INICIATIVA SOCIAL EN RIESGO

La movilización vecinal da aire al huerto okupado del Baix Guinardó

Los implicados en el proyecto comunitario creado en un solar municipal donde antes solo había maleza piden al distrito diálogo y este responde que en los terrenos lugar hay previstos unos jardines públicos y que deben marcharse

Celebración de la paralización del desahucio del Brot, este martes en el Baix Guinardó.

Celebración de la paralización del desahucio del Brot, este martes en el Baix Guinardó. / JORDI OTIX

Helena López

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El Brot, el huerto comunitario okupado en el Torrent de Lligalbé, en el Baix Guinardó, ganó este martes algo de tiempo. La presencia de un notable grupo de personas en el espacio en el momento en el que llegó la comitiva impidió el desalojo del espacio, cuyo futuro sigue amenazado, ya que los terrenos se encuentran en un lugar en el que hay una transformación urbanística pendiente. Pese a que el disputado solar justo antes de la entrada de los vecinos el pasado mes de mayo era un descampado lleno de maleza que el trabajo colectivo convirtió en un lugar agradable, lleno de plantas, niños y abuelos, el consistorio tenía otros planes para estos terrenos. En ellos deben abrirse los Jardines de Lligalbé. Con ese objetivo se expropió la casa y el huerto de Paco, quien ahora cuida el huerto comunitario, sembrado justo sobre las ruinas del que fuera su huerto original, además de compartir su saber con los neófitos.

Una de las cuestiones sobre la mesa es que desde el vecindario del bloque junto al huerto se pidió a la administración que la promoción de pisos sociales que incluye la operación no se levantara sobre sus ventanas, tal y como en principio estaba previsto, sino en el frontal de la calle de Lepant. Demanda que el consistorio ve con buenos ojos y que supondría rehacer los planes y los planos, lo que significa tiempo, un tiempo que, a ojos de Carles Sanz, historiador del distrito y uno de los fundadores del grupo de memoria de Horta El Pou, deberían darle a El Brot. "No tiene ningún sentido que les desalojen ahora para que esto se vuelva a llenar de maleza. Si saben que todavía queda tiempo para ejecutar la obra, ¿por qué tanta prisa en echarles? Aquí están pasando cosas muy bonitas. Esto se ha convertido en un punto de encuentro vecinal, más allá del proyecto del huerto", prosigue Sanz, uno de los grandes defensores de la recuperación de la memoria histórica del barrio. De hecho, si los futuros jardines proyectados aquí recibirán el nombre de Jardins de Lligalbé es por la lucha de este hombre per recuperar el nomenclátor histórico de esta zona otrora rural.

Tras la visita de la comitiva al espacio, que acabó con la entrega de una notificación a los ocupantes de que en cualquier momento podían volver, esta vez sí, con las máquinas para llevárselo todo por delante, un grupo de vecinos se ha dirigido a la sede del distrito, a pocos metros del huerto, a pedir una cita urgente con la concejala. Pese a la negativa inicial, la insistencia vecinal ha arrancado un compromiso de una trabajadora municipal a agendar en breve una reunión con la concejala, quien insiste en que en esos terrenos deben ser desalojados para poder abrir los jardines.