Efectos de la pandemia

Plan para resucitar cientos de locales comerciales cerrados en Barcelona

El ayuntamiento invertirá 17 millones en comprar establecimientos que serán de protección oficial, en crear una bolsa de alquileres asequibles e incentivar nuevos negocios

La ciudad cuenta con unos 5.300 espacios disponibles, sobre todo en Ciutat Vella donde se ha recuperado solo un 37% de la facturación previa

La medida de gobierno incidirá también en la prevención de cierres y en bajar la actividad de servicios de pisos a las plantas bajas para dinamizar barrios

Comercios cerrados en el distrito de Ciutat Vella.

Comercios cerrados en el distrito de Ciutat Vella. / Manu Mitru

Patricia Castán

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El nombre de la ofensiva lo dice todo. 'Arriba persianas' es la respuesta municipal ante un desolador panorama de negocios cerrados, en muchos casos víctimas de la pandemia y sobre todo en el centro de Barcelona. Para paliarlo, el ayuntamiento impulsará un plan de resucitación de cientos de locales comerciales disponibles a lo largo y ancho de la ciudad. La mayor partida de los 17 millones de euros presupuestados irá a parar a la compra de espacios, con los que se creará una oferta de protección oficial. Pero la medida de gobierno también incluye crear una bolsa de alquileres asequibles en alianza con los propietarios privados, así como ayudas económicas para iniciar un negocio y nuevos incentivos para desplazar los servicios que ahora se realizan en plantas altas (desde médicos a academias) a las plantas bajas, lo que favorecería la dinamización de los barrios.

La compra de locales y promoción por parte del consistorio se había realizado puntualmente en algunos pequeños puntos de la ciudad (periféricos y en calles degradadas del Raval), aunque nunca a nivel de ciudad. Pero la crisis sanitaria ha provocado una caída de ingresos sin precedentes, con un índice de recuperación de la actividad comercial previa a la pandemia en el conjunto de la metrópolis del 69,2%, que implica que algunos distritos han logrado mantener casi idéntica su facturación (Nou Barris y Horta-Guinardó), mientras que Ciutat Vella está en un preocupante índice del 37,6% y el Eixample a un 59,4%. El resto, se sitúan entre 10 y 20 puntos por debajo de las cifras de hace un año, según cifras facilitadas por bancos procedentes de los pagos con tarjeta.

La nueva situación, según datos municipales obtenidos a través de portales inmobiliarios, se salda con unos 5.300 locales comerciales vacíos y disponibles, que suman 1,5 millones cuadrados de metros cuadrados. El reto es resucitar de momento unos 400, que servirían de incentivo o motor hacia una dinamización aún más extensa.

La concejala de Comercio, Montse Ballarín, ha alertado de que más allá de las repercusiones económicas, los cierres de comercios se han traducido a escala ciudadana en una "menor oferta de proximidad, menos sensación de seguridad y desertización en algunas zonas". Los nuevos planes para el comercio se inscriben en "la estrategia de relanzamiento de Barcelona", que cuenta con un fondo extraordinario de 87 millones de euros para el apoyo del tejido productivo y la ocupación (45 para ayudas directas, 12 para crear ocupación y 30 para promoción económica).

Ciutat Vella, en el ojo del huracán

El apartado más ambicioso del plan será la compra de locales por importe de 16 millones de euros (solo en Ciutat Vella ya concentrará 6 millones) para la creación de una bolsa local de protección oficial, a propuesta del grupo municipal de ERC. Contar con locales públicos permitirá favorecer la implantación de determinados negocios en zonas con poca oferta o muy afectadas por la crisis. Permitirá también primar la diversidad en áreas con excesivo monopolio turístico. En cada distrito, pues, habrá áreas prioritarias donde las ofertas disponibles que se presenten a concurso obtendrán más o menos puntos, ha explicado el concejal de Presidencia y Presupuestos, Jordi Martí. El ayuntamiento trabaja con inmobiliarias para promover la iniciativa, que tendrá en cuenta las tasaciones y estado de los locales, ha detallado.

