HISTORIAS METROPOLITANAS... 9

Las luchadoras de Molins de Rei

Josefina, Judith, Cristina y Rosalía hablan con un sentido común (y del humor) envidiables. Su objetivo, y el de la Plataforma d’Afectats per la Residència de Molins de Rei, de la que las cuatro forman parte, es defender los derechos de los mayores. Poner los cuidados en el centro, pero con hechos.

Cinco años de lucha en Molins para una residéncia de abuelos que no llega

Cinco años de lucha en Molins para una residéncia de abuelos que no llega / ROBERT RAMOS

Helena López

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A Josefina Gibert Llopart todavía le escuece que cuando su madre enfermó y ella ya no podía cuidarla, tuviera que llevarla a una residencia a Sant Boi porque en Molins de Rei, donde había vivido toda al vida, no había plazas. "Los abuelos trabajadores son los que levantaron Molins trabajando en el campo o en las fábricas, no hay derecho a que se tengan que marchar a morir fuera del pueblo; es intolerable", señala enfadada y dolida con su pañuelo azul al cuello y más razón que una santa. Esta mujer de pelo blanco y mirada dulce es, junto a Judith Herrera, la portavoz de la Plataforma d'Afectats per la Residència de Molins de Rei (PARM), colectivo que lleva un lustro luchando por la construcción de una residencia pública en este municipio del Baix Llobregat.

Josefina y Judith charlan y ríen junto a Rosalía Labrador y Cristina Cuscó -otras dos vecinas de Molins que forman parte de la combativa PARM-, mientras pasean hacia el CAP La Granja, donde una larga cola de personas espera su turno para la vacuna de refuerzo. Estas cuatro mujeres, sin embargo, no caminan hacia allí para vacunarse como sus pañuelos azules delatan. Se han reunido, como llevan cinco años haciendo, para reivindicar algo que consideran justo y necesario. Y lo hacen allí porque en ese solar, en el que ahora hay un pipicán y un aparcamiento de coches, es en el que está previsto que se construya la futura residencia, de la que, por el momento, estas luchadoras mujeres han visto solo un dibujo.

Cinco años de lucha en Molins para una residéncia de abuelos que no llega

Rosalía (izquierda) muestra su pañuelo azul mientras mira junto a sus compañeras el solar donde está proyectada desde hace años la futura residencia. / ROBERT RAMOS

"Muy bonito, precioso, pero por ahora solo un dibujo", precisa Judith, una de las fundadoras del colectivo. "Esta lucha la inició Joan Clos, un vecino que murió hace tres años. Al principio éramos él, su mujer y yo, que me sumé enseguida a ayudarles. Y, cuando él falleció, ya me quedé yo de portavoz", recuerda Judith, quien también afea la Generalitat que no haya contestado ni uno de los numerosos correos electrónicos que ha mandado preguntando por la cuestión.

Los planos del futuro centro que Judith muestra en su teléfono móvil son el fruto del trabajo de la UTE formada por BTA Arquitectes y PMMT Arquitectura, ganadores del concurso de ideas organizado por el consistorio para la futura residencia, fallado hace justo un año, en diciembre del 2020.

Despreocupación generalizada

"Es una vergüenza que la Generalitat no se haya preocupada nunca de hacer residencias públicas. No es de ahora. Esta es una cuestión que no ha interesado a ningún partido, nunca. No construyen residencias públicas y dejan la cuestión en manos de los privados. ¿Pero qué pasa con los abuelos trabajadores?", se enerva Josefina. Cristina asiente sentada a su lado. "Soy viuda desde hace dos años, vivo en un piso sin ascensor y cobro 800 euros al mes. Nadie quiere acabar en una residencia, pero muchas veces es inevitable. Y, si tengo que hacerlo, ¿cómo lo haré con los precios que tienen las plazas privadas? No podré pagarlo", se plantea la mujer, arropada por sus compañeras.

Cinco años de lucha en Molins para una residéncia de abuelos que no llega

Algunas de las activistas de la PARM frente al consistorio de Molins de Rei, esta semana. / ROBERT RAMOS

Una de las cosas que llevan pero de estos cinco años de lucha es sentir que las tratan como si no se enteraran. "Seremos mayores, pero no somos ignorantes", reivindican "cansadas de promesas vacías". Los discursos reivindicando la importancia de los cuidados están muy bien sobre el papel, pero cuando un grupo de mujeres mayores alza la voz -y de qué manera- no gusta tanto. "Sentimos que no hay absolutamente ningún partido que nos apoye. Ni del gobierno ni de la oposición. Estamos solas en esto, pero convencidas de que lo que pedimos es algo justo y no pensamos parar. ¿Quién va a defender los derechos de los mayores si nos rendimos?", reflexionan mientras repasan las acciones que llevan realizadas en este tiempo. Recogieron 5.000 firmas, se manifestaron e incluso, el último episodio, lograron hablar directamente con la 'consellera' de Drets Socials cuando se la encontraron por casualidad en la Fira Gran, e incluso agendaron una reunión formal para el mes que viene.

Según un comunicado oficial del consistorio todavía colgado en su página web y datado en octubre del 2017 titulado 'Acuerdo para construir una nueva residencia en Molins de Rei', la Generalitat se comprometía a adjudicar un mínimo de 50 plazas concertadas "a partir del 2019, cuando haya finalizado la construcción de la residencia". En diciembre del 2018, otra noticia colgada en la web del consistorio alargaba los plazos y señalaba que se preveía que "este 2019 se realice la licitación municipal del proyecto de construcción y que en el 2021 este puede entrar en funcionamiento". En diciembre del 2020, dos años después, la noticia -también colgada todavía en la página web del consistorio- era que ya tenían equipo redactor del proyecto arquitectónico, que tendría un coste de 472.837 euros, pero ya no se hablaba de fechas y no será por la falta de insistencia de las mujeres de la PARM.

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