Fiestas en bici: píllate un pedal de verdad en la discoteca

Que no se entere Froilán: aquí te pillas un buen pedal nada más poner un pie en la discoteca. Hay 112 bicis en la pista de baile y un pelotón de fiesteros sonrientes en mallas. Hoy acabarás de farra con más sudores que Piqué al escuchar la nueva canción de Shakira. 

Es la primera discoteca de Barcelona que deja agujetas en vez de resaca. Hoy en Bling Bling se sale de marcha pedaleando. Esta es la primera fiesta de ‘indoor cycling’ en una disco que organiza Lapso Studios. Eso significa que se rueda en la pista de baile con música de ‘dj’, luces discotequeras, coreografías dirigidas y ‘coaches’ más motivados que Rocky subiendo escaleras. Hasta Homer Simpson acabaría aquí pedaleando. “Buscamos que cada sesión –garantiza Eugenia- sea un auténtico ‘show’”.    

Eugenia Llopart es cofundadora de Lapso (Diagonal, 606). Hace año y medio que abrieron este estudio ‘boutique’ de ciclismo 'indoor' con aura de club social. En sus bicis es inevitable acabar agitando la toalla al aire como si estuvieras de boda. Pedaleas con música disco, destellos halógenos, subidón comunal. Te entrarían ganas de pedirte una copa si te quedara aliento para hablar. “Queremos ser una actividad de ocio”, augura Eugenia. Pasas por las mismas fases que al ir de fiesta, compara: “Diversión, exaltación, te olvidas de los problemas, te cansas pero a la vez liberas endorfinas. Te lo pasas bien, convives, compartes”. Es la tendencia ‘fitness’: ahora se va al gimnasio a tener “experiencias".    

Hace años que se sueltan más frases motivadoras sobre una bici que en una charla TED. Ya casi nadie habla de "spinning". “Fiestas cardios”, las llaman en EEUU. El ‘cycling’ motivacional se practica en Nueva York desde hace casi dos décadas. Se lo inventaron las dos ideólogas de Soul Cycle (385.000 seguidores en Instagram). Hasta ha dado 'speeches' motivadores sobre una bici algún profesor de Harvard. “Yo he llegado a oír: ‘Esto casi lo he sustituido por el psicólogo’”, asegura Eugenia.

Llegas a la barra de Bling Bling y en vez de una copa, te dan agua y zapatillas con calas, para engancharte a la bici. “Vas a salir rodando de la discoteca, pero diferente”, se ríe una de tus vecinas de pelotón. Se respira ambiente festivalero: silbidos, palmadas, gritos de adrenalina y móviles en alto. “Vamos a salir de aquí borrachos –garantiza uno de los 5 ‘coaches’ que dirigen la sesión-, pero de felicidad”. 4, 3, 2, arriiiibaaaa. Y empiezas a baila-pedalear como si fueras una mezcla de Induráin e Iceta en campaña. 

“Qué ironía –resoplan dos treintañeras al bajar de la bici-. Hemos quemado las copas del fin de semana en la discoteca”. “Igual mañana –se ríe otra ‘fiestera’ en mallas- tenemos otro tipo de resaca”. “Es una forma de hacer deporte muy motivadora”, repiten los ‘riders’ nada más bajarse de las bicis. Han venido 24 abogados de un despacho y se van sin soltar ni una queja.  

La fiesta ciclista de Bling Bling fue un ‘sold out’ esta semana: se agotaron todas las plazas de las dos sesiones. 250 personas en total, incluyendo a los curiosos. ¿Habrá más? “Repetiremos seguro”, garantiza Eugenia. De momento, ya están buscando algún otro “sitio espectacular de la ciudad” para su siguiente evento fuera del estudio. “Hay maneras de sociabilizar diferentes –propone Eugenia- que no necesariamente son ir a un restaurante o tomar una caña”. Por su estudio –detalla- ya se ven “grupos de amigos a las 7 de la mañana pasándoselo como un viernes a las once de la noche en el Bling Bling”.  

“La energía de los jueves y viernes por la noche deja muy poco que envidiar a la de los sábados por la noche del Apolo”, garantiza Álvaro Conejos. Es el 'studio manager' de Love Cycle, otra ‘boutique’ con espíritu de comunidad. Hace siete años que instalaron sus bicis de aire disco en Via Augusta, 10. Ellos también preparan eventos para pedalear fuera del estudio. “Sorpresa”, dicen de momento sin dar más detalles. ¿Que qué busca ahora la gente al ir al gimnasio? “Pasarlo bien haciendo deporte”, responde. “Ha habido un cambio de mentalidad: de apreciar el deporte por algo más que quemar calorías. Como salud mental”.

“Yo conozco gente que va más conjuntada entrenando que al ir a cenar”, se ríe Gorka Layola, ocho años como entrenador y mánager ‘fitness’ en Barcelona. Sí, ahora se va al gimnasio con la misma alegría que te vas de cañas. Se expanden los estudios ‘boutique’, cuenta: especializados, ‘premium’, con metodología propia e instructores que te sonríen con la misma intensidad que si estuvieras en un capítulo de ‘Friends’. ¿La tendencia en mallas, aparte de pedalear? “El entrenamiento de fuerza –responde Gorka-: ‘crossfit’, HIIT y entrenamiento funcional”. La calistenia tampoco pasa de moda: solo hay que pasearse por la Barceloneta y ver las hordas de musculitos sin camiseta entrenando en las barras a pie de arena. ¿Que qué se avista en un futuro no muy lejano? La realidad virtual, vaticina el entrenador. “Que puedas entrenar en medio de la selva o bajo el mar”.  

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