‘Amunt persianes’

Barcelona compra El Ingenio y otros 49 locales para dinamizar el comercio de calidad

Los bajos de propiedad municipal, que han sido elegidos mediante concurso a partir de las propuestas de los propietarios, serán alquilados por un precio inferior al del mercado

10 están en Ciutat Vella, cinco en el Eixample, tres en Sants, 16 en Les Corts, dos en Gràcia, seis en Horta, tres en Nou Barris, uno en Sant Andreu y cuatro en Sant Martí

Exterior de la tienda El Ingenio, en Barcelona

Exterior de la tienda El Ingenio, en Barcelona / JORDI COTRINA

Toni Sust

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El Ingenio, la tienda de la calle de Rauric fundada en 1838 como centro de producción de cabezudos y gigantes por Benet Escaler, fue viendo cómo el tiempo y los cambios en la ciudad la tambaleaban. Eludió por dos veces la guadaña del cierre. La primera, en 2016, cuando su hoy ya antigua propietaria, Rosa Cardona, no encontró a quién pasarle el testigo y se daba por hecho el adiós. El Rey de la Magia se propuso asumir el reto de mantener el establecimiento pero un año después cerró también. En 2019 hubo un último intento, finalmente también fallido.

Ahora el comercio pasará a ser del Ayuntamiento de Barcelona, junto con otros 49 locales que están a pie de calle en distintos distritos de la ciudad. Y eso sucederá en el marco de una iniciativa anunciada en abril por la que la que el consistorio invierte 16 millones de euros en 50 bajos comerciales en los 10 distritos con un doble objetivo: que vuelvan a abrir sus persianas, es decir, estimular el comercio, tan dañado por la pandemia, y que lo hagan con actividades de calidad, de tipo variado, todavía por determinar. La medida forma parte del plan ‘Amunt persianes’, estrategia de apoyo al sector del comercio.

Los tenientes de alcalde Jaume Collboni y Jordi Martí han explicado este miércoles el estado del plan, que no tiene precedentes en Barcelona: “Nunca antes una ciudad había hecho una operación de esta ambición de compra de patrimonio”, ha asegurado Collboni. Martí ha relatado que solo han encontrado un caso similar en París: “Allí el mayor propietario de librerías es el ayuntamiento”, ha precisado como ejemplo.

Gentrificación comercial

La realidad ha demostrado que hay actividades que no pueden competir con los ingresos de cierto comercio monocolor de tantas urbes turísticas, por lo que acaban arrinconadas o desaparecidas en algunas zonas. Es la gentrificación comercial que, ha recordado Martí, acompaña en ocasiones a la vecinal: suben los precios de una zona, los vecinos ya no pueden permitirse residir en ella y son relevados por personas con más capacidad económica. Pues con las tiendas, lo mismo.

La operación de compra de los 50 locales supone una inversión de 16 millones introducida en los presupuestos para 2021 mediante el acuerdo por el que ERC dio su apoyo a esas cuentas. Es curioso como en las últimas semanas se han anunciado varias de estas inversiones que nacen de ese pacto con el grupo de Ernest Maragall justo cuando sus integrantes más enfadados están con el gobierno de Barcelona en Comú y el PSC. Dentro de una semana, los republicanos votarán a favor de otras cuentas, las de 2022, obligados por el acuerdo que ERC cerró con los ‘comuns’ sobre los presupuestos de la Generalitat. Pero esa es otra historia.

Concursos

El ayuntamiento cobrará un alquiler inferior al de mercado por los bajos a cambio de garantizar que la actividad del nuevo negocio case con los objetivos citados. Para elegir los 50 bajos comprados –que han sido tasados y elegidos pero cuya compra-venta no se ha formalizado todavía- se abrió un concurso para Ciutat Vella, con un presupuesto de seis millones, y otro para el resto de la ciudad, de 10 millones. “Nuestro temor era que no se presentara nadie”, ha explicado Martí.

Los requisitos imprescindibles: que los locales midieran entre 60 y 1.000 metros cuadrados, que fueran accesibles desde la calle, que no tuvieran inquilinos y que contaran con un estado de conservación que no requiriera una inversión más que moderada para su puesta en funcionamiento. También se tuvo en cuenta una distribución territorial variada, y se pidió a los distritos que señalaran qué zonas eran más prioritarias para la actuación.

Se determinó que el precio de compra sería como máximo de un 10% por encima de la tasación del inmueble. Un total de 88 locales fueron ofrecidos por propietarios. 28 fueron rechazados por estar fuera de los ámbitos elegidos, o por un coste de rehabilitación excesivo, o por tener una superficie insuficiente por estar el precio demasiado por encima de la tasación. De los 60 restantes se hizo una puntuación que permitió elegir a los 50 más idóneos.

De los 50 locales, 10 están en Ciutat Vella, cinco en el Eixample, tres en Sants, 16 en Les Corts (todos en un mismo conjunto), dos en Gràcia, seis en Horta, tres en Nou Barris, uno en Sant Andreu y cuatro en Sant Martí. De media, los locales comprados en Ciutat Vella cuentan con una superficie de 268,67 metros cuadrados y un precio de 530.000 euros, en tanto que en el caso de los del resto de la ciudad la media es de 177 metros cuadrados y un precio de 243.000 euros.

La segunda fase

Ahora, durante 2022, se abrirá otro concurso para determinar qué actividades corresponden a los locales que compondrán la bolsa pública municipal. Según el ayuntamiento, se espera que sean de comercio y servicios de proximidad, creatividad, enseñanza e investigación, trabajo terciario, equipamientos sociales, logística y servicios empresariales, economía social y solidaria.

Se intentará, han relatado los tenientes de alcalde, lograr en lo posible una continuidad con el pasado de algunos de los comercios. Por ejemplo, que el sucesor de El Ingenio resulte acorde a su historia y a su espacio. Sobre este comercio, Collboni ha celebrado especialmente su adquisición: “Es una gran noticia. Lo hemos salvado”. Y Martí ha garantizado que se conservará su contenido. La antigua propietaria, Rosa Cardona, ha asistido a la comparecencia.