el problema de la vivienda

Así serán las camas de los pisos 'colmena' de Barcelona

La empresa propone varios modelos a elegir para las viviendas compartidas por hasta 30 personas

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Patricia Castán

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¿Cómo 'acoplar' a entre 10 y 30 personas para que compartan vivienda 'colmena' en Barcelona? Como avanzó ayer EL PERIÓDICO, una empresa proyecta una fórmula de piso compartido econónomico al estilo de los que se han implantado en grandes ciudades asiáticas. Haibu 4.0 muestra ahora los modelos entre los que podrían usar los usuarios, cuya primera promoción está prevista en el barrio de la Bordeta, en Sants-Montjuïc, si logran el necesario encaje legal y urbanístico para ejecutarla.

El ayuntamiento mantiene que este sistema no tiene cabida en la ciudad, argumentando que la normativa de las Naciones Unidas señalan un mínimo de 40 metros cuadrados de superficie por vivienda (aunque en Asia es fácil encontrar 'pisos' de 15 metros y en Barcelona proliferan los estudios minúsculos), y las ordenanzas metropolitanas de edificación son estrictas sobre los límites. El decreto 141/2012 de la Generalitat, por ejemplo, fija un máximo de 3 personas por habitación de unos 12 metros cuadrados. La realidad de la calle, no obstante, hace que en muchos casos barrios haya sobreocupación de viviendas.

La propuesta de Haibu 4.0, que quiere abrir varias viviendas múltiples en la ciudad, así como en Madrid, Roma y otras urbes, aspira a llenar un vacío de mercado apuntando a personas de entre 25 y 45 aproximadamente, que no puedan permitirse una vivienda para ellos solos o una habitación estandar en un piso compartido, que en la actualidad cuestan una media de 429 euros, según un reciente estudio. O que necesiten dormir varias noches a la semana en Barcelona. Los pisos 'colmena', por su comparativa con la forma de vida de las abejas, plantean cubículos de distintos tipos para descansar, con zona comunitaria de cocina y baño. La renta mensual sería de 200 a 275 euros, según explican sus promotores y los inquilinos (por meses o años y no turistas) deberían ingresar al menos 450 euros mensuales.

Los modelos que se proponen van del cubículo de apertura frontal que recuerda a una cabina con cama de un tren, a otros de acceso lateral.

Difusión en carteles

La empresa está difundiendo su proyecto en carteles colgados en diversos barrios, con una notable respuesta de interesados. Inicialmente cobraba una tasa de inscripción de 25 euros como filtro, pero ahora va a eliminar ese cargo para dar más transparencia a la comercialización. Su intención, basándose en anterior jurisprudencia, en desarrollar su plan en locales en desuso situados en bajos de edificios.

El complicado cambio de usos para los bajos hace que el consistorio barcelonés sea doblemente escéptico al respecto -amén de la cuestión de la habitabilidad-, aunque otras ciudades europeas habrían mostrado interés para desarrollar la idea y satisfacer su necesidad de plazas para estudiantes universitarios.