OLA GENTRIFICADORA

El barrio de Sant Antoni se manifiesta contra el cierre de las Escoles Griselda

"Contra la expulsión del vecindario, menos turismo y más escuelas", rezaba el lema de la protesta

escuela Griselda

escuela Griselda / periodico

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En una suerte de emotiva fiesta de despedida, algunas decenas de vecinos de Sant Antoni se concentraron este miércoles por la tarde frente a las Escoles Griselda, en el 30 de la calle del Parlament. Les convocaba la plataforma Fem Sant Antoni, cuyo épico empeño es preservar la vida vecinal ante la ola gentrificadora. El lema no dejaba lugar a dudas: "Contra la expulsión del vecindario, menos turismo y más escuelas. Queremos seguir siendo barrio".

Esas palabras fueron la más repetidas en el micro abierto instalado en la acera durante una convocatoria se empezó a gestar tras digerir la noticia, a pocos días del final de curso, del cierre definitivo de la histórica escuela al terminarse su contrato de alquiler. Otro negocio que la LAU se lleva por delante, aunque en este caso, no un negocio cualquiera, un colegio cooperativo con 70 años de historia y una gran función social.

El contrato de alquiler de la finca, parcialmente tapiada y propiedad de Núñez y Navarro, terminó en realidad hace 15 años, pero la cooperativa encontró la vía legal para alargarlo hasta diciembre del 2019, fecha límite. En este tiempo, el centro, con un altísimo porcentaje de alumnado inmigrante, buscó un local alternativo en el barrio donde seguir llevando a cabo de su proyecto educativo, pero les fue imposible, así que, a dos semanas de terminar el curso, anunciaron su cierre; lo que sentó como un jarro de agua fría tanto a los alumnos y sus familias, como al vecindario en general, entre triste y enfadado con el devenir de un barrio en el que cierran escuelas y abren bares.