MOVILIZACIÓN

Los vecinos de Porta se oponen a la edificación de los huertos de Maladeta

Los huertos de la calle de la Maladeta, en el año 2015.

Los huertos de la calle de la Maladeta, en el año 2015. / DANNY CAMINAL

Marta Alcázar

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La Asociación de Vecinos del barrio de Porta (Nou Barris) ha empezado una recogida de firmas para que el Ayuntamiento de Barcelona adquiera el descampado propiedad de cinco promotoras, entre ellas Núñez y Navarro, de la calle Maladeta donde los jubilados del barrio cultivan huertos urbanos desde hace una década. Los vecinos reclaman que el espacio pase a ser de uso público y albergue equipamientos para el barrio. La amenaza de una nueva licencia de obras que active la edificación ha puesto a los vecinos, movilizados desde hace años, de nuevo en pie de guerra. El Ayuntamiento rechaza la petición porque “contribuiría a la especulación” en el barrio.

El solar de 900 metros cuadrados albergaba un vecindario de casitas de una planta que fueron expropiadas en 1999. Eran viviendas de autoconstrucción de finales del siglo XIX. Su derribo daría paso a la renovación el barrio con modernos bloques de viviendas donde ahora se cultivan una veintena de huertos compartimentados entre maderas y palés.

Cuando el Ayuntamiento sacó a subasta la parcela en el 2007, algunos jubilados de Porta empezaron a plantar sus huertos. Querían evitar que la parcela se convirtiera en un vertedero o pipican mientras practicaban su afición. La reivindicación recibió el apoyo de los vecinos en contra del proyecto inmobiliario: “No queremos más bloques altos. Queremos que el Ayuntamiento compre el terreno y lo destine equipamientos para el barrio”, explica Julián Lluís, secretario de la asociación de vecinos de Porta. Núñez y Navarro demandó a los jubilados en el 2015 por la ocupación de la parcela y la asociación vecinal asumió la responsabilidad. 

La recogida de firmas llevará el debate sobre el solar de la Maladeta al pleno del Ayuntamiento. Lamentan que el Gobierno municipal se haya desentendido del problema: “El equipo de Colau nos prometió un plan de usos para los vecinos del barrio y no lo están cumpliendo”, denuncia la asociación de vecinos. Fuentes municipales alegan que para convertir el solar en espacio público “haría falta una indemnización que supondría un alto coste económico y contribuiría a generar especulación”. El actual plan urbanístico del distrito reconoce los derechos edificatorios del solar. Preguntados sobre los planes para su parcela, Núñez y Navarro no se ha pronunciado.

Confrontación vecinal

Chencho Ruiz cultiva su huerto desde hace 11 años: “Empecé cuando me jubilé pero si me piden que lo deje lo dejaré”, explica. Y reconoce su valor simbólico. Fue uno demandados por la constructora barcelonesa y el pasado 8 de octubre mantuvo una nueva confrontación con otra empresa propietaria cuyo nombre desconoce: “Vinieron seis trabajadores con palancas y mazos para limpiar los terrenos”, explica. Los vecinos se opusieron delante de los cultivos y la Guardia Urbana paralizó los trabajos de limpieza porque el propietario mostró unos permisos caducados.

Luisa Lobato vive en uno de los bloques que flanquean el solar: “Las casitas daban personalidad al barrio. Si construyen bloques altos quedaremos encajonados”, lamenta, y prefiere que en el terreno acoja un gimnasio o un CAP. Otros vecinos proponen un corredor verde o mantener los huertos urbanos. En todo caso, la asociación de vecinos defiende que se decidiría con un proceso participativo. El distrito asegura que mediará en el conflicto entre vecinos y propietarios.