Arqueología

El pasado agrícola del Eixample sale a la luz en unas obras en medio de la Diagonal

La construcción de un colector de aguas deja a la vista los restos de un edificio, depósitos y canalizaciones anteriores a la urbanización del Eixample

Restos desenterrados durante las obras de un colector en la Diagonal.

Restos desenterrados durante las obras de un colector en la Diagonal. / Martí Alós

Ernest Alós

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Las obras de construcción de un colector en la avenida Diagonal han topado con un resto del paisaje rural, o quizá mejor suburbano, del llano de Barcelona antes de la urbanización del Eixample. Los restos de un edificio (muros, depósitos subterráneos revestidos de baldosas, canalizaciones) han quedado a la vista después de que las excavadoras hayan levantado la calzada del tramo de la avenida entre las calles Girona y Bailèn.

La construcción, que sin duda corresponde a mediados del siglo XIX, sería derribada cuando se urbanizó la Diagonal en este sector de la ciudad, en torno a 1890, pero los elementos que ahora han quedado a la vista fueron enterrados bajo dos metros de tierra.

El Servei d'Arqueologia de Barcelona no quiere pronunciarse sobre cuál sería la función de este edificio, ya que aún se está excavando y el conjunto debe ser objeto de estudio.

¿De momento, qué se puede ver a simple vista? Un tramo de calzada enlosada, con un canal de desagüe a un lado y una tubería revestida de cerámica, y a su lado numerosos depósitos subterráneos, algunos de los cuales aún con restos de canalizaciones para su llenado. Una colección dispar de baldosas impermeabilizaba estas cisternas: desde cerámica lisa a estampada con cenefas y motivos florales, pero también algunos restos reaprovechados de un mural cerámico de temática religiosa, o de las estaciones de un vía crucis, en las que aparecen Jesús llevando la cruz, las mujeres que le acompañaron al Gólgota y, quizá, Simón el Cirineo agachándose a recoger la cruz.

Antes de la Diagonal

¿Pero qué había en este punto antes de que se abriese paso el plan de Cerdà? La consulta de la cartografía histórica da algunas pistas provisionales. En el detalladísimo plano (el primero topográficamente moderno de la ciudad) que levantaron los ingenieros militares franceses entre 1823 y 1827, y que se puede consultar, superponiéndolo al mapa de la Barcelona actual, en la web del Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya, en ese preciso lugar aparece señalada la existencia de un viñedo, junto al curso del Torrent del Pecat, por lo que probablemente la construcción fue posterior. En ese momento, en el entorno inmediato de las obras que se han convertido ya en yacimiento arqueológico corrían un par de torrentes, se alternaban viñedos y huerta regada por algunas acequias (unos metros más cerca de la calle Girona, según el plano, a la excavadora le está esperando un aljibe con una noria para extraer agua para el riego) y hornos de producción de ladrillos, aprovechando la arcilla de las cuencas de los torrentes de la zona..

En el mapa de la Vila de Gràcia de 1845 y en el mapa topográfico que levanta Cerdà en 1855 para planear su proyecto de Eixample sí que aparece ya una edificación en ese punto, que se mantiene en el mapa de Barcelona de 1880 que conserva el Institut Cartogràfic, plantado en medio del trazado entonces proyectado de la Diagonal pero que desaparece ya en el mapa oficial del Ayuntamiento de Barcelona de 1890, con la avenida ya urbanizada.

Así pues, ese resto del tiempo en que el actual Eixample era un llano ocupado por viñedos y huerta, torrentes y caminos, algún convento y edificaciones agrícolas y artesanales dispersas, podría ser un edificio que tuviese una corta vida, a lo sumo de 60 años. Y aunque sea aventurado, la tipología de las cisternas conservadas podría corresponder a un molino de aceite aún artesanal, si no a alguna actividad que requiriese el manejo de líquidos como la producción de vino, la tintorería o el curtido.

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