Reforma controvertida

Barcelona da marcha atrás en la pacificación del tráfico en una calle de Pedralbes

El descontento vecinal fuerza al distrito de Les Corts a desistir del plan para quitar un carril de circulación

Un coche circulando en la calle Manuel Ballbé, en el barrio de Pedralbes, en Barcelona.

Un coche circulando en la calle Manuel Ballbé, en el barrio de Pedralbes, en Barcelona. / RICARD CUGAT

Jordi Ribalaygue

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El descontento vecinal ha dado la puntilla a la pretensión del Ayuntamiento de Barcelona de suprimir el doble carril de circulación en una calle del barrio de Pedralbes, encajonada entre la Diagonal y la ronda de Dalt. La veintena de comunidades de propietarios de la calle Manuel Ballbé y más de 700 vecinos suscribieron un manifiesto contrario a que la calzada se convierta en unidireccional. Alegan que entorpecería el acceso a hospitales, comercios y otros servicios básicos y que, lejos de atenuar el tráfico, congestionaría la vía con los vehículos que se desvíen de la Diagonal por la próxima ampliación del carril bici. Ante el rechazo abrumador a la remodelación, el concejal de Les Corts, Joan Ramon Riera, ha anunciado que el consistorio recula en su plan. 

“No lo haremos. Continuarán el doble sentido y la amplitud de las aceras”, proclamó el edil en un reciente consejo de barrio, donde quedó patente el malestar de los habitantes de la calle. A la vista de las quejas que diversos vecinos manifestaron en la reunión, Riera concluyó que el proyecto “no estaba suficientemente maduro”. La reforma, diseñada por el distrito de Les Corts, contempla ampliar la acera a costa de suprimir el carril que sube hacia la ronda, la salida natural de los vecinos para desplazarse a la mayoría de quehaceres. 

Riera se comprometió en el consejo de barrio a no elevar la propuesta a aprobación de “ningún organismo ejecutivo del ayuntamiento”. De todos modos, aún no se ha archivado. Aunque Riera anticipó antes de Navidad que no tiraría adelante, el plan ha seguido en exposición pública hasta esta misma semana. El concejal no dejó claro entonces si se derogaría. Fuentes municipales afirman ahora que la comisión de gobierno aprobará “próximamente” la retirada del proyecto. “Antes de ello se deben agotar los plazos de cada parte del proceso”, sostienen.

La Asociación de Vecinos de Zona Universitària ha presentado alegaciones en los últimos días, a las que todas las comunidades de propietarios de Manuel Ballbé se han adherido. Los residentes apremian a que el proyecto de reurbanización deje de cursarse “de inmediato” y que se archive “sin más trámite”. Advierten así de que la palabra del edil no les basta.

Escepticismo vecinal

“Nuestra experiencia es que, se diga lo que se diga, el proyecto puede acabar siendo aprobado”, recela el presidente de la Asociación de Vecinos de Zona Universitària, Josep Maria Guillumet. El colectivo vecinal se declara perplejo por que el plan no se haya revocado ya. “Una declaración no tiene nada que ver con el procedimiento administrativo. Tiene que haber un acuerdo del órgano que ha redactado el proyecto diciendo que queda parado. En ese sentido, la palabra de un concejal no es nada”, zanja Guillumet.  

“Decir que no se hará no significa nada en realidad. Pedimos que se retire, porque que no se haga ahora no significa que se deje de hacer de aquí a un año”, recalca uno de los vecinos movilizados en Manuel Ballbé contra la pérdida del doble carril. Los residentes esgrimen un cálculo para justificar por qué se oponen a prescindir de un carril de circulación: estiman que el recorrido en vehículo hasta el Hospital de Sant Joan de Déu pasaría de ser de unos 500 metros -que se solventan en apenas dos minutos- a una distancia más larga, de casi dos kilómetros y 15 minutos de trayecto para una urgencia, que podría empeorar en hora punta a más de 30 minutos.

Riera explicó que el interés del ayuntamiento por remodelar la calle Manuel Ballbé no se debe a un problema de contaminación ni de tráfico. “Lo que nos preocupa es la accesibilidad”, precisó. La vía serpentea por una cuesta pronunciada a lo largo de 420 metros. El concejal dedujo que es probable que requiera alguna mejora para ceñirse cuando se conozca el código de accesibilidad que la Generalitat, pendiente de concretarse.

Acceso cerrado

Otro desvelo para los vecinos es la inminente desaparición del lateral por el que se puede acceder en vehículo a la calle desde la Diagonal. En breve, se convertirá en un carril exclusivo para ciclistas. “Nos afecta porque, cuando corten ese tramo, no se nos permitirá subir por allí. Lo más preocupante es que todo el tráfico que quiera cruzar la Diagonal para ir, por ejemplo, al Palau de Congressos o al hotel Juan Carlos tendrá que pasar por nuestra calle”, alerta un vecino. 

Riera dijo a finales de diciembre que está “en estudio” cómo se suplirá el giro que, hasta ahora, daba entrada a la calle a través del lateral de la Diagonal. “Aún no estamos en condiciones de informar cómo resolveremos ese encaje de bolillos”, reconoció.

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