Si la compra no se completa mediante el sistema de concurso público, se realizará una compra directa local por local. Desde el grupo republicano, Jordi Coronas ha destacado la importancia del acuerdo para garantizar la "mixtura comercial e impulsar la emprendeduría local", que es muy difícil con los precios de muchos alquileres. También para evitar que los fondos financieros se adueñen de estos activos y los mantengan vacíos, con fines especuladores, ha enfatizado.

Martí calcula que podrían adquirirse entre 30 y 60 locales, a un precio medio de 250.000 euros, aunque están abiertos a adquisiciones de diferente tamaño y coste. Pasarían a formar parte de una oferta de protección oficial, que facilitaría el acceso a nuevos negocios. El proceso se abrirá esta primavera y la implantación comenzará el próximo año, tanto para propuestas estables como temporales, ya que el consistorio quiere dar empuje a iniciativas 'tester', es decir, a prueba y en condiciones muy favorables (bajo alquiler o gratuidad) para que los emprendedores puedan probar la viabilidad de sus ideas durante un tiempo y de la mano de Barcelona Activa.

El segundo objetivo es una bolsa de alquiler de locales (siguiendo los pasos de la bolsa de alquiler de vivienda), que precisará de la alianza con agencias y propietarios. Aquí el ayuntamiento incentivará a los dueños a participar ofreciéndoles estímulos como dos años de seguro de impago de alquiler gratuito, con el objetivo de que el precio de la renta pueda comenzar un 25% por debajo del mercado, para ir aumentando hasta normalizarse el quinto año. El consistorio pretende impulsar la reactivación de hasta 200 locales por esta vía, y podría primar un tipo u otro de oferta según las necesidades de la zonal.

Otro frente serán las ayudas para la apertura de negocios (700.000 euros) en estos locales desiertos. Podrán ser de hasta 50.000 euros mediante un programa de subvenciones a fondo perdido para iniciativas de emprendedores y también para mantener o hacer crecer actividad ya existente. Se beneficiarán también servicios que ahora se desarrollen en plantas superiores y quieran pasar al nivel de calle. El último paquete de ayudas, de 2.000 a 4.000 euros, sería para arrancar un negocio, de compra o alquiler.

Como remate, la estrategia no olvida la creación de un largamente reivindicado observatorio de los locales en planta baja, que ayde a diagnosticar y conocer la situación de los comercios y servicios en cada negocio. Así como una línea de asesoramiento y ayuda para prevenir el cierre de más establecimientos.

Usos variados y complementarios

La pandemia y nuevos hábitos sociales ha "agravado" el cierre de comercios en la ciudad, ha señalado Martí, con el consiguiente riesgo de que se alteren las funciones económicas (empleo y dinamización), sociales y urbanísticas que se le atribuyen en los barrios. Los usos a incentivar en las plantas bajas vacías y ahora sin pretendientes, son el comercio de proximidad, los servicios (de estética a gestorías), talleres creativos, formación e investigación (escuelas de oficios, laboratorios...), oficinas y 'coworkings', equipamientos sociales y asistenciales, de logística y servicios empresariales (puntos de distribución, entre otros) y de economía social y solidaria.

El comercio pide más ambición en las inversiones

Las dos grandes patronales del comercio en Barcelona agradecen el esfuerzo municipal en la reactivación del sector local, pero alertan de algunas debilidades del plan. Para Barcelona Oberta, que agrupa a los grandes ejes del centro de la ciudad y sus zonas turísticas, al proyecto le falta ambición. La inversión está "muy por debajo de la que están haciendo en el mismo sentido otras grandes ciudades como París", señala Nuria Paricio, su directora. Considera que más allá de la compra es importante asegurar que se trate realmente de actividades económicas y que generen empleo y riqueza. Reclama "flexibilidad" a las normativas para agilizar trámites y permitir las llamadas "multilicencias", tendencia en otras urbes, donde en un mismo espacio conviven usos. Por ejemplo, librerías donde se puede tomar un café. Para Salvador Vendrell, presidente de Barcelona Comerç, que representa a los ejes comerciales de barrios de toda Barcelona, más allá de la compra de locales es clave "la gestión y seguimiento", así como garantizar la profesionalidad y viabilidad de los proyectos para que puedan arraigar.