La Rambla recupera el 'Tast' con 26 restaurantes y aforo covid

La Rambla ya no es lo que era. Ya no es lo que ha sido este año y medio. Las jarras de cerveza de litro, o copones, han regresado. Y detrás de cada copón, detrás de cada jarra, un turista. La avenida ha recuperado a gran parte de sus visitantes habituales, o eso parece, aunque algunos matizan que todavía no se ha vuelto a la asistencia previa a la pandemia. Esa es por lo menos la opinión de Galileo Galilei, o mejor, la del hombre estatua ataviado como el astrónomo, ingeniero, filósofo, matemático y físico toscano que posa hierático ante turistas ingleses y que dice que en verano había más actividad. A diez metros de Galilei, Rigatoni con tartufo, pastrami chino, mollete de picaña de ternera madurada con chimichurri.

Son algunas de las t'apas que se pueden consumir en el ‘Tast a la Rambla’, una feria gastronómica de la que este año se celebra la séptima edición. Sería la octava pero el año pasado, covid obliga, no se celebró. Normalmente, se hace en junio, pero esta vez ese mes era todavía un periodo de incertidumbre, y aunque estaba previsto que se hiciera entonces, al final hubo aplazamiento. La cita se ha iniciado este jueves, de las 12.00 a las 22.00, y lo hará el viernes y el sábado hasta medianoche. El domingo, último día, cierra otra vez a las 22.00.

2.000 personas

Esta es una de las características de esta edición: la zona de la Rambla de Santa Mònica donde están los distintos estantes del Tast están rodeados por vallas por la regulación covid, y el máximo de asistentes es de 2.000 personas. En las cuatro entradas del espacio hay empleados contando a la gente que hay para controlar que no se llegue al límite. A la una de la tarde había algo más de 300 personas. A las tres, 608.

La cita la organizan desde 2013 Amics de la Rambla, que asume la parte institucional, la relación con las administraciones; y el grupo Gsr, que asume la inversión inicial y la gestión económica. El coste de la organización este año ronda los 600.000 euros. Participan 26 restaurantes y pastelerías (en un año normal la cifra ha llegado a ser de 50) que abonan 600 euros por estar allí. Roser Torras, considerada inventora de la cita y directora general de Gsr, vive tan de cerca la cita que pernocta en un hotel de la Rambla estos días. “Este año quizá salvaremos los muebles, pero ha venido mucha gente para ser un jueves”, afirma esperanzada.

Barceloneses y turistas

“Aquí hay una intención muy clara: que vuelvan los barceloneses a la Rambla”, añade Torras. Es algo que certifica el gerente de Amics de la Rambla Xavi Masip, que sostiene que si en la calle la proporción habitual es de un 70% de turistas y un 30% de población local, en la feria gastronómica los porcentajes se invierten, aunque solo sea “por unos días”.

El ‘Tast’ cuenta con cuatro espacios, uno de cocina de autor, uno de pastelería, uno de tapas y platillos y uno de cocina tradicional. El quinto espacio es el Aula de Tast, en la que hay programadas demostraciones varias que en una edición convencional se hacen en el Centre d’Art Santa Mònica y en esta, en la calle. La entrada es gratuita y Masip calcula que un visitante necesita unos 18 euros para salir satisfecho de la propuesta: dos tapas, una bebida y un postre. “A partir de aquí, lo que quieras”. Las tapas van a cuatro euros.

“La gente tiene ganas de Rambla”, dice Fermín Villar, presidente de Amics, que, como suele, sigue lamentando que el ayuntamiento no tenga todavía fecha para la reforma de la avenida. Para ser el primero de los cuatro días de la cita, la afluencia es celebrada por los organizadores, que cuentan con que en junio próximo puedan celebrar con toda normalidad la octava edición del ‘Tast a la Rambla’.