Transporte

Las VTC tradicionales imploran en Barcelona un reglamento que evite su extinción

Los chóferes que operan al margen de plataformas como Cabify o Bolt aseguran que la nueva normativa que regula el sector en defensa del taxi metropolitano ha revocado el 70% de sus licencias

Carlos Márquez Daniel

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No es casualidad que hayan elegido el paseo de la Reina Maria Cristina. Tampoco es azaroso lo de la ruidosa marcha lenta, ni lo de escenificar un funeral. Las VTC tradicionales han salido a la calle este lunes para reclamar un reglamento que no les lleve a la extinción. Con una estética parecida a la que suelen blandir los taxistas. Dicen -de ahí el calificativo de 'tradicionales'- que nada tienen que ver con plataformas como Uber, Cabify o Bolt, y que tampoco ofrecen servicios de taxi. Son el gremio anterior a la revolución digital de la década anterior, cuando grandes empresas empezaron a meter la patita en el transporte colectivo, primero de malas maneras (así lo reconocieron ellos mismos) y luego, buscando los recovecos de la norma vigente. Los de toda la vida son unas mil licencias, y aseguran que cerca del 70% no pueden seguir porque no han conseguido pasar el corte del nuevo reglamento. Por ello demandan un filtro que tenga en cuenta su peculiaridad.

Los conductores de VTC, este lunes, antes de la marcha lenta que ha pasado por Sant Jaume y el Parlament

Los conductores de VTC, este lunes, antes de la marcha lenta que ha pasado por Sant Jaume y el Parlament / Zowy Voeten

La protesta ha tenido dos actos. El primero, a pie, se ha desarrollado alrededor de la plaza de Espanya, con los chóferes andando detrás de un carruaje fúnebre de 1916, propiedad de la empresa que comanda Jordi Clapés, cuyo padre regentó la última vaquería de Barcelona, en Rambla Prim. "Nos echaron en 1992 con las expropiaciones para la estación del AVE de la Sagrera", sostiene. Sus caballos se llaman Diamant 1 y Diamant 2. Detrás suyo, unas 200 personas que han dado la vuelta a la rotonda (esto de ninguna manera es una plaza) y que han terminado con un aplauso a un féretro adornada con pegatinas con la inscripción 'VTC-GT RIP'- Lo de GT responde a 'gran turismo', el nombre con el que tiempo atrás se conocía a estos coches, cuando se dedicaban en exclusiva, como hacen ellos, a los servicios privados de lujo.

Los obstáculos

Román Llort, portavoz de la asociación VTC Gran Turisme de Catalunya, ha explicado que representan a "unas mil las licencias que nada tiene que ver con las que gestionan las plataformas". De todas ellas, asegura, solo 350 han obtenido la nueva licencia del Área Metropolitana de Barcelona. El resto se han quedado fuera por distintas razones. Podría pensarse, los que sepan un poco de qué va esto, que la longitud mínima requerida a los vehículos, que debe ser de 490 centímetros según el decreto aprobado a mediados de 2022, ha sido mortífero para ellos. Pero no. "El 90% de nuestros coches son más largos, ese no es el problema", concreta Llort. "Es una norma que se pensó básicamente para los coches de Cabify", añade, en referencia al decreto 9/2022, impulsado por el Govern después de que el Gobierno pasara la pelota a las autonomías y estas, a su vez, hicieran lo propio con los entes municipales.

Uno de los lemas de la protesta de las VTC, este lunes

Uno de los lemas de la protesta de las VTC, este lunes / Zowy Voeten

Piden al Departament de Territori que flexibilice las condiciones de trabajo. El nuevo decreto obliga a tener un coche adscrito a una licencia en el último año. Los chóferes, sin embargo, advierten que la pandemia obligó a muchos autónomos a deshacerse del vehículo para poder subsistir, y que abundan los casos en los que la nueva adquisición se produjo ya en 2022, fuera del plazo que establece la nueva normativa. También se produjeron cambios societarios que tampoco salvan el periodo reglamentario y denuncian, además, "errores administrativos" retrasaron algunos trámites, y esta demora también ha dejado fuera algunos solicitantes de la credencial.

Por todo ello, este colectivo reclama "una ley de acompañamiento al decreto consensuada que permita arreglar este despropósito", con el objetivo de "poder volver a operar con normalidad". En cualquier caso, el decreto tiene una vigencia de dos años, puesto que está sobre la mesa la redacción de una nueva ley del taxi, que debería incluir los servicios de las VTC. Eso, sin embargo, es todavía un melón por abrir.