HISTORIA POPULAR

'16 barrios, 1.000 ciudades', retrato gráfico de la Barcelona fuera de foco

De La Marina de Port a La Verneda, una decena de fotógrafos retrata enclaves de la ciudad históricamente excluidos del relato oficial para reducir el déficit de representatividad de estos territorios en el Arxiu Fotogràfic

Helena López

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El antropólogo Andrés Antebi, coordinador del Observatori de la Vida Quotidiana (OVQ) pone siempre el ejemplo de Gaudí. "Lo conocemos todo sobre su vida, pero, en cambio, ¿qué sabemos sobre la de los manobras que levantaron todo aquello que el arquitecto diseñó? ¿Qué se sabe de ellos? Nada", señala quien lleva más de 20 años trabajando por revertir esa situación desde el convencimiento de que la ciudad tiene un deber con esas memorias.

Empezar a saldar esa deuda es uno de los objetivos de la iniciativa '16 barris, 1.000 ciutats', que parte la prácticamente inexistencia de los barrios más populares de la ciudad en el Arxiu Fotogràfic de Barcelona (AFB).

"Es como si en los álbumes familiares que todos tenemos en casa no saliera buena parte de la familia", ejemplifica el teniente de alcalde Jordi Martí Grau en la presentación de '16 barris, 1.000 ciutats', libro que acaba de editar el Ayuntamiento de Barcelona como estadio final del proyecto con el mismo nombre que ha servido para aportar algunas instantáneas de esos hermanos que no salían nunca en las fotos al AFB, con imágenes, además, elaboradas por fotógrafos de lujo, como Mònica Roselló, Anna Oswaldo Cruz, Tanit Plana, Julia Montilla o Pau Faus.

Una camarera trabaja en el polígono de la calle de Fra Jupíner Serra.

Una camarera trabaja en el polígono de la calle de Fra Jupíner Serra. / Julia Montilla

Las otras caras de la desigualdad

El empeño, así, era intentar "equilibrar el relato historiográfico de la ciudad, la asimetría brutal en relación a nuestra historia gráfica, ya que eso implica cosas políticamente", prosigue Antebi, uno de los comisarios del proyecto fotográfico que retrata los 16 barrios de la primera edición del Plan de Barrios, nacido para dar respuesta a la segregación territorial, pero que pretende, también, "otorgar un papel a las barrios históricamente subalternizados en muchos puntos de vista, el primero económico, pero en muchos otros, también, como el de la representatividad en lo que se conoce como el relato de la ciudad", añade el antropólogo, quien mira con especial cariño las fotografías tomadas por Anna Oswaldo Cruz en La Teixonera y Sant Genís.

El OVQ ha estado muy presente en este barrio de montaña de Horta-Guinardó en otro proyecto del Plan de Barrios, también de recuperación de la memoria, en este caso de la historia de la autoconstrucción, como parte importante de las "memorias barriales que han estado históricamente menospreciadas". Ponerlas en valor para que los vecinos se enorgullezcan de un pasado.

Paisaje de Trinitat Nova.

Paisaje de Trinitat Nova. / XAVIER RIBAS

"Al empezar, nos encontramos con un ¿pero qué os interesa de la autoconstrucción? No es algo de lo que merezca la pena hablar", relata Antebi, cuya mirada sobre el proyecto inicial -generar codo a codo con los vecinos, sus protagonistas, material gráfico de los barrios- dista bastante del enfoque del libro final. Desde el OVQ lo importante no era tanto abrir los ojos a los ciudadanos "del centro" y 'descubrirles' estas "otras realidades", sino hacerle darse cuenta al manobra de que su historia es tan importante como la de Gaudí. Por ello, para el OVQ era básico no ser extractivistas y cuidar mucho el retorno real al barrio del trabajo.

El pánico al afrontar este tipo de (loables) retos suele ser no caer en la exotización de la pobreza ni la romantización de la marginalidad. Por eso acompañaron muy bien aterrizaje de los artistas en cada barrio, con un trabajo triangular entre vecindario, fotógrafo y OVQ. Muchas horas de creación de vínculos previos a ponerse a disparar que se notan mucho en el resultado final.

Un niño pasea en el barrio de La Pau.

Un niño pasea en el barrio de La Pau, el suyo. / MÒNICA ROSELLÓ

En las casi 300 páginas del libro, infinidad de escenas cotidianas que van desde niños jugando a futbol en una pista del colegio Mestre Morera, en Ciutat Meridiana con vistas a los míticos bloques que conforman ese otro skyline de la ciudad a Mari Luz y su hermana celebrando haber logrado parar su desahucio gracias al apoyo incondicional de la asociación de vecinos del barrio (ambas imágenes de Edu Ponces, de Ruido Photo). Esta última foto acompañada de un esperanzador pie: "entre octubre del 2018 y enero de 2019 todos los desahucios en los que participó la asociación de vecinos [detalle imprescindible para entender muchas cosas] quedaron parados".

Se trata de 16 reportajes gráficos muy distintos, en función de cada artista, pero todos fieles al encargo (y ya integrados en el hoy un poquito menos elitista AFB). Obras que recogen imágenes que van desde pintadas de "No dejar cagar a los perros" en un muro de Torre Baró (Toni Arnau) a una fotografía en blanco y negro del militante antidesahucios y miembro de Masala, Miguel Martín, en una calle del Raval (Joan Tomàs) o la fotografía de un pajarito en una jaula en Vallbona (Tanit Plana). 

Proyecto compartido

El proyecto gráfico ha sido una iniciativa compartida, insisten, comisariada por el OVQ (Antebi y Pablo González) y por La Comuna Fotogràfica (Marta Dahó y Marta Delclòs). La publicación del libro a partir este trabajo ha ido a cargo de Valentín Roma, responsable de La Virreina Centre de la Imatge, e incluye también entrevistas con los fotógrafos y un ensayo de la antropóloga Teresa Caldeira sobre "las nuevas formas de vida colectiva y la transversalidad en las grandes urbes".

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