Transporte público

La T-Mobilitat suma ya 120.000 abonados y seis años de retraso

El título de transporte roza las 100.000 validaciones en día laborable pero solo es apta para la T-Usual y la T-Jove y en los 36 municipios metropolitanos

Un usuario utiliza la T-mobilitat

Un usuario utiliza la T-mobilitat / TMB

Carlos Márquez Daniel

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Nadie se atreve, ni en el sector público ni en el sector privado, a defender la T-Mobilitat como un proyecto de éxito. Sí como un plan de futuro, porque mirar al pasado, los seis años de retraso desde que debió ponerse en marcha, resulta demasiado doloroso para la Administración. El título universal de transporte público, el salto del cartón al plástico para acceder a un vagón o a un bus, avanza a un ritmo tan pausado como cauteloso, con cerca de 120.000 personas dadas de alta y unas 95.000 validaciones en días laborables. Dice la Autoritat del Transport Metropolità (ATM), con toda la cautela que impone los errores y los fallos informáticos, que se están haciendo avances. Y que no se dará ningún paso si no hay dos condiciones fundamentales: "Comprobación y verificación".

La T-Mobilitat ha venido a cuento este lunes durante un acto en el que Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) presentaba un nuevo método para pagar el billete sencillo en el bus. La capital catalana ya es la primera ciudad española en la que se puede usar la tarjeta de crédito para pagar este ticket de un solo uso. Son menos del 2% de las validaciones, pero es un paso decidido hacia la digitalización del sistema. En la presentación era lógica la pregunta sobre la T-Mobilitat. Y así ha sido. La respuesta ha corrido a cargo del director general de la ATM, Pere Torres, que como veterano del ramo, sabía de sobra que saldría el tema. Al margen de aportar los datos del momento, ha recordado que ya se puede usar en los 36 municipios, pero solo para la T-Usual y la T-Jove. "Se está produciendo un despliegue progresivo sin problemas especiales para los usuarios", ha resumido.

Poco a poco

Sí los hubo el pasado año. A principios de octubre, sin ir más lejos, después de que la web del servicio tuviera que cerrar porque un fallo de seguridad dejó al descubierto datos personales de cerca de 2.000 usuarios. Se había puesto en marcha dos días antes y no volvió a estar operativa hasta el 20 de diciembre. El director de la T-Mobilitat, Ramon Bacardí, dijo en 'El País' entonces que se trataba "de un error muy tonto" y que los datos expuestos "eran muy básicos". Fue incluso un poco más allá asegurando que un incidente de este calibre se enmarca en una cierta normalidad dentro de una fase de pruebas. Tras esta pifia, el Parlament aprobó a principios de noviembre una moción presentada por el PSC que insta al Govern a presentar un informe de la situación de la T-Mobilitat antes de seis meses. Debería estar listo a las puertas del verano.

Preguntado por el progreso del invento, Torres ha sido más sutil al referirse al porvenir del plan: "Creo que iremos implementándolo poco a poco con la confianza y la tranquilidad que el proyecto merece y que no siempre ha tenido". Avanzará, ha añadido, "siempre que las prestaciones y funcionalidades del nuevo servicio estén comprobadas y verificadas para que los usuarios las puedan usar con normalidad". A día de hoy, según ha detallado Torres, se están produciendo unas 95.000 validaciones de la T-Mobilitat en el entorno metropolitano. Solo TMB (ámbito de Barcelona en bus y metro), son 1,5 los millones viajes que se registran en día laborable. La empresa pública de Barcelona concentró 425 de los 718 millones de viajes de movilidad compartida ('sharing' a un lado) del área metropolitana.