión de tiempo que aquella ocupación languideciera, pero alguien en el consistorio consideró que era una buena idea echar a los jóvenes. Era finales de mayo de 2014, y aquello desencadenó una semana de graves disturbios por las calles de Sants. Fue Domingo quien consiguió sentar en una misma mesa a los emisarios de Trias y a los representantes de Can Vies.

Domingo, en una de las calles de Can Batlló, en noviembre de 2016

Domingo, en una de las calles de Can Batlló, en noviembre de 2016 / Albert Bertran

Domingo recibió la medalla de Honor de Barcelona en noviembre de 2016 "en reconocimiento a su labor dentro del movimiento vecinal, en favor de los intereses y necesidades de los vecinos y vecinas de los barrios de Sants, Hostafrancs y La Bordeta". Este martes, tras su fallecimiento, no han sido pocas las personas y entidades que han recordado y elogiado su papel de luchador por una Barcelona más justa. Nos quedamos con la reacción de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona, que lo ha definido como "un activista de piedra picada". Sin fisuras, sin 'renders'.