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Philippe Saman: “Barcelona tiene que apostar por eventos deportivos de primer nivel"

"El mayor reto, tras la emergencia sanitaria, va a ser el de reducir las desigualdades sociales que la crisis ha ampliado", afirma el miembro fundador de Ahora Dónde-Le Refuge, que se dedica a ayudar a jóvenes víctimas de la LGTBIfobia en su entorno familiar

Philippe Saman

Philippe Saman

B. G.

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Philippe Saman, francés, 68 años, casado, sin hijos. Fue director general de la Cámara de Comercio Francesa de Barcelona durante más de 41 años. Hoy, colabora con la asociación Ahora Dónde-Le Refuge de la que es miembro fundador y que se dedica a ayudar a jóvenes víctimas de la LGTBIfobia en su entorno familiar. Gran aficionado al fútbol, es uno de los fundadores y el principal animador de la peña del Olympique de Marsella en Barcelona, el OM Fan Club Barcelona, que agrupa a más de 100 seguidores en la capital catalana.

¿Por qué escogió Barcelona? Llegué a Barcelona en mayo del 1979 para cumplir mi servicio militar para el estado francés por un periodo de 18 meses, y 43 años después sigo viviendo en la ciudad condal.

¿Qué aspectos de la ciudad destacaria como positivos? Barcelona es una ciudad de tamaño humano. Tiene una gran proyección internacional, lo cual permite la llegada de talento. Además, está bien comunicada. Es un puerto como mi ciudad natal, Marsella, lo cual implica una mezcla de orígenes, y una apertura hacia el mundo exterior. Barcelona es una ciudad con un gran potencial cultural, con numerosos museos de primer nivel y grandísimas obras de Gaudí y otros modernistas que siguen teniendo gran atractivo. Podríamos poner de relieve también las referencias arquitectónicas y culinarias de la ciudad. Si a esto le sumamos la combinación de sol y calidad de vida, se convierte en un destino atractivo para muchos nuevos 'targets', entre ellos, los nómadas digitales.

¿Qué aspectos de la ciudad hay que mejorar? ¿Cómo? Sin duda., una lección que tiene aún pendiente Barcelona es la masificación del turismo. Con la pandemia, vimos que el turismo era parte muy importante de la vida de la ciudad, pero que, a la vez, tenía un impacto negativo en los barceloneses. Sin embargo, me da la sensación de que hemos aprendido poco durante este período, y que no hemos aplicado las buenas prácticas de las que tanto se habla y que podrían ayudarnos a cambiar el modelo de turismo. Ahora que el turismo se está recuperando, volvemos a ver los mismos problemas asociados, sobre todo el de la inseguridad. Barcelona también se ha convertido en una ciudad más sucia. Además, hay que seguir mejorando las infraestructuras: seguir con la ampliación del puerto y avanzar en la del aeropuerto, con más conexiones transcontinentales, teniendo en cuenta, por supuesto, el medio ambiente. Por otra parte, se limita la circulación de coches contaminantes, pero no se incrementa de forma significativa los puntos de recarga eléctrica, ni hay muchas opciones de aparcamiento en las entradas de la ciudad. El transporte público, por su parte, debería mejorar mucho.

¿A qué retos cree que se enfrenta la ciudad para superar la emergencia sanitaria? El mayor reto, para mí, va a ser el de reducir las desigualdades sociales que la crisis ha ampliado.

¿Qué espera de la Barcelona de los proximos años? Creo que se debe hacer una transformación de la ciudad de forma coherente, con grandes proyectos donde la ciudadanía se vea implicada y pueda aportar. Entre ellos, destacaría el desarrollo sostenible de nuestra ciudad, sin olvidar el papel que juegan las empresas, teniendo como eje central el tema de la movilidad, que debe ser crucial para el futuro. También creo que el debate, la reflexión y las decisiones deberían ser pensados en clave metropolitana, y no municipal. Barcelona tiene que apostar por eventos deportivos de primer nivel, con repercusión mediática internacional, que puedan dar más prestigio a la ciudad, y aportar un turismo de calidad: Copa América de vela, Ryder Cup de golf, salida de un Tour de Francia, fórmula 1, MotoGP, entre otros.

¿Cuál siente que es su ciudad? ¿Qué es lo que más echa de menos? Más de 40 años, son muchos. Familia, amigos, relaciones, centros de intereses, mi vida es definitivamente en Barcelona, pero uno no olvida nunca la ciudad donde nació y pasó sus 20 primeros años.