el problema de la vivienda

Una empresa trata de implantar los pisos 'colmena' en Barcelona

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Patricia Castán

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Imposible no abrir los ojos como platos ante el reclamo pegado en muchos semáforos y farolas locales: "Proyecto de viviendas para residentes en Barcelona por 200 euros al mes". En una ciudad donde los alquileres medios se van acercando a los mil euros, la primera reacción de muchos es pensar en que hay gato encerrado. ¿Una comuna? ¿Una estafa? ¿Un buen samaritano? El detalle de abonar 25 euros como tasa de inscripción echa para atrás a los mal pensados. Pero lo cierto es que los socios emprendedores de Haibu 4.0 existen y pretenden impulsar las viviendas 'colmena' que han arraigado en algunas ciudades asiáticas, para afrontar el problema del acceso a la vivienda en Barcelona. Su público potencial son personas de unos 25 a 45 años, con ingresos de al menos 450 euros mensuales y dispuestos a pagar entre 200 y 275 por su particular hogar.

El ayuntamiento, que asegura no haber "recibido ninguna solicitud de licencia para un espacio residencial de estas características", cuestiona la viabilidad de esta iniciativa empresarial. Incluso señala que en los términos en que se describe en la web, "no tiene cabida en Barcelona" porque "es obvio que no cumple de ninguna forma los requisitos mínimos de habitabilidad que se exigen para poder vivir con dignidad y en unas condiciones adecuadas".

Cuando en el 2005 la exministra María Antonia Trujillo defendió los minipisos de 25 metros cuadrados casi la lapidan. ¿Qué decir ahora de las cápsulas instaladas en pisos para entre 10 y 30 personas? En países donde se han implantado por vía hotelera o para vivir, suelen rondar los 2,5 metros de largo por 90 centímetros de ancho y el 1,4 metros de alto. Los detractores lo verán como nichos; los defensores verán una oportunidad de dormir en Barcelona a un precio bajo, cuando hoy en día una habitación en un piso compartido ya cotiza a una media de 429 euros al mes. 

Obviamente, el asunto no se plantea para la vida familiar, sino para perfiles de veinteañeros a cuarentañeros que no puedan vivir solos por cuestión económica. Se les llama colmena porque se estructuran como tales y la empresa que los promueve planea la apertura en una docena de ciudades, comenzando por Barcelona por ser la residencia habitual de uno de sus socios y por la meteórica subida de precios que ha experimentado en los dos últimos años, explican a este diario.

Los carteles repartidos por la ciudad desde hace unos días siguen la campaña de captación de interesados que ya abrieron hace unas semanas a través de Wallapop. El anuncio detalla los cuatro datos mencionados y remite a una dirección de correo electrónico, donde responden con un mensaje automático dando las claves del proyecto. Que es un nuevo modelo de viviendas que permite que los "autóctonos puedan quedarse a vivir en su ciudad", que han desarrollado el invento para que "los jóvenes puedan remontar su vida económicamente", que se basan en un sistema cooperativo y de comunidad, que en sus colmenas todos los integrantes deben respetarse y ayudarse, que hay condiciones de inscripción (edad, salario, antecedentes...) y que el precio va de los 200 a los 275 euros "según el modelo de hábitat que elijas".

A continuación detallan requisitos y reglas de convivencia y explican cómo en Asia es una práctica en auge.

Eliminar el pago

El asunto de los 25 euros de inscripción es lo que ha desatado sospechas entre algunos vecinos. De hecho, el consistorio ha analizado el proyecto descrito en la web y ha decidido "poner en conocimiento de los Mossos d'Esquadra para que investiguen si hay algún fraude vinculado a esta oferta". Según ha comprobado este diario, no existe denuncia alguna ni ante la policía autonómica ni en la Agència Catalana de Consum, donde apuntan que el cobro de la supuesta tasa de inscripción en principio no implica una mala praxis, si no hay reclamaciones al respecto. 

Cuando este diario ha conseguido contactar con los promotores (no aparecen teléfonos en www.haibu4.com), estos aseguran que la iniciativa va totalmente en serio.  Uno de los socios, Eddie Wattenwil cuenta que van a eliminar esta tasa -que plantearon para filtrar posibles curiosos- para ofrecer más transparencia a los interesados. En sus carteles se muestran varias ubicaciones aproximadas en un mapa. La promoción más madura se ubicaría en el barrio de la Bordeta (Sants-Montjuïc), donde están a punto de adquirir un gran local diáfano de planta baja. Y es aquí donde radica la complejidad urbanística añadida al asunto. El cambio de uso de local a vivienda es complejo e incluso con cédula de habitabilidad la Generalitat establece ratios de una persona para habitaciones de 5 metros, dos en 8 metros, tres en 12 o solo dos si es un espacio único.

Wattenwil explica que en países como Dinamarca la propuesta ha sido bien recibida para dar salida a la demanda de muchos estudiantes. Planean aperturas en Madrid y Roma, también. Mantienen que las cápsulas serían fabricadas en Catalunya, se venderían o alquilarían y se instalarían en estas viviendas, que contarían con cocina office y modernos baños. Aseguran que realizarán una importante inversión y no esperan beneficios a corto plazo pero creen que esta fórmula tiene futuro en occidente. De hecho, han recibido muchas peticiones de información, de variado perfil, con mayoría (60%) de hombres, en el proceso que consideraban como un "banco de pruebas" para afinar su propuesta. Ahora van a introducir cambios en la web para que todo sea "más claro".

Tanto él como Marc Olivé, socio que se identifica en su portal para la tramitación de las tasas, enfatizan la vertiente "social" de esta fórmula, que defienden incluso para gente que vive lejos de Barcelona pero trabaja en la ciudad y podría dormir entre semana por un módico precio. "No está pensado en absoluto para turistas", insisten. 

Relatan que han realizado gestiones desde diversas áreas del ayuntamiento, sin que les aclaren el encaje urbanístico de su propuesta, que ni es un piso convencional, ni una residencia, ni un alojamiento por días. Pero sus abogados creen que hay la suficiente "jurisprudencia" como para abrir una puerta a su implantación en locales de planta baja que llevan años desiertos.

El ayuntamiento ve con escepticismo la iniciativa y estará "atento" a su evolución.

De Japón a Hong Kong, con hostales en Barcelona

Dormir en cápsulas, 'nichos', 'colmenas' o como se los quiera llamar, está normalizado entre el turista que recorre Japón, donde el alojamiento es caro y esta fórmula cuaja entre los viajeros jóvenes. En Tokyo permite una alternativa económica para pasar la noche, con la impecable limpieza, orden y prestaciones (de wifi a aire acondicionado) que les caracteriza. En su origen apuntó al viajero de negocios que por horarios debe pasar una noche en la ciudad y solo precisa descansar.