Concentración

Una protesta heterogénea contra Colau reúne a 1.200 personas en Sant Jaume

El movimiento ‘Barcelona es imparable’ reúne a ciudadanos de sectores visiblemente variados contra la alcaldesa

Gerard Esteva, cabeza visible del colectivo, afirma que este quiere ser “el catalizador del malestar para lograr “la ciudad del ‘sí’”

Manifestacion plataforma contra Colau Barcelona es imparable en la placa Sant Jaume.

Manifestacion plataforma contra Colau Barcelona es imparable en la placa Sant Jaume. / FERRAN NADEU

Toni Sust

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Más de un millar de personas, 1.200 según la Guardia Urbana, se han acercado en la tarde de este jueves a la plaza de Sant Jaume convocados por la plataforma Barcelona es imparable para protestar contra la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y para denunciar los efectos de su gestión en la ciudad, que consideran nefastos. Barcelona es imparable es un movimiento que se dio a conocer hace dos semanas con dos elementos de base: un manifiesto que denuncia que Barcelona está en decadencia y la convocatoria de la concentración de este jueves. El movimiento indicó en su manifiesto fundacional que la ciudad vive “desánimo” con el gobierno de Colau, que ha dejado ser una referencia internacional. Y aunque el texto no cita a la alcaldesa, es una enmienda a la totalidad de su gestión.

En la plaza, esta tarde, el tono ha sido distinto, bastante más concreto. Las proclamas: “¡Colau dimisión!”. “¡Que llore, que llore!”. Había pancartas repartidas por la organización, una con el manifiesto y otras con las frases ‘Prou brutícia, Prou caos, Prou inseguretat, Prou dir no’. También las había elaboradas domésticamente, y con temática amplia. Desde los que denunciaban la connivencia de la alcaldesa con “la dictadura cubana” hasta uno que defendía la ampliación del aeropuerto de El Prat.

La plataforma 'Barcelona es imparable' se manifiesta en la Plaça de Sant Jaume

Ferran Nadeu

Un colectivo variado

De los que han acudido a manifestarse destacaba la variedad: según propio reconocimiento y signos visibles, independentistas y unionistas han convivido en una protesta con una edad mediana elevada. Apenas había gente joven. Lo apreciaba uno de los jóvenes presentes, que contaba: “Vengo a título personal porque no me gusta Colau”. Y que prefería no dar su nombre. No había una multitud de caras conocidas. Un concejal, Paco Sierra, de Ciudadanos. Y algunos nombres de la Barcelona comercial, como Luis Sanz, de la Asociación Paseo de Gràcia.

Entre el griterío y los pitos a Colau, se ha leído en público el manifiesto y han tomado la palabra brevemente algunas de las caras visibles del movimiento, Gabriel Jené, presidente de Barcelona Oberta; Ferran Piqué, presidente de la Federació Nacional d’Estudiants de Catalunya (FNEC), y Manel Martínez, de Tsunami Vecinal. El discurso más largo lo ha hecho el que oficiosamente se diría líder del proyecto, Gerard Esteva, el presidente de la Unió de Federacions Esportives de Catalunya (FNEC). “Somos el latido de Barcelona”, ha proclamado. Ha agradecido su adhesión a las “más de 100 entidades” que apoyan el movimiento: “No sabéis las presiones que hemos tenido. Hemos aguantado y estamos aquí”.

Un grupo de manifestantes contra la gestión de Colau, esta noche en la plaza de Sant Jaume.

Un grupo de manifestantes contra la gestión de Colau, esta noche en la plaza de Sant Jaume. / FERRAN NADEU

Esteva ha repasado algunos datos negativos de la ciudad, de la que ha dicho que es “una pesadilla” entrar y salir. Ha criticado la política de vivienda del consistorio por insuficiente y ha afirmado que Barcelona está sucia y que la mayoría de jóvenes tienen que irse para buscarse un futuro. Esteva ha celebrado que la plaza estuviera “absolutamente llena”, en un arranque de optimismo fruto de la pasión del momento. Porque había gente, pero sin apretarse.

El presidente de la UFEC ha defendido estos días que el movimiento no tiene intenciones electorales, algo que este jueves ha venido a defender con una frase distinta: “Queremos ser el catalizador de este malestar. Hay que sustituir el ‘no’ por un ‘sí’ responsable”. Como final de fiesta, ha instado a los presentes a mostrar una tarjeta amarilla echando mano de una de las pancartas repartidas. Y ha añadido: “Es la primera advertencia”. Si la situación no mejora, ha dicho, volverán con la roja.

Candidadura o no

Pese a que sus integrantes niegan que persigan formar una candidatura para las municipales que se celebrarán en 2023, dentro de 19 meses, proliferan las sospechas de que acabará influyendo en esa cita. Luego está la duda de a qué espacio político puede representar el colectivo. De entrada, fue visto como una posible plataforma vinculada a Junts per Catalunya, pero el hecho de que se presentara solo un día antes de que la presidenta del grupo de ese partido en el consistorio, Elsa Artadi, pronunciara la conferencia en la que certificó que quiere presentarse en 2023 diluyó la sospecha.

En Twitter se la ha asociado al PDECat, pero fuentes de este partido niegan la relación. Otras voces vinculan al movimiento con sectores de Junts que discrepan de Artadi, y se le considera muy próximo a Foment del Treball, patronal que, bien es sabido, no lamentaría mucho el adiós de Colau. Como decía el legendario periodista José María García, será el tiempo, ese juez inexorable, quien quite y dé razones y confirme si de ‘Barcelona es imparable’ sale un alcaldable.

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