ordenanza controvertida

La oposición pondrá coto a la presión de Colau sobre las terrazas de Ciutat Vella

Terrazas en la Boqueria, tras el acuerdo del pasado mes de julio.

Terrazas en la Boqueria, tras el acuerdo del pasado mes de julio. / JORDI COTRINA

Patricia Castán

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Un pleno extraordinario exprés (de solo 40 minutos) ha servido hoy miércoles para oficializar la censura de los principales grupos de la oposición a la gestión de Colau de las terrazas de bares y restaurantes. Para que se entienda la trinchera que este tema ha abierto durante el último mandato, basta la cifra de los 60.000 puestos de trabajo que suma el sector en Barcelona. La proposición avalada por el grupo municipal Demòcrata, PSC, Ciutadans y el PP se ha saldado con la aprobación de una comisión especial de seguimiento de aplicación de la modificación de la ordenanza de las terrazas en Ciutat Vella, donde el sector había denunciado una férrea presión y recortes que iban en contra de lo acordado hace unos meses.

Con 22 votos a favor (incluido el del concejal no adscrito Juanjo Puigcorbé), 14 en contra (Comuns y CUP) y 5 abstenciones (ERC y Gerard Ardanuy), la propuesta que ha prosperado supone la constitución de una comisión presidida por el edil demócrata Raimond Blasi que se reunirá en las próximas semanas y debe "aclarar las circunstancias en que se está produciendo la toma de decisiones" sobre los veladores de Ciutat Vella. Se basa en velar por el apoyo municipal a la actividad económico, preservar la convivencia en el espacio público, tomar acuerdos por mayoría ponderada... en un máximo de dos a cuatro sesiones.

Esta fórmula fiscaliza la cuestionada gestión de la concejala Gala Pin, a la que el Gremi de Restauració ha acusado en reiteradas ocasiones de atacar la actividad de la restauración y no respetar la modificación de la ordenanza que desde el año pasado flexibiliza la normativa. La teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, ha replicado que el consistorio sí acataba el acuerdo, aunque la disparidad del territorio obligaba a hacer diferencias, con Ciutat Vella como exponente de la saturación del espacio público. Y ha querido ser contundente con un dato: el 2018 acabó con 3.643 mesas en el distrito, 30 más que un año antes. Este balance incluye la supresión y recortes de algunas, frente a la concesión de algunas nuevas, incluida la legalización de las del perímetro de la Boqueria.

La sesión plenaria ha reflejado lo que será la recta final de mandato: cruce de acusaciones y mucha gesticulación política, mientras Colau la presidía a toda velocidad. Blasi ha arrancado el turno de palabras lamentando que la alcaldesa mantenga en "solitario" una posición de presión sobre el colectivo que se aleja de acuerdo. "Llegamos aquí para poner transparencia", ha enfatizado. Para Carina Mejías, de Ciutans, la flexibilización debe devolver una "normalidad" al sector de la restauración que aún no existe. "Tres años y medio después hablamos de lo mismo", ha lamentado, a la par que reprochaba la "laxitud" del consistorio con la actividad ilegal del top manta sobre las aceras, y criticaba la actitud de "sheriff" de Gala Pin, que no ha dicho ni palabra durante el pleno.

Buscar el equilibrio

Para el socialista Jaume Collboni, este motor de empleo debe alcanzar el equilibrio con el uso ciudadano del espacio,y se ha quejado de que se judicialice sin cumplir los pactos. Más incisivo ha sido Alberto Fernández Díaz, que incluso ve "prevaricación" en el proceder de Pin (ha eliminado o recortado varias terrazas en los últimos meses) y recuerda que el terraceo es un "hábito de vida de los barceloneses", mientras que Pere Cases, de a CUP, lo vinculaba al crecimiento turístico.

Otro grupo que apoyó la modificación de la ordenanza, ERC, se ha abstenido en este caso al considerar que se está dejando de lado una de sus condiciones, que era inspeccionar que en todas las terrazas hubiera servicio (no selfservice, como en algunos fast food) de modo que los veladores fomentaran el empleo digno. Jordi Coronas ha criticado que el tema vuelva a generar "espectáculo" político, pero ha tendido la mano a buscar soluciones a cada caso.

La teniente de alcalde Janet Sanz ha defendido que al equipo de gobierno si le gustan las terrazas, pero "han de ser compatibles con dormir y pasear". La tensión en Ciutat Vella se ha elevado recientemente con la propuesta municipal de redistribuir las mesas del paseo de Joan de Borbó, mientras que en la acera de enfrente, se quejan los operadores, el top manta prolifera sin apenas control.

El director de la patronal, Roger Pallarols, ha aplaudido la creación de la comisión para que se "cumpla" la modificación, a la espera de alcanzar acuerdos en los diferentes frentes abiertos en el distrito, que se han traducido también en acciones judiciales.