Siniestralidad cero

Barcelona y la DGT se conjuran contra los accidentes de moto con un reto tecnológico

Firma de un convenio entre instituciones y dotación de 200.000 euros para desarrollar soluciones innovadoras

accidente barcelona

accidente barcelona / Ferran Nadeu

Meritxell M. Pauné

Meritxell M. Pauné

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El Ayuntamiento de Barcelona y la Dirección General de Tráfico (DGT) han firmado este lunes un protocolo de colaboración para atacar la alta siniestralidad de las motos. En la capital catalana suponen el 33% de la flota de vehículos pero acaparan el 86,3% de los heridos graves en accidente viario, según el balance del primer semestre de 2022. En lo que va de año ya han perdido la vida 16 motoristas en Barcelona.

El acuerdo se ha escenificado con un acto público esta mañana en la nave municipal de Ca l’Alier, dedicada a la innovación tecnológica, como guiño al papel que está llamada a jugar esta disciplina. La teniente de alcaldía Laia Bonet y el director general de la DGT, Pere Navarro, han rubricado el convenio y han valorado la urgencia de reducir este segmento de siniestralidad. Entre los puntos incluidos en el protocolo de colaboración están la realización de más estudios y encuestas sobre esta movilidad y sobre las especificidades del motosharing y el delivery, involucrar a empresas y sociedad civil y poner en marcha proyectos piloto para la reducción de riesgos.

En este campo destaca el reto de innovación presentado en el mismo acto por Laia Bonet y concretado por la comisionada municipal de Agenda 2030, Bàrbara Pons. A finales de enero se lanzará una doble propuesta abierta a emprendedores e investigadores: por un lado planes con alto impacto en el comportamiento de los conductores y, por otro, novedades tecnológicas que aporten mayor seguridad a los motoristas. En tres meses se seleccionaran los proyectos finalistas, que dispondrán de 6 meses de pruebas en espacios reales de la ciudad para demostrar su efectividad, más un año de puesta en práctica. Los ganadores cuentan con una dotación de 100.000 euros cada uno, que cubrirá hasta el 80% del coste de la solución propuesta.

El recientemente inaugurado LAB de movilidad urbana, en el que también participa Fira de Barcelona, será uno de los instrumentos para atraer soluciones innovadoras relacionadas con el sector de la movilidad que ayuden a alcanzar los objetivos específicos de reducción de la siniestralidad en general e incorporar la visión 0 para el año 2050.

Barcelona, ciudad de motos

“Barcelona está en deuda con la moto, si no fuera por ella el tráfico de la ciudad… ¡sería el de El Cairo!”, ha lanzado provocativamente Pere Navarro, en su intervención. “España quiere ser el referente en Europa sobre motos, solo tienen un papel importante en España, Francia e Italia… Y en Bruselas cuando quieren hablar de moto, nos llaman a nosotros”, ha presumido. Ha recordado que en todo el Estado español hay registradas 5,5 millones de motocicletas y que se matriculan 200.000 cada año, sin la tendencia a la baja que registra el automóvil. Sin embargo, es un parque envejecido, con pocas que se desguacen y una antigüedad media de 17,2 años.

Laia Bonet (Ayuntamiento de Barcelona) y Pere Navarro (DGT) firman un acuerdo de colaboración para reducir la siniestralidad de las motos en la ciudad.

Laia Bonet (Ayuntamiento de Barcelona) y Pere Navarro (DGT) firman un acuerdo de colaboración para reducir la siniestralidad de las motos en la ciudad. / MMP

La colisión lateral o frontolateral es la primera causa de los accidentes en la ciudad, seguida de las salidas de vía, ha recordado. Y no es por “la irresponsabilidad de los jóvenes, como muchos van diciendo”, ha subrayado, porque “la franja de edad con más víctimas mortales es de los 45 a los 55 años y la siguiente, de los 35 a los 45”. Ha celebrado que el uso del casco es casi total hoy en día, aunque ha confiado en la homologación y popularización en los próximos años de otras medidas de protección del cuerpo como “chalecos airbag”.

Bonet ha coincidido que “claramente Barcelona es la ciudad de las motos en España” y la urbe europea “con más motocicletas y ciclomotores”. “¡Y estamos orgullosos de serlo!”, ha añadido, para recordar que ella misma se desplaza en moto desde 2005, cuando se permitió conducir ciclomotores solamente con el carnet de coche. “Nos preocupa la derivada en siniestralidad que tiene este liderazgo, pero no queremos renunciar a él”, ha contrapuesto. Así, ha sacado pecho del estreno de radares en la ciudad, que empezarán a multar este enero. También ha apostado por fomentar el uso de roba y calzado protectores que complementen el casco, porque “reducen la lesividad” de los accidentes pero ha reconocido que “en verano cuesta más” convencer a los motoristas de usarlos.

La industria y las víctimas

En una mesa redonda posterior, el gerente de movilidad del Ayuntamiento de Barcelona, Manuel Valdés, ha abogado por campañas que hagan “comprender el riego” al que se exponen los motoristas, así como un urbanismo que les guarde un lugar en la movilidad pero “sin preponderancia” para que nadie se confíe en exceso. Por parte de los fabricantes de motocicletas, Laura Muñoz de ANESDOR ha asegurado que la industria ya trabaja en sistemas de seguridad integrados en los nuevos vehículos pero avanza más lenta porque no cuenta con “la inversión brutal” que recibe la fabricación de automóviles y porque la flota está envejecida. Finalmente Yolanda Domènech, de P(A)T-APAT, ha puesto a disposición de las administraciones la experiencia y el argumentario de las asociaciones de víctimas: “La reducción de la velocidad salva vidas y debemos creérnoslo y convencer”. Además ha pedido a los políticos que no tengan “miedo” de instalar más radares, que “solo molestan a quien no cumple la normativa”, y ha pedido facilitar la compra de equipamiento protector con un IVA más bajo para que resulte más asequible.