La salida de la crisis pandémica

Colau pide fondos Next Generation para barrios como el Besòs

La ministra Yolanda Díaz, de visita en Barcelona, recoge el guante para que de esta crisis no se salga como de la del 2008

La alcaldesa propone que el futuro de las tres icónicas chimeneas de Sant Adrià se desencalle con estas ayudas

La alcaldesa de Barcelona Ada Colau y la vicepresidenta Yolanda Díaz visitan el barrio del Besòs

La alcaldesa de Barcelona Ada Colau y la vicepresidenta Yolanda Díaz visitan el barrio del Besòs /

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La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha puesto sobre la mesa del Gobierno de España que un pellizco de los fondos de recuperación prometidos por la Unión Europea para salir de la crisis causada por la pandemia, bautizados como Next Generation, se destinen barrios como el del Besòs. Sería esto una suerte de resurrección del Plan de Barrios que en su día lanzó el tripartito de izquierdas en Catalunya, con notables resultados, pero que gobiernos posteriores dejaron languidecer. En esta ocasión, sin embargo, el combustible del plan sería la transferencia que llevara a cabo el Ejecutivo central. La ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, ha recogido el guante y ha expresado, como mínimo, el respaldo a esta propuesta por la parte del Gobierno que representa, la de Unidas Podemos.

El anuncio no ha sido una idea lanzada al vuelo, sino una iniciativa presentada con una meditada puesta en escena. Díaz y Colau han paseado a media mañana por las calles del barrio del Besòs, frontera de levante de la ciudad, un lugar densamente poblado y acuciantemente castigado por la anterior crisis económica, la del 2008, de la que no se salvo a pesar de disponer de parte del tejido industrial de la ciudad.

La comparación con el 2008

En opinión de Colau, que después ha refrendado la ministra, parte del suelo industrial de esa zona de la ciudad tiene que renacer enfocado hacia la nueva economía, pero es necesario invertir además en rehabilitar medioambientalmente las viviendas, en mejorar la formación profesional y en aumentar el parque de pisos de sociales, pero no como parte de un conjunto de políticas asistenciales, sino porque la economía de un país tiene sus cimientos en lugares como este.

Ha dicho que sí, se sobreentiende que a título personal, la responsable Trabajo y Economía Social. En su opinión, los fondos Next Generation son una oportunidad para no repetir los errores cometidos para salir de la crisis financiera del 2008. En aquella ocasión, las ayudas fueron a parar a la cúspide de la economía, pero aquel riego apenas mojo al resto de la sociedad. Según Díaz, tan importante será ahora ayudar por ejemplo a la industria del automóvil a dar el paso a la electrificación de los modelos que produce, como asegurar que barrios como el de Besòs, a su escala, son también un motor económico.

La alcaldesa Colau y la ministra Díaz cruzan el puente que sobrevuela el río Besòs.

La alcaldesa Colau y la ministra Díaz cruzan el puente que sobrevuela el río Besòs. / RICARD CUGAT

En defensa de su argumentación, la ministra se ha felicitado por los datos del paro conocidos durante su visita a Barcelona. La caída del desempleo ha sido la mayor de historia. El paro se ha situado en un periodo muy breve de tiempo, gracias en gran parte a la estrategia de los erte, en los índices previos a la pandemia. La desocupación provocada por la crisis del 2008 se arrastró a lo largo de 11 duros años. Es con ese antecedente y con lo sucedido ahora que la ministra considera que los Next Generation tienen que reflotar la situación “de abajo hacia arriba”, y no al revés, como se pretendió equivocadamente hace 13 años.

Las chimeneas del Besòs

En su intervención, Colau se ha referido al barrio del Besòs, pero por extensión también a la zona colindante del municipio vecino, Sant Adrià del Besòs, pues ha incluido las icónicas chimeneas de la antigua central térmica en su lista de lugares que deberían ser objeto de inversión con cheques del Next Generation. No hay, desde hace años, un plan claro para ellas, más allá de que su conservación parece ya indiscutible. Con sus 180 metros de altura forman parte del ‘skyline’ metropolitano y para ellas se ha soñado desde las administraciones que acojan, por ejemplo, un centro cultural. La indefinición actual, sin embargo, no ayudará a que de forma rápida puedan recibir fondos europeos, pero la zona en la que se encuentran está llamada a experimentar una transformación de gran calibre. De hecho, es toda una rareza territorial, porque por distintas circunstancias ha visto como el mundo a su alrededor (Badalona, Santa Coloma y Barcelona) cambiaba a pasos agigantados y, sin embargo, todo ese espacio, con su enorme potencial por su ubicación comunicaciones, quedaba parcialmente aletargado.