Se consolida la tendencia al alza de la apuesta por la escuela pública y cercana

Pese a que el teniente de alcalde de Cultura y vicepresidente del Consorcio de Educación de Barcelona (CEB), Joan Subirats, ha celebrado que la tendencia es positiva y va hacía la perseguida -y justa- distribución equilibrada, esta todavía queda lejos. "El Plan de Choque contra la Segregación Escolar del Consorcio ha servido para reducir la brecha. Tendemos hacia el reequilibrio en la matriculación de los alumnos más vulnerables", ha apuntado Subirats en la presentación, este miércoles, de los datos de preinscripción escolar en la capital catalana para el próximo curso escolar, seguramente el curso más incierto en lo que va de siglo. Según los cálculos con los que trabaja el CEB, el 63% de los nuevos alumnos vulnerables estarán el próximo curso matriculados en centros públicos y el 37% en concertados, mientras el curso anterior esta distribución era del 73% en la pública y el 27% en la concertada. El Síndic de Greuges insistía este lunes en sede parlamentaria en que la segregación escolar es el mayor problema del sistema educativo catalán. 

En la presentación hecha este miércoles, el presidente del CEB, Josep Gonzàlez-Cambray, ha destacado la consolidación de los últimos años del crecimiento de la apuesta de las familias barcelonesas por la escuela pública y de proximidad. Desde el año 2014, se ha pasado del 46% de solicitudes de P-3 en la escuela pública a un 53% para el próximo curso; mientras en primero de ESO se ha pasado desde el mismo año del 33,91% al 39% este curso 2020-2021. 

Déficit de plazas en la Esquerra del Eixample

Gonzàlez-Cambray ha puesto también énfasis en que el 99,62% de las familias solicitantes de plaza en P-3 y el 97,4 % en primero de ESO han obtenido plaza en alguna de las opciones demandadas (el 93% lo ha hecho en la primera opción y el 98,15% en una de las tres primeras preferencias familiares). Pese a estos datos, el CEB ha reconocido el déficit de plazas públicas para P-3 en la Esquerra del Eixample, que se ha cubierto, ha señalado Massa, con dos centros fronterizos, que son el Instituto Escuela Eixample, situado en la Dreta del Eixample, y la Escuela Francesc Macià, de Sants-Montjuïc.

En el marco del citado Plan de Choque, a partir del trabajo conjunto con el Instituto Municipal de Servicios Sociales, se ha detectado un 10,87% de alumnado en situación de vulnerabilidad, frente al 3,70% de junio del 2018, cifra especialmente alarmante dado que la situación socioeconómica del próximo curso se espera más dura según hacen pensar todos los indicadores.

Éxito de los pryectos de transformación

En cuanto a los criterios de proximidad -y siempre según los datos hechos públicos por el CEB-, el 82,3% de las familias han solicitado un centro próximo a su casa, lo que ha hecho que no se tenga que cerrar ningún grupo público de P-3. La gerente del CEB, Mercè Massa, destaca la importancia de este hecho y subraya el trabajo hecho por el conjunto de profesionales en la transformación de varios centros años atrás estigmatizados, algo que a sus ojos ha tenido mucho que ver en esa apuesta por la educación pública de proximidad.

En total ha habido una demanda de 11.986 plazas de P-3: 6.328 en centros públicos y 5.658 en concertados. "El incremento de la demanda de escuela pública se debe, entre otros factores, a la consolidación de proyectos educativos en transformación. Centros como el Institut Escola El Til·ler, en Baró de Viver, el Molí de Finestrelles en Sant Andreu o el Institut Escola Arts en Sants-Montjuïc son claros ejemplos de este fenómeno", ha reivindicado Massa.

Más de 27 millones en obras

La rueda de prensa de los responsables de la Educación en Barcelona ha servicio también para explicar las clásicas obras en los centros escolares durante el verano. Estos meses se realizarán trabajos de mejora en 105 centros educativos en los que se invertirán 27,3 millones (un 13% a cargo de la Generalitat y un 87% a cargo del ayuntamiento).

En los casos de los centros Anglesola, La Maquinista y Entença, el parón escolar durante la pandemia no solo supuso los (muchos) problemas para seguir el curso que en el resto de colegios de la ciudad, sino que el confinamiento hizo también que se pararan las obras de los futuros centros en los que debían iniciar la actividad el próximo curso, algo que ya es seguro -era un secreto a voces- que no pasará. En los tres casos el CEB ha tenido que activar un plan B. Si no era suficiente en la incertidumbre generalizada que sobrevuela el regreso a las aulas el próximo curso en plena ola de rebrotes, estos centros se encuentran, además, con que no podrán empezar donde estaba previsto.

Según Massa es posible que el traslado pudiera realizarse en enero, ya que el retraso es solo de los tres meses de lo más crudo de la pandemia, pero señala que, dada las dificultades que supone en traslado en medio del curso -y más un curso tan en el aire como el próximo- se dejará a las comunidades educativas la elección de hacer el traslado entonces o esperar ya al curso 2021-2022.