PROGRAMA MUNICIPAL

Barcelona reorienta el plan de barrios por la crisis del coronavirus

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Toni Sust

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A imagen y semejanza de uno de los proyectos que el Govern de Pasqual Maragall desarrolló en ciudades de toda Catalunya, la ley de barrios, para mejorar los que más lo necesitaban, Barcelona resucitó con Ada Colau como alcaldesa el plan de barrios, en este caso circunscrito a los de la capital catalana y con un periodo de vigencia de cuatro años, del 2017 al 2020, al que el consistorio ha dedicado 150 millones de euros.

La previsión del ayuntamiento era presentar hace unos meses las características de la segunda edición del plan, que debe iniciarse el 2021 para acabar en el 2024: uno de los rasgos del programa es no coincidir con los mandatos, que tenga continuidad entre estos. Pero en eso llegó al crisis del coronavirus. La pandemia lo cambió todo, y paralizó mucho. Y el gobierno municipal, intentando paliar los efectos negativos de la crisis de la covid-19, tuvo en cuenta que donde la población corría el riesgo de resultar más castigada por la paralización del mundo era, por lógica, donde vivía la que se encuentra en las condiciones más vulnerables. La misma población en la que ya se piensa cuando se diseña el plan de barrios.

Puntos de asesoramiento

Por todo ello, ha explicado este miércoles el concejal de Presidencia, Jordi Martí, se decidió reorientar parte del plan para tomar medidas pensando en ese colectivo. La primera, a principios de junio, fue abrir dos puntos de asesoramiento que informan sobre las ayudas existentes vinculadas con la crisis sanitaria. En julio se abrirán otros cinco. 

“La novedad más significativa son estos puntos de apoyo a afectados”, ha subrayado Martí. Los que abrieron hace un mes y medio operan en la Zona Nord, en Ciutat Meridiana, y en Roquetes-Trinitat Nova. En este periodo, han atendido a 315 personas, de las que 226 eran mujeres y 89, hombres. Han recibido más de 3.000 llamadas. 

Los puntos se encargan de que los usuarios conozcan la multiplicidad de ayudas de distintos estamentos que están disponibles y les ayudan a tramitar solicitudes. Por ejemplo, para percibir el ingreso mínimo vital o una ayuda para pagar el alquiler. Con ello resuelven la falta de información y un segundo problema del que las entidades sociales advierten en muchos barrios: la barrera en que se erige la brecha digital para muchas personas que no tienen los conocimientos tecnológicos necesarios para hacer consultas y gestiones sobre las ayudas.

Las nuevas oficinas

A partir del 27 de julio, se abrirán otros cinco puntos de asesoramiento en Trinitat Vella, La Verneda i La Pau, el Besòs i el Maresme, la Marina y el Raval. Y de las siete oficinas, en septiembre cinco (Raval, el Besòs i el Maresme, Trinitat Vella, Zona Nord y Roquetes-Trinitat Nova) incorporarán otras prestaciones, como la de un apoyo emocional que se considera necesario tras meses de una gran dificultad.

Para contribuir al fomento de la tecnología, otra de las actuaciones extraordinarias ha sido mejorar el wifi de algunos equipamientos públicos para facilitar su uso ciudadano. Se trata de los casals de barrio de Vallbona y Torre Baró; el casal para gente mayor de Ciutat Meridiana; el Ateneu de Fabricació de Ciutat Meridiana y las bibliotecas de la Zona Nord.

Ocio en los barrios

Otra pata de la reorientación del plan de barrios en tiempos de la covid-19 ha sido la apuesta por actividades de ocio veraniego en agosto. La apertura de casals resulta especialmente clave para algunas familias que este año no tienen vacaciones. Es, según Martí, el apartado que más recursos ha recibido del plan de barrios, 1,3 millones de euros. Se ofertan ocho casals que suman 690 plazas adicionales a las ya previstas, sufragadas en su totalidad por el plan. También se abren durante el mes de agosto ocho bibliotecas en varios barrios en los que el programa esta vigente y se organizan actividades de ocio en el espacio público durante julio y agosto.