BARCELONEANDO

Combates de boxeo poéticos en Barcelona

En este ring no se permiten "versos bajos" ni "rimitas por la espalda". Aquí luchan dos pesos pesados de la poesía. Cinco asaltos de poemas con gancho

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Ana Sánchez

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Empieza a sonar Eye of the tiger. Así que tu cuerpo se pone automáticamente más en guardia que con una llamada de Vodafone. Hay un ring, dos boxeadores con gorro de lana, a lo Rocky subiendo escaleras, y un árbitro que grita con más épica que Roncero tras un gol del Madrid. "Señoraaaas y señoreeees, sean bienvenidos al espectáculo del milenioooo: una lucha encarnizada entre dos colosooos". Campana, clin, clin, clin. "No quiero versos bajos", advierte el árbitro. "Nada de rimitas por la espalda". Los púgiles asienten, chocan los guantes, calientan gargantas. Deciden con una moneda al aire quién empieza a golpear. Decir que las caras son un poema sonaría demasiado redundante. En este cuadrilátero los ganchos se dan de boquilla.

Combate poético a cinco asaltos. Está en juego el Cinturón de los Versos Pesados. Cada boxeador -verseador- escupe un poema por round, como si fueran híbridos de Mike Tyson y Cyrano. Se enfrentan dos pesos pesados de la poesía. "Cada vez más pesados", resoplan ellos.

Estos boxeadores son dos referentes del 'poetry slam', la nueva poesía de masas. 'Slammers', los llaman  

Son dos referentes del poetry slam, la nueva poesía de masas. Hace años que Poetry Slam Barcelona acoge cada mes a medio millar de espectadores en el CCCB. Punto de encuentro de juglares urbanos. Slammers, los llaman ahora. Es una competición de poetas en directo donde se sueltan versos con deje de showman punch de rapero. Forma parte de una liga nacional e internacional. En el área metropolitana de Barcelona ya se organizan cuatro slams. Han abierto home slams (sedes oficiales) en Sant Boi, L’Hospitalet y Santa Coloma. Los poetas ya hablan de la «slamilia».   

Sala Almazen (Guifré, 9). El ring poético se instala cada 15 días en este espacio polivalente autogestionado por artistas (próximo combate: 2 de noviembre).   

En una esquina del cuadrilátero, "¡el rapero de L’Hospitalet!", grita el árbitro. Dani Orviz, 42 años, lleva 10 soltando poemas en escenarios. Chamán alfabético, se define él. Es el actual campeón de España de poetry slam. Ganó la medalla de bronce de la copa del mundo en el 2013. Dirige el Sl’ham Poetry (el de L’Hospitalet). Se dedica a convertir en verso las vidas de la gente. Hasta ha oficiado bodas. 

En la otra esquina del ring, "el hombre capaz de llevarte al abismo", anuncia el árbitro. Otro poeta de impacto que suelta versos con intensidad de ametralladora: Salva Soler, 43 años, 5 en el poetry slam. También fue bronce en la copa del mundo, él en el 2015. Cuando no está recitando, es profesor de la escuela de arte dramático Eòlia.  

A por el Cinturón de los Versos Pesados

"¡Sujétense fuerte a sus asientos!", advierte el árbitro, Héctor Huve. En cuanto te descuidas también te deja KO con alguna rima. Se puede vitorear, abuchear, insultar, anima al público. Son los espectadores los que deciden quién se lleva a casa el Cinturón de los Versos Pesados.

Round 1. "¡Fight!". Clin, clin, clin.

Dani salta al ring y arrincona a Salva entre las cuerdas con un poema hipnotizante. "El reloj, locklock (suena como un segundero) te pone de pronto en pieeee, pieeee, pieeee (imita a un despertador)…". El boxeador va soltando onomatopetas inesperadas con un gran juego de piernas. Salva contrataca con versos que te agarran de la solapa: "Retira la tira que llevas en los ojos porque no te deja ver la men-tira…".

Es un combate en el que el público tampoco puede bajar la guardia. Da apuro hasta toser. Se te ponen más pelos de punta que a un jubilado al oír hablar de pensiones. 

Ahora Salva suelta un poema construido solo con títulos de películas. Ahora Dani escupe versos con ritmo. "Hay otras formas de hacer poesía", se justificarán luego. Ahí donde los ves tienen miles de espectadores en Youtube. "Internet nos ha ayudado mucho", aseguran. Varios de sus poemas se han hecho virales.

"Internet nos ha ayudado mucho", aseguran. Sus poemas tienen miles de espectadores en Youtube 

"A ti –Salva lanza de golpe un derechazo sentimental-, que me regalaste mis mejores periencias. Y lo hiciste sin la más mínima igencia. A ti, que me provocaste incendios que no apagaron ni 300 tintores. Que el humo de nuestra cama venció a millones de tractores". Dos minutos más con palabras entrecortadas y el poeta suelta su gancho de KO: "No puedo tinguirtehumartepulsarteterminarte. No puedo ni tan siquiera nombrarte".

Sí, se puede vivir de la poesía. "Tienes dos ejemplos delante", asienten los verseadores. Siempre que seas austero, se ríen. "Yo parto de que la poesía es algo intrínseco que llevamos todos", asegura Salva. "Al final –añade Dani- es ese deseo humano de compartir lo que llevas dentro".