Tendencia urbana

Los restaurantes musicales triunfan como alternativa de ocio nocturno en Barcelona

La fórmula de gastronomía más música, que permite seguir de copas y con ambiente hasta las 3.00 horas en el mismo local, sigue sumando locales en contraposición a la pérdida de discotecas y bares musicales

Ambiente en Jacqueline, el nuevo restaurante musical de moda en Enric Granados.

Ambiente en Jacqueline, el nuevo restaurante musical de moda en Enric Granados. / MANU MITRU

Patricia Castán

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La vida nocturna de Barcelona vive dos realidades paralelas: las opciones tradicionales de ocio (bares musicales, discotecas y salas de fiesta) no han dejado de decrecer en los últimos años, mientras que ganan terreno fórmulas alternativas que aglutinan la gastronomía y las copas, bajo la licencia de restaurante musical, que apenas tiene unos años. El problema, apuntan las patronales, es que no se dirigen al mismo tipo de público. Así, los más jóvenes son los que ven mermadas las pistas de baile, mientras que los treintañeros (y mayores) encuentran su acomodo en esta alternativa intermedia que también resulta más rentable para los empresarios por su doble vertiente.

En pleno debate sobre qué hacer con el menguante ocio nocturno reglado en Barcelona, como informó EL PERIÓDICO el pasado septiembre, se abren propuestas mixtas con éxito inmediato y que suelen concentrarse en el Eixample, la zona alta y Ciutat Vella. Cualquier establecimiento con licencia de restaurante puede abrir hasta las 3.00 horas, pero sí quiere incorporar oferta musical (en directo o no) más allá del sonido ambiente, precisa una licencia de restaurante musical, que esencialmente está condicionada por normativa a un alto aislamiento acústico. Por ello, no es fácil contar con el local ideal y además están muy solicitados por empresarios nocturnos e inversores. Fuentes inmobiliarias señalan que hay listas de espera de clientes a la caza de espacios de estas características en traspaso, o que se puedan abrir en zonas no afectadas por restricciones urbanísticas.

Animación a ritmo de rumba en el restaurante Tracatrá, especializado en tapeo local, en la ronda de Sant Pere.

Animación a ritmo de rumba en el restaurante Tracatrá, especializado en tapeo local, en la ronda de Sant Pere. / MANU MITRU

El local del momento probablemente sea el nuevo restaurante musical abierto hace apenas unas semanas, Jacqueline, inspirado en la musa y segunda mujer de Picasso. Llama la atención que se ubique en la calle de Enric Granados, que lleva semanas de actualidad por los recortes horarios y de terrazas impuestos por el ayuntamiento en respuesta a las quejas vecinales. Pero en este caso, sus instigadores han descartado solicitar velador y se han limitado a acondicionar el interior para su múltiple oferta de restauración (con cocina internacional a la carta o en menú degustación), coctelería, champán bar y música en vivo y pinchada, en tres plantas. La clave es que se trata de un edificio de nueva construcción y fácil de aislar con la última tecnología. El establecimiento tramitó su licencia antes de la moratoria que vive el distrito de cara a su nuevo plan de usos, aunque la pandemia ha retrasado su apertura.

Varios usos y estilos

Ese espacio es quintaesencia del negocio que muchos querrían abrir ahora en Barcelona por su estructura y multifuncionalidad. Toni Cano (hijo del director del grupo Sutton) se ha aliado con otros socios (y el grupo de diseño y arquitectura Rockwell) en este caso para desplegar un espacio con "contenido", donde la apuesta son las "experiencias" cuenta. Los domingos tendrán 'brunch' en colaboración con galerías de arte, los jueves 'afterworks' con altos ejecutivos de empresa... El empresario, también vinculado desde el grupo Sutton con otro restaurante musical de éxito, el Gatsby de Tuset, tiene claro que el modelo de restauración con música y copas da en la diana de un público a partir 30 o 35 años que prefiere (salvo ocasionalmente) limitarse a salir hasta las tres de la madrugada, tener margen de descanso y luego aprovechar el día siguiente.

Secret Q, otro nuevo establecimiento que fusiona gastronomía, música y copas.

Secret Q, otro nuevo establecimiento que fusiona gastronomía, música y copas. / MANU MITRU

Ese target no solo tiene más capacidad económica que los veinteañeros ávidos de discotecas, sino que prefiere el servicio de este tipo de establecimientos, donde se cuidan mucho las bebidas y el ambiente tras las cenas, generando tíquets más altos. En su caso, se está nutriendo en un 80% de los llamados expatriados o extranjeros residentes en Barcelona por trabajo o estudios, muchos más acostumbrados a salir a cenar y tomar algo entre semana que la población local, más centrada en los fines de semana.

La fórmula de diversión y gastronomía, en este caso a base rumba catalana, guiños a la Barcelona de los Juegos del 92 y tapas locales de calidad, es lo que ha propulsado en pocas semanas al Tracatrá, que ocupa por traspaso un emplazamiento histórico de la ronda de Sant Pere junto a la plaza de Catalunya. No solo funciona con el turista que busca ambientación musical con carácter local, sino que ha sorprendido al barcelonés con una propuesta diferente. El mismo grupo empresarial ya había dado en el clavo recientemente con Velíssima, junto a la Nova Bocana, donde la cocina es italiana y el espectáculo artístico pie de mesas evoca a la 'dolce vitta'.

Otra sala del restaurante musical Jacqueline.

Otra sala del restaurante musical Jacqueline. / Manu Mitru

En pleno Eixample también han eclosionado en poco tiempo The Secret Q, en la rambla de Catalunya, con triple oferta de 'food, fashion y design', resumen. Aquí convergen un restaurante (con la promesa de 'gastronomía de lujo' y un equipo reputado de chefs), un cóctel bar y hasta un club privado, que permiten acceder a partir de mediodía y acabar la velada a las tres de la madrugada si se gusta. La gastronomía es un primer escalón que puede conducir a una intensa madrugada en su 'lounge bar' con sesiones de disc-jocquey.

También desde hace algunos meses más Yubi se ha convertido en un éxito a base de platos asiáticos, coctelería glamurosa y música con pinchadiscos residentes e invitados que ponen ritmo electrónico en el mismo horario. Como en otros casos, ofertan también espacio para eventos privados, donde diseñan veladas a la carta.

Normativa coja

Desde la patronal del ocio Fecalon constatan el tirón del modelo, pero insisten en la urgencia de introducir "cambios" en el catálogo de espectáculos (dependiente del Departament d'Interior) para adaptar la normativa a la realidad del ocio y las tendencias urbanas. Actualmente, ni restaurantes musicales, ni siquiera bares musicales pueden disponer de escenario ni pista de baile, todo un sinsentido puesto que lo normal es que los pies se muevan al son de los decibelios sí autorizados. Ese elemento lastra a esos bares de copas, que son cada vez menos porque las nuevas licencias son complicadas en Barcelona y muchos noctámbulos prefieren ofertas concentradas para ahorrar desplazamientos, sea en restaurantes musicales o en restaurantes con club, como sucede en los clubs del Front Marítim, donde uno puede cenar y bailar hasta las seis de la mañana.

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