Debate sobre la limpieza en la ciudad
Ciutat Meridiana y el incivismo como pequeño satélite del problema de la vivienda
La plaza Roja se llena por las noches de grupos de jóvenes que se reúnen para charlar y beber. Los comerciantes se quejan, pero los vecinos recuerdan que hay asuntos más graves y urgentes

Plan para limpiar Barcelona: Plaza Roja en Ciutat Meridiana /

Carlos Márquez Daniel
Carlos Márquez DanielPeriodista
Periodista especializado en Barcelona. En 'El Periódico' desde principios de siglo. Los últimos 15 años, dedicados a la información local: movilidad, urbanismo, infraestructuras, política municipal, barrios, área metropolitana y medio ambiente. Colaborador habitual en los programas de televisión 'Planta Baixa' (TV3) y 'Bàsics' (Betevé).
Carlos Márquez Daniel
A pesar de que la plaza Roja es uno de los 10 puntos en los que ayuntamiento intervendrá de manera urgente en materia de limpieza callejera, a nadie se le escapa que Ciutat Meridiana tienen asuntos más apremiantes por solventar antes que la suciedad. Este es un barrio en el que más de 300 familias viven ocupando ante la imposibilidad de pagar un alquiler (Villa Desahucio la llamaban, ¿recuerdan?), en el que la renta familiar disponible es la más baja de la ciudad (seis veces por debajo de Pedralbes, por ejemplo), en el que los servicios sociales se desquitan a diario para ayudar a las familias más desfavorecidas a pesar de la falta de recursos públicos. Será, además, de los últimos en salir de la crisis asida a la pandemia. Aquí tenía que ir un cementerio, pero se consideró que el terreno era demasiado húmedo. Mucho mejor instalar a los vivos a través de un pelotazo inmobiliario liderado por el promotor Enrique Banús, de la mano de Juan Antonio Samaranch y el alcalde José María de Porcioles. Eran los años 60, y muchas luchas sociales después, los vecinos mantienen el puño levantado. Ahora, también contra el incivismo.
La plaza Roja es el principal punto de encuentro de Ciutat Meridiana. Y también del fronterizo barrio de Torre Baró, con el que comparte estrecheces, ambos en la parte norte del distrito de Nou Barris, entre la autopista C-58 y Collserola. Tiene un par de bares, dos mecánicos, dos panaderías y, atención, cinco peluquerías. La más veterana es la de Antonio Rodríguez, instalado en uno de los altillos desde 1970. "Cinco peluquerías, de verdad que no entiendo cómo se pueden ganar la vida". Son siete si se añaden las que hay en 200 metros a la redonda. Antonio fue uno de los fundadores de la asociación de comerciantes y echa de menos "los tiempos en los que se hacían fiestas en la calle y cada uno traía un poco lo que podía". Ahora, denuncia, "esto está siempre lleno de latas, de jóvenes bebiendo alcohol que compran en aquel súper de ahí".
Policía sin efectivos
Asegura que se han quejado repetidamente al distrito y a la policía. En una reciente reunión con Mossos y Guardia Urbana, les dieron la razón en todo, pero les admitieron que no hay suficientes efectivos y que antes de atender los problemas de orden público, deben hacerse cargo de los delitos de sangre u otros asuntos más graves que un conflicto de convivencia. "En la plaza suelen limpiar, pero no dan abasto porque la gente no colabora. Tenemos muchos otros problemas en el barrio, pero el incivismo está peor que nunca".

La zona, vallada, dedicada a los más pequeños en la plaza Roja / Álvaro Monge
Un poco más arriba, justo debajo de la plaza Verde, Cristina Soria tiene su herboristería y dietética. Nina Krisso, se llama su negocio. Es la actual presidenta de los comerciantes y coincide con el veterano peluquero en que el incivismo está desatado. "Convierten la barandilla que hay sobre la plaza en una barra y se pasan ahí hasta la madrugada, algunos días, con peleas incluidas. Y como los bares no les dejan usar su baño, hacen sus necesidades por los rincones". Compran las latas en un colmado, pero se conoce que hay pisos particulares, advierte Cristina, que también se dedican a la venta de cervezas.
A pesar de las actitudes incívicas, de que ciertas comunidades hacen mucha vida en la calle, y de manera muy estridente, aclara que eso no es sinónimo de inseguridad. "Los conocemos a todos, aquí nos respetan. Yo casi nunca he tenido un problema". El 'casi' es porque en una ocasión encerró en su propia tienda a un ladrón durante dos horas. "No iba armado y era un chaval del barrio". Terminó por dejarle marchar antes de que llegara la policía.
"En la plaza suelen limpiar, pero no dan abasto porque la gente no colabora. Tenemos muchos otros problemas en el barrio, pero el incivismo está peor que nunca"
Un portavoz del ayuntamiento argumenta que la plaza Roja es un "punto estratégico de Ciutat Meridiana con una alta frecuencia de uso". Admite que tiene dos caras, la diurna y la nocturna. "Cuando cae el sol se convierte en una zona de estancia prolongada, con los problemas que eso puede generar: restos de residuos y orina". Ante esta situación, la actuación prevista en el plan de choque se centrará en la "limpieza intensa de rincones". Complicada, precisa, la voz municipal, "por la morfología del terreno, con escaleras, porches y distintos niveles".

Un grupo de vecinos intentan parar un desahucio en Ciutat Meridiana / RICARD CUGAT
Filiberto Bravo, presidente de la asociación de vecinos de Ciutat Meridiana, deshincha el asunto. "Hay incivismo, pero el principal problema que tenemos aquí sigue siendo el de la vivienda y el trabajo, no nos olvidemos". Advierte de que los Mossos "están recurriendo a una violencia fuera de lo normal en los desahucios, mucho más que antes". "Y nos sorprende -prosigue- porque nosotros no hemos ido nunca en ese plan". Esto sucede, recuerda, a pesar "de que está en vigor, hasta el 31 de octubre, la moratoria aprobada por el Gobierno en materia de desahucios". Pues bien, entre el 21 y el 27 de octubre tienen programados 10 lanzamientos en el barrio. "No tenemos tiempo para dedicárselo al incivismo, que existe y creo que ha crecido por culpa de la pandemia. Ten en cuenta que aquí la gente vive en pisitos, y por eso también salen a la calle a hacer vida", resume. Quita hierro a los botellones porque los considera un problema de ciudad. "Insisto: el problema es la vivienda y el trabajo, y que esté bien remunerado".
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