ESPACIO POLÉMICO

Sabadell busca un encaje para el ocio nocturno en la era post Zona Hermética

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Xavier Oliva

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Amada por unos y odiada por otros. Esa fue la relación que tuvo la Zona Hermética con Sabadell durante dos décadas. La última discoteca que quedaba abierta, Drinkking, bajó la persiana el pasado 10 de diciembre, dando por finalizada la trayectoria del que fue el espacio de ocio referente en Sabadell y en buena parte de la provincia de Barcelona, que en su época de máximo apogeo tuvo más de 30 locales abiertos y una afluencia de más de 10.000 personas en una sola noche. El fin de la era de Zona Hermética plantea una duda: ¿cuál será el futuro del ocio nocturno en la ciudad?

La respuesta es complicada y se lleva buscando desde hace tiempo. Después de años de reivindicaciones y quejas de los vecinos de la zona, en el 2011 se aprobó el Plan Especial de Usos Recreativos del Barrio de Gràcia, con el que se selló el primer paso para el cierre definitivo de la Zona Hermética en el año 2016.

El gobierno municipal de Manuel Bustos, que ostentaba la alcaldía en el momento de la aprobación, propuso una alternativa: trasladar la actividad a la zona de Sant Pau de Riu Sec. Aun así, esta solución no convenció a los propietarios de los locales. "Aquello era inviable, los precios eran imposibles", explica Joan Cosp, presidente de la asociación de locales de ocio nocturno de la Zona Hermética, quien añade que "la prueba es que no se fue nadie allí".

Tras la aprobación definitiva, los propietarios de los locales intentaron frenar el cierre presentando un recurso ante el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC) en el año 2014, pero este fue desestimado. Posteriormente, se presentó un recurso de casación ante el Supremo, pero este acabó dando la razón al consistorio en el 2016. Aunque los locales tenían que cerrar ese mismo año, la clausura ha sido progresiva hasta este último. Y en la mayoría de casos, ha llegado por obligación judicial.

¿Ahora qué?

En el 2017, un año después de la entrada en vigor del plan especial, el gobierno cuatripartito de ERC, Crida, Unitat pel Canvi i Guanyem anunció la redacción de un plan director para redefinir los espacios de ocio en la ciudad. Dos años más tarde, y ya con el PSC otra vez en la alcaldía, ese plan aún no está definido. "Fuimos engañados durante tres años por el anterior gobierno. Pensábamos que el actual tomaría medidas urgentes, pero en las reuniones que hemos mantenido, ya hemos visto que la solución tardará dos años", asegura Cosp.

Tanto el anterior gobierno como el actual coinciden en un punto: evitar que el ocio nocturno vuelva a concentrarse en una sola zona. "Queremos que no se reproduzca un modelo de ocio de alta concentración como el de la Zona Hermética", explica Pol Gibert, primer teniente de alcaldía. El objetivo es distribuir la oferta de ocio por la ciudad y al mismo tiempo rebajar la presión que está recibiendo actualmente el centro de la ciudad, donde se concentra la oferta actualmente. "No queremos volver al modelo de los años 90 y la primera década de los 2000 con miles de personas concentradas en un único punto", puntualiza Gibert.

Suspensión de licencias

A principios de año, el gobierno municipal aprobará la suspensión durante un año de la concesión de nuevas licencias de ocio. Esta medida se ha tomado para buscar una solución definitiva al encaje de este tipo de actividades en la ciudad y aprobar el plan de usos. Esta iniciativa no solo afectará a discotecas y bares musicales, también tendrá efecto sobre los alquileres turísticos, los clubs canábicos o las salas de apuestas. "Esta moratoria es para poner un poco de orden en los diferentes tipos de ocioque hay en la ciudad", asegura el primer teniente de alcaldía.

En el proceso se constituirán mesas de trabajo sectoriales entre la administración local y los diferentes operadores afectados. El resultado final de todo este trabajo será una nueva normativa que regule el ocio en la ciudad. Aún así, los empresarios temen que el asunto pueda alargarse hasta 18 meses. "Se tiene que redactar un nuevo plan y, tal y como funciona la administración, nos iremos a dos años mínimo", asegura Cosp.

Una cuestión polémica

El ocio nocturno levanta ampollas, sobretodo cuando se trata de escoger una localización. En el caso de la Zona Hermética, los vecinos de Gràcia sufrieron durante años las molestias que ocasionó la alta concentración de locales de ocio en ese mismo punto. Actualmente, con la oferta de ocio concentrada en el centro de la ciudad, los vecinos de la zona también se quejan.

"Es una actividad que se hace en un horario que mucha gente no comparte. La convivencia con el vecindario siempre es una complicación", explica Gibert. Cosp es más tajante: "Es un tipo de actividad que pongas donde la pongas, molesta". En este sentido, el presidente de la Asociación de Locales de Ocio de la Zona Hermética considera que aquella ubicación era ideal. "Estaba situada en un polígono industrial y estaba bien comunicada", apunta Cosp.

Aún así, el empresario reconoce que la alta concentración fue un problema. "La cosa se desmadró porqué allí había demasiada gente. Nosotros éramos conscientes y lo advertimos en múltiples ocasiones tanto al ayuntamiento como a la policía municipal. Se dieron demasiadas licencias", lamenta Cosp.

En plenas fiestas navideñas, la última discoteca de la Zona Hermética de Sabadell ha cerrado sus puertas. Por delante queda todo un año para debatir el nuevo modelo de ocio de la ciudad y conseguir el encaje que la Zona Hermética no tuvo en su día.

Barcelona también se replantea cómo organizar el sector

El debate sobre las grandes áreas de ocio nocturno, que concentran varios establecimientos en espacios más o menos delimitados, no solo preocupa en Sabadell. También en Barcelona se ha planteado, después de que el ayuntamiento haya anunciado el cierre de las discotecas del Port Olímpic este 2020. Esta polémica zona de marcha, que surgió tras los Juegos Olímpicos de 1992, se potenció durante el mandato del alcalde Jordi Hereu, para acabar con los problemas que entonces daban algunos locales que había por el centro de la ciudad.