UN VERANO DISTINTO

Barcelona pone en marcha sus 'casals' de agosto

Niños en el casal de verano

Niños en el casal de verano / periodico

Toni Sust

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

“Espero hacer amigos y pasar el rato. El mes pasado estuve en casa porque mi hermana tuvo el covid-19 y mi madre hizo que nos confináramos”. Lo cuenta Eduard, de nueve años. Se le ve ilusionado. Es uno de los 100 niños que este lunes han empezado el ‘casal’ que durante todo el mes de agosto estará abierto en la escuela pública SEAT, en el pasaje de Antonio Ruiz Villalba, en la Marina.

A su vez, el de la escuela SEAT es uno de los ‘casals’ Baobab, que el Ayuntamiento de Barcelona abre en verano desde el 2016, aunque en esta edición se ha reforzado la oferta a la vista de al peculiaridad de un verano que nadie esperaba hace tan solo unos meses. El primer verano después del inicio de la crisis sanitaria del coronavirus: el objetivo es tratar de evitar que los menores se pasen el mes encerrados en casa. Los que abren son 10 ‘casals’ en 11 barrios, porque al de Ciutat Vella van niños del Raval y del Gòtic.

Juegos de ritmo en las mesas

Milagros y Alexandra tienen 9 años, se acaban de conocer en el ‘casal’ de la escuela SEAT  y se muestran algo tímidas ante las preguntas de los medios de comunicación. De hecho. Alexandra apenas toma la palabra.  “He conocido a dos niños y dos niñas. Hemos hecho ritmo en las mesas y hemos jugado al ahorcado”, cuenta Alexandra, que preguntada por donde reside, lo tiene clarísimo: “Vivo en Perú”. Dice que su familia ha venido temporalmente, pero no tiene muy claro el calendario: “No sé decirte cuánto tiempo hace, no lo he contado”.

Los ‘casals’ Baobab fueron creados por el Institut Municipal d’Educació de Barcelona en el 2016 para ofrecer espacios de ocio en agosto a menores que no cuentan con otras opciones, por lo tanto, están planteados de forma especial para barrios en situación vulnerable. En el 2019, 715 niños acudieron a estos centros. 

En el 2020, la cifra será de 1.161 niños. Este año se han añadido dos ‘casals’ a la oferta de hace 12 meses: Raval sur y Gòtic sur. El incremento de la oferta ha supuesto un crecimiento del presupuesto, que para el 2020 estaba fijado en 349.956 euros y que finalmente ascenderá a 500.959 euros. Los barrios que cuentan con un ‘casal’ Baobab son: Raval Sud y Gòtic Sud, La Marina del Port, La Teixonera, Sant Genís dels Agudells, Trinitat Nova, Baró de Viver, Bon Pastor, Trinitat Vella, el Besòs i el Maresme, y La Verneda i la Pau.

Colegios públicos

La red Baobab utiliza colegios públicos para abrir sus ‘casals’, aunque este año ha habido que emplear un centro concertado en Ciutat Vella, porque las escuelas públicas del distrito ya estaban ocupadas por actividades de verano. La concertada que se suma al programa es la Escola Pia de Sant Antoni.

Sandra González, directora del programa Baobab, ha explicado sus características: “Los llamamos ‘casals’ urbanos y son para todos los niños del barrio. Un proyecto inclusivo que quiere recoger la diversidad de los territorios de la ciudad. No hay requisitos de entrada. Las edades: de P-4 a sexto de primarias, de 4 a 12 años. Hace cinco años que lo hacemos, la gente nos conoce y se apunta”. 

González afirma que ha entrado todo el que lo ha solicitado, y que hay todavía gente que se está apuntando y que se tratara de que puedan acudir. Los niños están en los ‘casals’ de 10.00 a 16.30. Comen allí, lo que es relevante, pero se traen el desayuno. Para ser más precisos, se les emplaza a traer el desayuno, no todos lo hacen. La directora de Baobab subraya que los monitores de los ‘casals’ son en su mayoría (siete de cada 10, aproximadamente) del mismo barrio, y se intenta entroncar la actividad de verano con la de todo el año.

Un hilo conductor entre el ‘casal’ Baobab de la Marina y los esplais que ofrecen actividades todo el curso es, por ejemplo, Salvador Calvo, de 24 años, monitor en la Escuela SEAT y también en un esplai del barrio. Él, que se crió en el barrio, fue uno de los jóvenes de su esplai y hace seis años que es monitor: “La voluntad es vincular a los niños a los esplais de todo el año”.

Mascarillas en el patio

Los niños que juegan en el patio de la Escuela SEAT tienen que sortear el gran charco que los chubascos de madrugada han dejado en el centro del patio. Un par de los chavales se ayudan para recuperar una pelota del agua. Todos llevan mascarillas, incluso algunos que por edad no están obligados, aunque los monitores cuentan que en el interior, cuando están en grupos muy pequeños y no hay peligro, van sin ellas. Los niños juegan y llega la hora de comer. Hoy, un menú que muchos elegirían a ciegas: macarrones, pollo, ensalada y yogurth.

Milagros y Alexandra siguen respondiendo las preguntas de los periodistas, aunque Alexandra más bien mira y es Milagros la que lleva la voz cantante. Insiste en que están por aquí de paso, y preguntada por la crisis sanitaria del covid-19 se muestra serena pero sincera: “Un poco de miedo si que le tengo”.