Discrepancias en el gobierno local

El PSC presiona a Colau para que paralice la reforma de la ronda Sant Antoni

Los socialistas se unen a la oposición para aprobar una proposición crítica con el proyecto de remodelación

Inicio de los trabajos para retirar la "llosa", la base de cemento que soportó el provisional mercado de Sant Antoni

Inicio de los trabajos para retirar la "llosa", la base de cemento que soportó el provisional mercado de Sant Antoni / Jordi Cotrina

Jordi Ribalaygue

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El comienzo de las obras para eliminar la controvertida losa de la ronda Sant Antoni no ha enterrado las discrepancias sobre la remodelación del tramo de vía cerrado al tráfico desde hace más de una década. El anteproyecto de reforma presentado la semana pasada disgusta tanto a la plataforma vecinal favorable a reabrir parte de la calzada a la circulación como a la que aboga por la pacificación total; a la vez, ha vuelto a evidenciar las divergencias que los dos socios de gobierno, Barcelona en Comú y PSC, mantienen sobre un proyecto encallado desde hace años. Las discrepancias han quedado patentes este martes en la comisión de urbanismo, en que los socialistas se han alineado con la oposición y han dejado solos a los ‘comuns’ para propiciar que prosperara una propuesta del PP que insta al ejecutivo municipal a paralizar el plan de reforma mientras no concite un acuerdo amplio

La concejal socialista Laia Bonet ha censurado que la ronda lleve “demasiado tiempo en una situación de provisionalidad”. “Se debería haber actuado para empezar a urbanizar ese tramo de calle en 2018. Desde entonces, han pasado demasiadas pocas cosas”, ha criticado Bonet. La socialista ha opinado que la retirada de la superficie de hormigón de la desaparecida carpa del mercado que ha cubierto hasta ahora parte de la ronda comienza “tarde” y ha defendido que se extiendan carriles bus en ambos sentidos de la marcha. Es lo que figuraba en la propuesta que el Ayuntamiento aprobó en 2018, de la que se desmarca el proyecto de obras que el partido de la alcaldesa Ada Colau defiende. 

“No se puede ir contra el sentido común ni contra el transporte publico”, ha esgrimido Bonet, lanzando una carga de profundidad contra el modelo que los ‘comuns’ postulan. “No se debe renunciar a un espacio de calidad ni a que haya menos transporte público. Ese es el sentido común de la gente”, ha respondido la teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz (Barcelona en Comú). Mientras el PSC y la oposición han lamentando que existía un consenso en torno a la reforma que se ha echado a perder, Sanz ha negado que haya existido unidad vecinal alguna vez sobre la remodelación

“La posiciones siguen atrincheradas entre los que piden el plan de 2018 y los de pacificación total”, ha observado Sanz, que ha recalcado la necesidad de desplegar un paseo peatonal amplio para los vecinos del Raval. “Abrir Sant Antoni al tráfico no ha sido ni será nunca un consenso de ciudad ni de los vecinos. Esta opción está descartada”, ha dejado claro.

La oposición ha pedido que se retome el diálogo con las entidades vecinales antes de que comiencen las obras, previstas sa partir de junio de 2023, tras las elecciones municipales. El popular Óscar Ramírez ha acusado al ejecutivo municipal de haber cometido un “engaño”. “El ayuntamiento ha roto los acuerdos”, ha recriminado. Eva Baró (ERC) ha sostenido que las diferencias de ‘comuns’ y socialistas han propiciado que la transformación del tramo de la ronda haya quedado encallada: “La gestión ha sido un despropósito. Se han tirado los platos por la cabeza, se han enmendado la plana y han politizado el asunto hasta la extenuación”.