TRANSPORTE SOSTENIBLE

Barcelona extiende la movilidad compartida

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Natàlia Farré

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"No queremos pasar de la pandemia del covid-19 a la pandemia de la contaminación". Con estas palabras reforzaba ayer la regidora de Movilidad,  Rosa Alarcón, la intención del Ayuntamiento de Barcelona de aprovechar la vuelta a la nueva normalidad para incrementar, todavía más de lo previsto antes del confinamiento, la apuesta del consistorio por un transporte ciudadano sostenible y poco contaminante.

Así, a las ya anunciadas medidas de ganar espacio en las aceras para los peatones, crear nuevos corredores para bicicletas y mejorar los carriles de autobús para hacer el transporte público más rápido y competitivo, entre otros, ayer Alarcón sumó una nueva iniciativa, esta vez vinculada a la movilidad compartida –"No solo es una alternativa sostenible sino que también es económica en lo que se refiere el desplazamiento individual", a juicio de la regidora–, que de momento se centra en las motos y las bicicletas. El tema de los coches se abordará más adelante.

De entrada, se anunció la adjudicación definitiva de las licencias licitadas en febrero: 4.176 para motos y 3.031 para bicis a 12 y 7 empresas, respectivamente, por un periodo de tres años, más uno prorrogable. De salida, la adjudicación de forma proporcional a los mismos operadores de las licencias que han quedado vacantes: 2.782 para los vehículos de motor y 944 para los de tracción humana. "No queremos que ni una sola licencia quede sin operar en estos momentos", apuntó la concejala. Así que en tiempos excepcionales, medidas excepcionales, y el consistorio ha acelerado el proceso saltándose el procedimiento convencional para aplicar uno de urgencia. Con el reparto cada empresa dedicada a la movilidad compartida con moto puede llegar a manejar 580 licencias, y 630 las centradas en las bicicletas.

71,51 euros de tasa

Los operadores dispone de un mes para desplegar sus flotas, y de tres años, los de vigencia de las licencias, para cumplir las normas sino quieren perder la concesión. Estas pasan, entre otras, por no concentrar más del 50% del total de vehículos de cada empresa en el centro de Barcelona más de dos horas consecutivas, por estacionar correctamente los vehículos en los espacios para ello habilitados y si no, reubicarlos  en un periodo inferior a las 24 horas; amén de cumplir las normativas de circulación y de seguridad vial, además de disponer de seguro de responsabilidad civil. Cada licencia lleva asociada una tasa anual de 71,51 euros por vehículo.

Hubo más anuncios al respecto: habrá todavía más vehículos en las calles de Barcelona en un futuro próximo dedicados a este tipo de movilidad. El consistorio está estudiando cómo aumentar el número de licencias sin saturar el espacio público. En el ayuntamiento están convencidos de que con el cambio de movilidad derivado de la pandemia y la ausencia de turismo a corto plazo, la ciudad puede absorber sin problema más espacio para la circulación y el estacionamiento de bicicletas y motos compartidas. Todavía no hay nada decidido al respecto pero la intención es que a principios de julio el tema esté ya resuelto, y se pueda anunciar un incremento de licencias.

Sin horizonte de plazos

Sin horizonte de plazos definido se anunció una nueva medida, la de expandir el servicio de sharing al área metropolitana. El tema no es fácil porque hay que dar con la fórmula jurídica adecuada para que los vehículos puedan cruzar las fronteras de las diferentes ciudades sin problemas, pero se está hablando con el Área Metropolitana de Barcelona para que ejerza de paraguas y con los municipios vecinos para llegar a acuerdos. La intención es llegar con la movilidad compartida, como mínimo, a las localidades de la primera corona.