Barcelona quiere reconvertir en urinario una floristería vacía de la Rambla

El edil de Ciutat Vella apuesta por reciclar o derribar las paradas cerradas

La Rambla de Barcelona

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Las paradas de flores de la Rambla no viven su mejor momento: sólo 7 de las 15 que hay en el paseo están en funcionamiento. El resto ha cerrado en los últimos años sin que hayan aparecido aspirantes a tomar el relevo del negocio. El Ayuntamiento de Barcelona abre ahora el melón de qué uso dar a las casetas vacías y si algunas pueden simplemente desmontarse.

En esta línea, el edil de Ciutat Vella, Jordi Rabassa, ha planteado reconvertir una de las paradas en urinario público. Según ha avanzado betevé y han confirmado a EL PERIÓDICO fuentes municipales, el distrito tiene la "voluntad" de habilitar un aseo en la Rambla, aunque de momento estos planes no se han materializado en ninguna decisión oficial.

Otras casetas vacías podrían tener usos culturales, siguiendo la estela de dos proyectos ya en marcha en paradas sin uso: Ràdio Rambles y Drapart. Rabassa también está abierto a derribar alguna floristería sin uso. No ha concretado cuántas, pero ha asegurado que su objetivo no es retirar todas las que cierren. Formalmente estos quioscos son paradas dependientes del Instituto Municipal de Mercados.

"El Ayuntamiento quiere proteger las floristas de la Rambla y queremos que se queden, pero lo cierto es que han cambiado los hábitos de consumo y el número de quioscos que había quizá no era el más adecuado para que fueran un negocio rentable", ha declarado a betevé el edil. Floristas del paseo y la entidad Amics de la Rambla ya se han posicionado en contra, por temor a usos incívicos del urinario y por la pérdida de la máxima señal de identidad de la Rambla de les Flors.