Disputa en Collserola

‘L'hort d’en Tomàs’ resiste al desalojo ordenado por el Ayuntamiento de Barcelona

El ayuntamiento asegura que buscará un acuerdo amistoso para que el cultivo se traslade de terreno, mientras que los funcionarios avisan a los promotores que se recabará una orden judicial de desalojo

Jordi Ribalaygue

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‘L'hort d’en Tomàs’ gana tiempo para no desaparecer de la parcela que se cultiva desde hace 33 años a los pies de la sierra de Collserola, en Barcelona. El distrito de Horta-Guinardó había fijado un ultimátum este martes por la mañana para que los descendientes de Tomás Cedillo -quien empezó a labrar el terreno en 1989- abandonasen el paraje, que forma parte de la zona protegida del parque natural. Familiares de Cedillo y la quincena de manifestantes que se han concentrado para impedir la expulsión se han encerrado en el terreno echando el candado en la puerta de acceso y se han negado a dejar paso a los funcionarios municipales que se han personado para consumar el desalojo.

El campo es un vestigio de las huertas autogestionadas en la capital catalana y, para salvarse, promueve un proyecto pedagógico de agricultura autosuficiente, abierto a vecinos y estudiantes, que cuenta con el respaldo de entidades del barrio de Montbau y de la cercana Facultad de Educación de la Universidad de Barcelona. Incluso es bien visto por el ayuntamiento que, pese al intento de desmantelamiento, insiste en que quiere llegar a un acuerdo para que el cultivo se mude de ubicación. 

Tras un tira y afloja y cierta confusión, los manifestantes que se han concentrado para evitar la expulsión se han opuesto a ceder el espacio. En un primer momento y tras un intenso intercambio de llamadas, la familia de Cedillo se había declarado dispuesta a entregarlo a las autoridades municipales, no sin advertir que consideraba que la actuación municipal podía ser susceptible de un supuesto delito de prevaricación y que pensaba proseguir la reivindicación para conservar el solar por la vía jurídica. No obstante, ha desechado al final entregar las llaves. 

Los funcionarios que han acudido al apartado lugar han levantado acta y han anunciado que el ayuntamiento acudirá al juzgado para reclamar una orden de desahucio para recobrar el campo de cultivo. Sin embargo, fuentes municipales explican que la idea no es llegar a un conflicto judicial abierto con ‘L’Hort d’en Tomàs’. Sostienen que depende de que los responsables de la huerta estén dispuestos a retomar contacto con el consistorio. Aseguran también que se ofreció a la familia pactar el desmantelamiento y que las arcas municipales asumieran el gasto, así como dejar árboles y plantas sin arrancar y algún otro testimonio del huerto. En cualquier caso, el gobierno local aduce que la plantación no puede proseguir porque contraviene los valores naturales del paraje e interrumpe el paso de especies autóctonas, como los jabalíes.

Más que un vínculo emocional

Pau, nieto de Tomás Cedillo, ha conversado esta mañana con la comitiva que ha acudido a desalojar el huerto. Tras el tenso intercambio, ha admitido que se abre un escenario incierto. De todas formas, ha expresado que la familia y los colaboradores del proyecto piensan seguir defendiendo permanecer en el terreno.

“Hay un vínculo emocional con mi abuelo, pero sobre todo lo hacemos porque este solar se ha cultivado durante muchos años y hay una estructura montada para regar solo con agua de lluvia. No se puede trasladar a otro lugar y el terreno que el distrito nos ofreció a 50 metros es imposible de cultivar”, alega. Pau enseña un vídeo en que se ve cómo trataron de picar con una azada el suelo del solar que les brindaron como alternativa. Se ve que la herramienta rebota como si chocara contra una roca. 

Por su parte, fuentes municipales ven factible que el huerto pueda continuar la labor en otro emplazamiento. En ese sentido, explican que se ha identificado un solar cercano que cree que podría cumplir las condiciones para ser cultivado. Es propiedad de la UB, que dispone allí del campus de Mundet. “Se han empezado conversaciones y la universidad estaría interesada”, afirman. A su vez, remarcan que el ayuntamiento no tenía opción de desatender el requerimiento del Consorcio del Parque Natural de Collserola para desmontar el huerto, por no estar autorizado ni previsto en el planeamiento de la zona.

En cambio, los defensores de 'L’Hort d’en Tomàs' alegan que el distrito ha ignorado la opción de redactar un plan especial para legalizar el espacio. En este sentido, el consistorio replica que es un “proceso largo y farragoso” que, en última instancia, la Generalitat debe aprobar. “Sería difícil de justificar montar un huerto en una zona reservada para el parque natural, cuando hay opción de hacer la misma actividad en espacios muy cercanos”, argumentan en el consistorio. En cambio, el grupo municipal de ERC ha solicitado que se suspenda todo intento de expulsión y se estudien fórmulas para que la parcela siga labrándose de acuerdo al proyecto de los descendientes de Cedillo.