MACROESTUDIO

Barcelona niega un aumento significativo del consumo de cocaína

La concejal de salud muestras sus dudas sobre la representatividad de las muestras recogidas por investigadores del CSIC en una de las siete depuradoras metropolitanas

Una de las depuradoras metropolitanas

Una de las depuradoras metropolitanas / JOAN CORTADELLAS

Luis Benavides

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La concejala de salud del Ayuntamiento de Barcelona, Gemma Tarafa, reconoce que el análisis de las aguas residuales presentado esta semana en el que han participado investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) puede aportar una “información complementaria” interesante sobre el consumo de drogas en la ciudad, pero muestra abiertamente sus dudas acerca de la representatividad de los datos a falta de otros indicadores. “Solo han cogido una de las siete depuradoras de Barcelona, que recoge solo el 34% y además abarca toda el área metropolitana”, subraya Tarafa, quien tampoco considera prudente afirmar que el consumo de cocaína ha aumentado.

El indicador más fiable actualmente es, asegura Tarafa, el número de nuevos inicios de tratamiento por abuso o dependencia de las drogas. “Es cierto que en los dos últimos años se ha registrado un pequeño repunte, pero no es suficiente para concluir que el consumo ha aumentado en Barcelona. Esto podría ser debido por una mayor conciencia”, puntualiza Tarafa. “En cualquier caso –ha añadido-, estaremos muy atentos a la evolución y a los distintos indicadores”.

Tarafa hace referencia a un macroestudio realizado en 120 ciudades de 37 países en el que se ha analizado la presencia de cuatro drogas (anfetamina, metanfetamina, éxtasis y cocaína) en las aguas residuales generadas por 60 millones de personas entre el 2011 y el 2017. Los responsables del estudio, sin embargo, aseguran que ostentar esta dudosa primera posición no debería causar alarma. Aunque la metodología empleada está avalada científicamente, los datos provienen únicamente de siete muestras, a razón de una semana por año.

Más dosis o mayor pureza

En general, el consumo de sustancias, aseguran los autores del estudio, ha experimentado un gran aumento en la mayoría de las ciudades analizadas. En el caso de la cocaína, su presencia en las muestras recogidas en Barcelona se disparó en los dos últimos años objeto de análisis. Así, si en el periodo 2011-2015 los valores estaban entre los 400 y los 533 miligramos por cada mil habitantes y día, en los años 2016 y 2017 se encontraron 699 y 965 miligramos respectivamente. En este sentido, Tarafa también es escéptica: “Ese aumento de la presencia de las cocaína en las muestras puede obedecer a un mayor número de consumidores, pero también a que los consumidores han aumentado su dosis o que consumen una droga con mayor pureza. La información, en este sentido, no es fiable”, subraya la también presidenta de la Agència de Salut Pública de Barcelona.  

La depuradora escogida por los responsables del estudio, con una importante presencia de investigadores del CSIC, no ha trascendido. “No podemos dar el nombre de la depuradora por un tema de confidencialidad”, asegura a este diario una de las responsable del estudio, Cristina Postigo,  investigadora del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA)Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA) del CSIC, con sede en Barcelona. Entre las candidatas, las depuradoras EDAR Prat de Llobregat y EDAR del Besòs, las instalaciones con más capacidad y que dan servicio a más municipios metropolitanos. 

Ni heroína ni cánnabis

Para analizar el consumo de cocaína, los investigadores se basan en los resto de benzoilecgonina, la huella que deja la cocaína en la orina. “Es el principal metabolito de la cocaína y exclusivo de esta droga, por lo que la fiabilidad es elevadísima”, puntualiza Postigo, quien recuerda que las muestras se tomaron durante siete semanas de marzo. “Siempre se tiene en cuenta que no coincida con un festival de música multitudinario, que ya se sabe que puede estar asociado al consumo de ciertas drogas, o un festival cannábico, por ejemplo”, subraya la científica. Si bien se detectó su presencia en las aguas residuales, el estudio final no recoge otras drogas como la heroína o el cánnabis porque dan más “problemas analíticos”.

La intención de los responsables del estudio, avanza Postigo, es ofrecer una información lo más completa y rigurosa posible en los próximos informes del CSIC: "Hemos montado una red para dar a conocer esta herramienta y poder aplicarla a nivel nacional, con mayor frecuencia y cubriendo un mayor territorio".