Nace Oikia, un lobi ambiental para lograr una "transformación verde" en Catalunya

Han elegido una palabra griega no muy conocida, con una traducción complicada. Porque si bien se usa como sinónimo de 'casa', 'hogar', o incluso 'unidad básica familiar' su fondo también hace referencia a la colectividad y a la buena administración de lo que es de todos y, tristemente, no es de nadie. Este jueves se ha presentado Oikia, un grupo de pensadores de distintos ámbitos con vocación de plantear asuntos vinculados, en resumidas cuentas, con la supervivencia de la especia humana y la sostenibilidad del planeta. En esta transformación verde, recetan, "nos hacen falta propuestas, acción e implicación".

Es tentador vincular esta nueva asociación con alguna tendencia política cuando estamos a escasos tres meses y medio de las elecciones municipales y las generales están a la vuelta de la esquina. Y ojo no caigan autonómicas anticipadas aunque parece que la 'pax' presupuestaria aleja esa amenaza. En su manifiesto fundacional, la asociación se cura en salud ante posibles perspicacias y asegura que ni desde el mercado ni desde las instituciones públicas se solucionarán problemas "que solo se pueden resolver desde la movilización global de toda la sociedad y desde la colaboración y coordinación de todos los sectores sociales y económicos".

El meteorólogo Francesc Mauri, uno de los impulsores, ha querido aclarar conceptos explicando que no hay ningún partido ni empresa que mueva sus hilos, y que por ahora, para arrancar, cada miembro ha puesto 100 euros de su bolsillo. "No venimos a competir con nadie -ha aclarado el hombre del tiempo- sino a aglutinar esfuerzos para que llegue esta transición verde, y que lo haga de la manera más justa posible. Incluso desde el punto de visto económica, esta transformación también es una oportunidad".

Los socios

La lista de socios, que se espera que vaya creciendo, contiene ingenieros y ambientólogos, expertos en comunicación y médicos, biólogos y expertos en clima y biología. Con un montón de nombres conocidos, como Pere Macias, Josep Rull, Joan Herrera, Raul Romeva, Leire Pajín o Joaquim Sempere. En la presentación, cinco de los socios, y ya es toda una declaración de intenciones que no sean los más conocidos, han versado sobre los objetivos de Oikia. En el público, por cierto, receptores futuros de todos estos mensajes, como la líder de En Comú Podem, Jéssica Albiach; las tenientes de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona Janet Sanz (Barcelona en Comú) y Laia Bonet (PSC); el líder de ERC en el consistorio barcelonés, Ernest Maragall; el alcalde de El Prat, Lluís Mijoler; Anna Barnadas, secretària d'Acció Climàtica del Govern, y Isaac Peraire, director de la Agència de Residus. Sí, se han dado cuenta, nadie de Junts, PP o Ciutadans.

También han asistido a la presentación de Oikia Mireia Cammany, vicepresidenta de Pimec; Camil Ros, secretario general de la UGT en Catalunya; Javier Pacheco, secretario general de CCOO en Catalunya. A todos ellos se interpelará a partir de ahora, una vez Oikia eche a andar y se organice, ya se sectorial o territorialmente, cosa que empezará a definirse tras el bautizo de este jueves en el corazón del Eixcample, donde, por cierto, a diario circulan 350.000 vehículos, una de las áreas que sin duda abordarán.

Además del manifiesta fundacional, el acto ha servido para trazar las primeras pinceladas del rumbo que pretende adquirir Oikia. En una mesa redonda con cinco expertos se han abordado asuntos como la contaminación, la sequía, la apuesta por las energías renovables o el aumento de la temperatura. El primer escollo, sin embargo, será sortear el estigma, que el gran público comulgue con que esto es, de verdad, una propuesta transversal, sin más interés que echar una mano antes de que perdamos las dos.