PRIMER BALANCE

La Zona de Bajas Emisiones de Barcelona reduce el número de vehículos más contaminantes a la mitad

El ayuntamiento calcula que unos 40.000 vehículos sin distintivo ambiental ya han dejado de circular por la ciudad

Cartel de aviso de la Zona de Bajas Emisiones en la Ronda de Dalt, la mañana del primer día en que ha entrado en funcionamiento

Cartel de aviso de la Zona de Bajas Emisiones en la Ronda de Dalt, la mañana del primer día en que ha entrado en funcionamiento / periodico

Luis Benavides

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El número de vehículos sin etiqueta que circula por la <strong>Zona de Bajas Emisiones (ZBE)</strong> de Barcelona se ha reducido prácticamente a la mitad respecto al 2017 (que es cuando el consistorio realizó una fotografía más completa del parque móvil). La medida afectaba a un 20% del parque de vehículos que circulaban a diario, según los cálculos del ayuntamiento, y en el primer mes de enero el porcentaje de coches, motos y furgonetas sin distintivo se ha reducido a un 8-10%. Estos datos se desprenden del primer balance del consistorio tras la puesta en marcha de la medida el pasado 1 de enero.

El concejal de Emergencia Climática y Transición Energética, Eloi Badia, confía que este porcentaje pueda disminuir todavía más a partir de abril, que es cuando comenzará el régimen sancionador. Y es que las cámaras encargadas de custodiar el área de circulación restringida –falta instalar medio centenar- están detectando estos días muchos coches y motos que no podrán acogerse a la moratoria de un año como los camiones y furgonetas de reparto.

La traducción de este porcentaje en números absolutos en estos momentos, ha puntualizado Badia, es “complicado”. Con todo, la cifra de vehículos sin etiqueta de la Dirección General de Tráfico (DGT) ronda los 40.000 vehículos, un número obtenido a partir de un complejo algoritmo que tiene en cuenta el potencial contaminador y el número de kilómetros realizados, entre otras muchas variables.

Menos tráfico

En el primer mes de la entrada en vigor de la ZBE el tráfico en general, incluyendo vehículos con y sin etiquetas, ha disminuido. En concreto, un 3,6% en el interior de la ciudad, un 1,9% en los accesos y un 4,9% en las rondas. Solo se han tenido en cuenta, ha precisado Badia, los días centrales de la semana laborables. Es decir, martes, miércoles y jueves sin festivos. La recuperación económica hizo que el volumen de tráfico aumentara de manera progresiva y mantenida desde el 2011. En enero, con la medida anticontaminación en marcha, “comienza a disminuir por primera vez”, subraya Badia.

El anuncio de la puesta en marcha del veto a los vehículos más contaminantes, admite el concejal, ha conseguido “acelerar la renovación del parque móvil” en los últimos dos años, algo muy criticado por los ecologistas y plataformas ciudadanas. La medida también ha conseguido un cambio de hábitos, enfatiza Badia, apoyándose en algunas cifras como las más de 6.460 tarjetas verdes entregadas (previo desguace de un coche o moto sin distintivo ambiental) y la buena acogida de algunos títulos como la T-Usual, cuyas ventas se han incrementado un 120% en relación a los abonos equiparables (T-Mes, T-50/30 y T-Trimestre). Este cambio de hábitos, no obstante, todavía es incipiente y como mucho se puede intuir una tendencia.

Esta tendencia positiva que ya observa el ayuntamiento, y que Badia explica con todas las cautelas, podría materializarse en los próximos meses, cuando comiencen a dar sus frutos otras medidas impulsadas en paralelo como la ampliación del Bicing (incluyendo un aumento de la oferta de bicis eléctricas), la pacificación de los entornos escolares y la reciente reforma de las tarifas de zonas verde y azul, que básicamente anula la gratuidad de la zona azul de 14.00 a 16.00 horas y eleva las tarifas.

686 toneladas menos de NO2

Esta reducción de vehículos sin etiqueta, que según los impulsores de la medida contaminan unas veinte veces más que uno con distintivo, ha tenido efectos en la calidad del aire. Calculan que se han reducido las emisiones de dióxido de nitrógeno (NO2) en unas 686 toneladas de dióxido de nitrógeno (NO2), un 19%. "Esta reducción de las emisiones ya tendrá un impacto en la salud de la ciudadanía. Se confirma que retirar los vehículos más contaminantes influye en los niveles de contaminación de la ciudad ", ha explicado Badia durante la presentación de los datos.

Otra cosa es, puntualizó el concejal, que esta reducción –nada desdeñable porque el consistorio necesita reducir las emisiones de NO2 para cumplir con los niveles fijados por Europa – se haya notado en las estaciones que miden la calidad del aire. La meteorología influye y mucho en la dispersión y "enero ha sido un mes atípico metereológicamente hablando". Así, en el mapa de la contaminación con el que trabaja el consistorio, “la trama central de la ciudad”, el Eixample, sigue teniendo “un problema grave” de contaminación atmosférica.