Adiós al chiringuito que quiso ser barco

El antiguo restaurante Boo Beach Club, con una singular silueta de barco, ya ha desaparecido de la primera línea marítima de Barcelona. Este desdichado local sufrió la furia del temporal Gloria a principios de 2020, el estallido de la pandemia le impidió reabrir y un incendio fortuito en la azotea lo sentenció ese mismo agosto.

Quedó tapiado durante dos largos años y se fue llenando de graffiti y suciedad. Un barco naufragado a causa del cambio climático y el incivismo. La presión vecinal por la degradación del espacio y la gran inversión que requeriría rehabilitar el local han llevado al consistorio a decidirse por la piqueta. La excavadora llegó este lunes al espigón y empezó su minucioso trabajo de demolición, hasta borrar toda huella de él.

Este curioso edificio había acogido antes otros negocios, como el restaurante La Oca Mar, y hace una década lo reinauguró el actor Santi Millán con diseño y ambición renovados y muchas ‘celebrities’. Al ocupar suelo público, a través de una concesión de época olímpica, ahora el consistorio ha podido recuperar el espacio una vez descartada la continuidad de la actividad económica.

Afortunadamente, con o sin chiringuito-barco, el espigón sigue siendo uno de los mejores lugares de Barcelona para contemplar la salida del sol. Ahora, sin naufragio a la vista.

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