PROYECTO POLÉMICO
Montgat: el surfódromo de la discordia
Manuel Arenas
Redactor y coordinador del equipo de información del área metropolitana de Barcelona
Periodista de información y audiencias locales del área metropolitana de Barcelona. Antes trabajé en la productora audiovisual Clack, donde investigué y desarrollé guiones de documentales, y colaboré con EL PERIÓDICO firmando la contraportada del diario y publicando reportajes en las secciones Gran Barcelona, Sociedad y Entre Todos. Empecé en la prensa local de mi ciudad, Santa Coloma de Gramenet, concretamente en el Diari de Santa Coloma.
Manuel Arenas / Montgat
En la localidad de Montgat tiene lugar estos días un debate candente. El pasado mes de febrero se presentó en el municipio el proyecto ‘Wavegarden Barcelona-Montgat’, un gran complejo de surf artificial todavía por construir cuya apertura está prevista para el 2018. Se trataría de la tercera piscina de olas más grande del mundo, por detrás de las de Texas y Gales, que según lo proyectado generaría 50 puestos de trabajo y se utilizaría para enseñar surf.
Desde su presentación, son numerosas las voces que se han alzado contra la edificación, tantas que el Ayuntamiento de Montgat -cuya alcaldesa, Rosa Funtané (ERC), se ha mostrado favorable al surfódromo- ha tenido que salir al paso mostrándose "prudente".
Actualmente, el consistorio está a la espera de recibir el anteproyecto modificado para estudiar su viabilidad, después de haber remitido a la promotora, la empresa privada catalana Wavegarden BCN, S.L., los correspondientes informes urbanísticos y medioambientales. La última novedad es la aprobación en el pleno de julio de que, ante las quejas, si el consistorio estima la viabilidad del proyecto, el asunto será sometido a una consulta popular vinculante a los vecinos de Montgat.
Desde la empresa promotora aseguran que el proyecto cuenta con el apoyo de la Secretaria General de l'Esport de la Generalitat, y que si los vecinos de Montgat lo rechazaran, buscarían otra ubicación.
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“Destrucción del entorno natural”
A finales de julio, la plataforma vecinal Salvem Montgat, creada para aglutinar el rechazo al surfódromo, congregó a 300 personas en una protesta contra el proyecto. Las principales quejas de la agrupación, que en Change.org cuenta con más de 800 apoyos, se basan en la turistificación y la gentrificación, que "cambiaría el modelo de un pueblo tranquilo", ya que la promotora estima una afluencia anual de 150.000 personas en un municipio de algo menos de 12.000 habitantes. Esto, según los vecinos, encarecería todavía más los precios, teniendo en cuenta que Montgat ya está entre los municipios del Maresme con alquileres más caros.
Otro de los puntos conflictivos es la construcción del recinto: 48.500 metros cuadrados con una laguna artificial de 15.000 metros cúbicos junto a la N-II y la playa, lo que "destruiría el entorno natural de 45.000 metros cuadrados del último corredor verde entre Montgat y Masnou", reivindican desde Salvem Montgat. La promotora, por su parte, niega que vaya a ser una macroconstrucción de ocio, tal y como algunos vecinos apuntan: "No va a haber hotel ni centro comercial. Nuestro proyecto es estrictamente deportivo, como el Canal Olímpico de Castelldefels. Creemos que puede ser una gran oportunidad para los futuros campeones catalanes, cuando el surf sea deporte olímpico".
“La caja de pandora de la masificación”
La vecina Mar Manzaneque, vinculada a Salvem Montgat, reconoce el temor de los vecinos a "abrir la caja de pandora de la masificación turística". Cree que el complejo acarreará contaminación acústica y afectará negativamente a Montgat porque "usará más de un millón de litros de agua dulce al año, que saldrá de pozos freáticos de la zona".
En ese sentido se ha manifestado Josep Lluís Martínez, representante legal de Salvem Montgat, recordando que "en las experiencias de Texas y Gales la piscina se ha roto y las reparaciones de la misma han supuesto un consumo de agua indefinido".
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“Es lícito”
También hay vecinos que, a pesar de no estar entusiasmados con la idea, admiten la posibilidad de que pueda llevarse a término legítimamente. Es el caso de Sebastià Solà, vecino de Montgat que comenta que "algunos vecinos se quejan por vicio". "Si el complejo se hace yo no iré -añade-, pero tampoco soy nadie para oponerme: si los técnicos determinan que el proyecto es viable, es lícito que un tercero quiera invertir en el municipio".
Los vecinos críticos tildan la operación de "pelotazo urbanístico". Dicen que la ubicación de la misma desacertada porque "ahora ya está masificada a nivel de movilidad", puesto que cerca se ubica una importante escuela de la ciudad, la Hamelin. El vecino Felipe Cordero lamenta: "Tenemos un coche de policía para todo el pueblo, no tenemos ni urgencias, y nos quieren meter a 150.000 personas en un año". Cordero hace explícito su miedo a que "un pueblo donde la gente se saluda por la calle se convierta en un lugar inhabitable".
Terrenos de la UB
Los terrenos privados donde se construiría la instalación son propiedad de la Fundació Montcelimar, perteneciente a la Universitat de Barcelona (UB), de la cual forma parte el Ayuntamiento de Montgat.
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Según Salvem Montgat, "los estatutos de la fundación prevén que los terrenos se destinen a uso docente y relacionado con la universidad, cosa que no se cumpliría". Sin embargo, desde el consistorio, la promotora y la UB se hace hincapié en el objetivo educativo del complejo y en que la universidad vinculará las instalaciones a su servicio de deportes, con la posibilidad de organizar competiciones para promocionar su actividad deportiva.
Aun así, numerosos vecinos piensan que sería mejor dar otro uso a los terrenos. "No estamos muy seguros de la presencia de la Universitat de Barcelona en este asunto porque hasta ahora no ha tenido ninguna línea de surf. Nos reunimos con ellos y nos dijeron que si la empresa no cumpliera las buenas prácticas acordadas, la universidad retiraría su marca del proyecto, pero el alquiler de los terrenos ya está acordado para 40 años", sostienen desde Salvem Montgat.
El año 2015, el Ayuntamiento de Madrid ya echó para atrás por "inviable" un proyecto muy similar, Wet Madrid, que también generó rechazo vecinal.
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