Muere Ole Thorson, el barcelonés del norte que soñó con una ciudad de las personas

"Pots parlar-me en català", repetía, cuando su interlocutor, por esa mal entendida educación, mudaba al castellano al intuir un acento forastero. Ole Thorson, nacido en Copenhague el 13 de agosto de 1941, el hombre que soñó y luchó por una Barcelona de las personas que caminan o van en bicicleta, ha fallecido este viernes a los 82 años. Se va el ingeniero de la pajarita, el sabio de la movilidad y la seguridad vial que abjuraba del coche y del vehículo privado con elegancia: "Hay que presionar poco a poco, hasta que la gente se dé cuenta de que el coche no tiene sentido por la ciudad".

Thorson hacía de la lógica virtud. "El propietario de un automóvil no debería esperar que la ciudad le brinde una plaza de aparcamiento", rezaba en 2016. "Hay que combatir las malas costumbres", alumbraba en 2011, en pleno debate sobre el papel de la bici en la gran ciudad. Resultaba paradójico que alguien hablara de movilidad con tanto 'savior faire', sin aspavientos, sin insultos, sin un solo grito. La movilidad, que tantas tertulias llena, que tanta mala leche genera, que tantos supuestos expertos ha engendrado en los últimos tiempos.

Generar ciudadanos

Se expresaba con distinción, pero también con claridad, la que le obligaba el cargo, pues presidió la asociación Prevención de Accidentes de Tráfico, integrada, en parte, por personas que han perdido a seres queridos en siniestros viales, tragedias que en un 95% están causadas por una imprudencia, por una mala decisión que pudo evitarse. También fue presidente de la Federación Internacional de Peatones; siempre asido a las causas que tenían como fin último la movilidad activa, sostenible, la que genera proximidad, contacto vecinal, ciudadanos de verdad.

Se marcha el hombre al que muchos llamaban cuando tenían una duda. No solo periodistas, también compañeros de profesión, políticos y algún que otro empresario que sabía que Thorson les brindaría una opinión mesurada, documentada, de mirada larga, sin más partidismo que el de defender una ciudad vivible, en la que se sintieran cómodos y seguros tanto un niño de cuatro años como un abuelo de 80. El 'big picture', dicen los ingleses. En 1991, para que se den cuenta del tiempo que llevaba entre nosotros, fue uno de los fundadores de Catalunya Camina, entidad que se ha roto y se rompe las pestañas defendiendo a los peatones. Es decir, defendiéndonos a todos.

Fundador de la PTP

Llegó a Barcelona a principio de los 70, cuando en Amsterdam, el otro referente urbanístico europeo además de su ciudad de origen, daba comienzo el movimiento Stop de Kindermoord (parad el asesinato de niños), el Eixample Respira holandés, aunque algo más bruto y menos sutil, que fue la semilla de la ciudad de los canales que hoy conocemos. También fue uno de los cinco fundadores de la asociación Promoción del Transporte Público (PTP), una de las entidades de cabecera en nuestro país cuando se trata de hablar de infraestructuras vinculadas a la movilidad.

El actual presidente de la PTP, Adrià Ramírez, lamenta la pérdida "de uno de los referentes más importantes de la movilidad sostenible en los últimos tiempos". La vicepresidenta de la asociación, Dolors Clavell, añade que Thorson era "un hombre avanzado a su tiempo y valiente, que se atrevía a decir todo lo que muchos evitaban". No le falta razón, pues la mayoría de sus argumentos sobre la necesidad de transformar las ciudades son muy anteriores al momento en el que pasamos de hablar de cambio climático a referirnos a la crisis climática. No nos dimos cuenta, pero antes de que Estocolmo tuviera a Greta Thunberg, nosotros tuvimos a Ole Thorson.

Mercedes Vidal, concejal de Movilidad del Ayuntamiento de Barcelona (2015-2019) le conoció en 2008 cuando ella formaba parte de la asociación de vecinos de la Sagrera. Thorson les asesoraba en temas vinculados a la movilidad sostenible. "Era un placer coincidir con él, defendía ideas cuando nadie las defendía. Todos hemos aprendido de él. Además de ser un sabio, era una persona cariñosa, siempre era muy amable a pesar de que pudieras no estar de acuerdo. Fue, además, uno de los primeros en hablar de violencia vial, de violencia del tráfico".

El padre de las pacificaciones

Oriol Altisench, exdecano del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, le recuerda llegando a la universidad en bici para impartir sus clases. Fue profesor asociado en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de la UPC entre 1989 y 2007 de las materias de Planificación y Economía del Transporte. "Catalunya es un poco más danesa que antes gracias a que por sus clases han pasado buena parte de los 4.000 ingenieros que han salido de la facultad en los últimos 40 años y que son los responsables de la planificación del territorio".

Altisench la agradece la "visión social" que aportó a la profesión y recuerda que el concepto de pacificación de calles "se lo debemos a él", pues se empezó a abordar el tema en el consistorio en los años 70, cuando ocupaba el cargo (1970-1984) de ingeniero jefe del servicio de Planeamiento de la Circulación del Ayuntamiento de Barcelona.

Alguien sacará pronto la idea de ponerle su nombre una calle. Que sea una peatonal, por favor, con gente andando, bancos, algo de sombra, comercio de proximidad; quizás una parada del Bicing, no muy lejos del metro. Pero si sucede, no caigamos en desastres como el de dedicarle a su colega de profesión, el ingeniero Ildefons Cerdà, una plaza que es una rotonda. Para Ole, una calle de las personas.