la lucha contra la contaminación

Los peatones ocupan la calle de Aragó sin coches

La calle de Aragó de Barcelona, sin tráfico

Talleres, juegos, deporte y muchos viandantes en una inédita calle de Aragó libre de tráfico. / periodico

El Periódico

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El lujo de poder caminar sin temor a ser atropellado a lo ancho y largo de la autopista que es la calle de Aragó, en el Eixample de Barcelona, había estado reservado hasta ahora a momentos muy puntuales, sobre todo a grandes manifestaciones... o a altas horas de la madrugada. Este domingo, el apretado tráfico que suele circular por esta arteria urbana ha sido sustituido por tenderetes, mesas de picnic, pianos, áreas de juegos infantiles, escenarios para actuaciones musicales y muchos patines, patinetes, bicicletas y balones. Y, a primera hora, por un silencio infrecuente. Vecinos y curiosos se han dejado ver por una calle de la que suelen huir los días de diario (por allí pasan de media casi 85.000 vehículos en jornadas laborables) y han hecho suyo el lema del Ayuntamiento de Barcelona que les animaba a 'bajar a la calle'.

El éxito del primer domingo sin coches en la calle de Aragó, que ha estado cerrada a la circulación en un tramo de 4,5 kilómetros, entre la calle de Tarragona y la avenida Meridiana, ha sido inapelable, a la espera de los datos de participación que facilite el consistorio. Muchas familias con niños, desde primera hora de la mañana, y decenas de turistas que cubrían la ruta entre el paseo de Gràcia y la Sagrada Família, han ocupado el asfalto encantados con esta Barcelona soleada. El plan ha salido redondo, al menos para los propietarios de las terrazas que el resto de días ocupan con discreción las aceras de este eje gris. "No hemos parado en toda la mañana", aseguraba un simpático camarero, entretenido sirviendo bebidas frías a los transeúntes.

La movilidad del futuro

"De ser una calle de ruido y de contaminación, Aragó se ha convertido en una calle llena de vida", ha dicho la alcaldesa, Ada Colau, que ha pasado un rato en la calle y que ha destacado que el experimento que "hoy se hace en la calle de Aragó permite ver la Barcelona del futuro, la Barcelona que saca coches, que están sobrerrepresentados en la ciudad, donde ocupan el 60% del espacio público cuando solo suponen el 20% de los desplazamientos".

Menos satisfechos han pasado el día los vecinos y usuarios de calles aledañas, como la paralela València, donde los bocinazos de vehículos atascados (porque no podían girar a la derecha) o los semáforos ocupados por coches, han agriado el domingo a más de uno. "No puede ser que para que unos pasen el día jugando a la pelota o comiendo un bocadillo en una silla de cámping en medio de la calle, los otros tengamos que soportar estas molestias", protestaba Antonieta, que vive cerca del chaflán con la calle de Nàpols.

Pese a las quejas de esta señora (y de otros ciudadanos) el ayuntamiento tiene previsto mantener el programa Obrim Carrers cada primer fin de semana de mes en diferentes vías troncales de la ciudad. Las restricciones de vehículos, este fin de semana, se han hecho el sábado en Gran de Gràcia, Via Laietana y Creu Coberta y, el domingo, en Aragó. La medida ha permitido habilitar para uso ciudadano un espacio total de 209.780 metros cuadrados de calles, por las que han dejado de pasar una media de más de 100.000 vehículos.