La oposición rechaza de nuevo la funeraria pública y acusa a Colau de electoralista

Los grupos reprochan al gobierno que vuelva a poner el asunto sobre la mesa sin apoyo para aprobarlo

Pleno municipal sobre el proyecto de funeraria pública

Pleno municipal sobre el proyecto de funeraria pública / periodico

Toni Sust / Barcelona

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La funeraria pública de Ada Colau es como el ave Fénix pero al revés: no es que siempre renazca, es que siempre acaba muriendo. Y lo ha vuelto a hacer en el pleno extraordinario celebrado este miércoles, a instancias del gobierno, para que se votara otra vez lo que no se ha podido aprobar desde que Colau intenta sacar adelante una iniciativa que se justifica por un hecho objetivo: el precio de los entierros en Barcelona supera, de media, los 6.000 euros. Parece sensato plantear medidas para rebajara esos precios, pero la medida no ha logrado el apoyo político necesario para prosperar.

Lo que se sometía a votación era la venta a Mémora del 15% de Serveis Funeraris de Barcelona que todavía conserva el ayuntamiento –que se fue desprendiendo de la empresa cuando era plenamente pública hasta convertirse en socio minoritario en el 2011- y la creación de la funeraria pública. Todos los grupos han votado en contra menos ERC, que se ha abstenido, y Barcelona en Comú y la CUP, que han votado a favor.

Baile de reproches

El baile de reproches ha sido el habitual en cualquier pleno municipal con el plus de la precampaña electoral, a tres meses para las municipales. El concejal de Presidencia, Eloi Badia, que tutela esta cuestión desde que el gobierno se propuso crear la funeraria pública, ha reprochado su posición al PSC y ERC, que estaban llamados a ser los socios de Colau en este tema. Los socialistas

"La funeraria de Colau es como el Ave Fénix pero al revés: siempre acaba muriendo"

Colau ha agradeció el apoyo de la CUP en un tema que ha calificado de sensible, “porque afecta a la muerte”, y ha dicho que no comprende al PSC y a ERC. A los republicanos les ha acusado de pedir que se lleve el tema al plenario para acabar negando su apoyo, y de paso ha recordado que en cambio le cuesta poco pactar con los exconvergentes en la Generalitat.

A Collboni, su exocio, la alcaldesa le ha reprochado que el PSC votara a favor de la venta de un 36% de Serveis Funeraris en el 2011 cuando solo faltaban tres meses para las elecciones municipales y ahora vote en contra y cargue contra el gobierno. “Aquí está ganando el electoralismo cortoplacista”. En definitiva, las urnas, que tan presentes están desde hace meses en el pulso entre Colau y oposición, han tutelado el debate.

Rifirrafe con Recasens

La alcaldesa, visiblemente irritada, ha mantenido un rifirrafe final con la concejal del PDECat Sònia Recasens, que primero ha afeado que publicara un vídeo en las redes sociales defendiendo la funeraria pública y que después ha pedido al secretario municipal que aclarara que lo que se estaba votando era la puesta en marcha de seis velatorios, un número que los exconvergentes consideran demasiado reducido para incidir en el mercado y reducir precios.

"Lo que no hace falta es una campaña de marqueting electoral", ha afirmado por parte de ERC, el concejal Jordi Coronas. Más dura ha sido la socialista Carmen Andrés: "Votaremos en contra de este disparate". En un tono similar se han pronunciado el presidente del grupo del PP Alberto Fernández Díaz y el concejal de Ciutadans Koldo Blanco.

“Nunca me enviaron el detalle de la factura del entierro de mi madre, de 9.300 euros”

La madre de Antonio Ortega murió en Barcelona el pasado 12 de junio en su casa y el suyo es uno de los casos que motivaron la inspección municipal en Serveis Funeraris de Barcelona. Sus familiares se pusieron en contacto con el tanatorio de Les Corts, que les explicó que debían rellenar el certificado de defunción antes de recoger el cuerpo. En el tanatorio, a Ortega y a su hermana les enseñaron un catálogo sin precios de ataúdes y eligieron uno: les dijeron que costaba 3.000 euros. Renunciaron al servicio de chófer, al libro de firmas y a los recordatorios. Eligieron flores y música.<strong> El precio final: 9.300 euros. Ortega pagó 5.000 euros y pidió una factura en detalle antes de abonar el resto. No recibió respuesta de Serveis Funeraris aunque insistió varias veces. </strong>En agosto, denunció el asunto a la Agència Catalana del Consum, que lo remitió a la Oficina Municipal de Información al Consumidor. Acudió a la Síndica de Greuges de Barcelona. Serveis Funeraris no llegó a enviar la factura y le demandó por no pagar el total. La junta arbitral del OMIC debe pronunciarse en marzo sobre el caso, que paralelamente tiene un recorrido judicial. “Cuando vea el detalle comprobaré si es un abuso o no. Y entonces pagaré o demandaré”, afirma Ortega, que explica que en su momento firmó y no cuestionó la cantidad: “No estaba en condiciones de discutir”.