Conflicto vecinal

Barcelona suspende las licencias de las macrococinas durante un año

"Añadir una competencia sin normas sería dar el toque final a muchos bares y restaurantes", justifica Collboni

Barcelona suspende las licencias de las macrococinas durante un año

Barcelona suspende las licencias de las macrococinas durante un año. Así lo explican Janet Sanz y Jaume Collboni (en la foto). /

El Periódico

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Barcelona ha aprobado la suspensión de licencias de obra y de actividad de todas las cocinas fantasmas, un negocio que ha proliferado en las últimas semanas en grandes espacios, algunas de las cuales han generado rechazo entre los vecinos. Así lo han anunciado el primer y la segunda teniente de alcaldía, Jaume Collboni y Janet Sanz. "Es una realidad que no está regulada y necesitamos una propuesta para estudiarla", ha dicho Sanz. Por tanto, "no se podrán desarrollar propuestas de este tipo en Barcelona y a partir de ahora se estudiará una regulación", ha insistido. La suspensión tiene una vigencia de un año.

Collboni ha añadido una de las causas de la iniciativa municipal: "Añadir en este momento tan difícil para el sector de la restauración una competencia sin normas de las grandes plaaformas sería dar el toque final a muchos bares y restaurantes de la ciudad".

Quien no tenga una actividad solicitada no podrá abrir porque no se concederán licencias. El ayuntamiento tiene detectados dos casos que han generado alarma entre los vecinos: el de Sant Martí y el de Les Corts, este último con las obras ya paralizadas a la espera que el titular aportara información requerida. En el caso de Sant Martí se estaban haciendo obras y puede seguir con ellas y acabar incluso el proyecto, pero no podrá pedir licencia de actividad, ha concretado Sanz.

Un estudio

La propuesta de suspensión tiene una vigencia de una año. "En este tiempo estudiaremos cómo se clasifica esta actividad y se valorará si se clasifica como uso comercial o industrial y en función de eso se determinarán la ubicaciones" ha continuado Sanz, que también ha pedido la implicación de la Generalitat.

En Barcelona, este tipo de actividad surgió hace tres o cuatro años, pero en los últimos meses han proliferado hasta el punto de causar malestar entre los vecinos. La clave es que la pandemia ha acelerado esta tendencia, al disparar el consumo de 'delivery' para comer.

Actualmente, el Ayuntamiento de Barcelona desconoce cuántas cocinas fantasma hay en la ciudad porque no hay un registro de este tipo concreto de actividad.

La Federación de Asociaciones Vecinales de Barcelona (FAVB) había pedido a la Administración que actuara, proponiendo que las cocinas se instalaran en zonas industriales.

Los restauradores, satisfechos

El Gremio de Restauración de Barcelona ha valorado la suspensión de licencias. En un comunicado, el director del gremio, Roger Pallarols, ha destacado que este nuevo modelo de negocio, que "ha cogido fuerza durante la pandemia", requiere de una "reflexión serena en cuanto a los criterios de implantación en trama urbana, especialmente en el caso de una ciudad tan densa como Barcelona".

"Tenemos un año para consensuar una regulación específica, debemos determinar si ya tenemos una licencia que se ajuste a los parámetros de esta actividad y que aporte soluciones a las molestias que pueda generar, o si hay que crear una nueva" ha explicado.

Desde el Gremio han subrayado que participarán "activamente" en este proceso y que durante las últimas semanas han contactado con empresas dedicadas a este sector.

Reconocen que en algunos casos las cocinas fantasma pueden ser útiles "cuando sirven para fortalecer establecimientos tradicionales", con servicio de sala, pero que aún así se debe determinar "la superficie máxima y los requisitos de implantación".

Además, comentan que este modelo -ofrecer un producto gastronómico sin tener un local físico-, también puede ser útil cuando lo realizan emprendedores de forma temporal, ya que permite probar propuestas gastronómicas antes de tirar adelante la inversión", aseguran.