La ruta que más refresca el paladar

Las experiencias nuevas siempre suponen un punto de inflexión y, cada vez más, la gente está ansiosa por tropezar con lo más innovador y sorprendente. Se trate de lo que se trate. Un pequeño añadido, un sabor distinto e incluso una presentación diferente pueden hacer que una persona se enamore de un establecimiento gastronómico. Con los helados, la sintonía funciona igual. Para los amantes del producto artesanal y cuidado existen lugares consagrados en Barcelona pero también surgen propuestas que buscan dar un paso más allá. A pesar de que ya no se trata de un producto estacional, no hay mejor momento que el verano para hacer un repaso a las mejores heladerías de la ciudad.

Aquellos que deseen apostar por lo más nuevo cuentan con infinidad de posibilidades como Vioko (Passeig de Joan de Borbó, 55), un local que además de cuidar su producto 100% natural aporta un plus gracias a su decoración. Con un espacio que parece más una tienda de alta costura, en esta heladería, el cliente puede arriesgarse con sabores como el Mojito, Selva Negra o la Violeta.

Porque la búsqueda de nuevas sensaciones es lo más refrescante de la vida existen también establecimientos como Belgious (Avinyó, 50), que se diferencia por crear sabores únicos con productos de primera calidad adquiridas en sus lugares de origen. Por eso, cuando se prueba su helado de Speculoos, uno puede estar seguro que su paladar viajará directamente a Bélgica para probar sus clásicas galletas sin tener que coger un avión.

ECOLÓGICOS Y SALUDABLES

La cuidadosa selección de los ingredientes es vital para poder ofrecer un helado sin igual y la utilización de productos ecológicos es una buena baza para ganar adeptos. Bodevici (Torrijos, 21) tiene como misión hacer disfrutar con sus helados ecológicos certificados y a la vez cuidar a las personas y el medio ambiente. Por eso, ofrece una cantidad de productos sin gluten, sin lactosa y libres de azúcares que han ganado el premio a la mejor tienda bio según la asociación BioCultura del 2012. Si lo que se busca es arriesgar con nuevos establecimientos, la cadena especializada en helados de yogur que arrasa en Girona, ha abierto una nueva tienda en Barcelona. Llagurt (Astúries, 47) cree en la utilización de ingredientes kilómetro cero y ecológicos para vender un producto alternativo al helado tradicional y jugar con las históricas recetas del yogur.

Pero la tradición sigue siendo el punto fuerte a la hora de vender un producto. Por eso no se deben olvidar los establecimientos de rigor en Barcelona. DelaCrem (Granados, 15) basa su éxito en la pasión por lo artesano y los seguidores de Tripadvisor la han catapultado hasta la primera posición de las mejores heladerías de España. La misma estrategia sigue Gelaati di Marco! (Carrer de la Llibreteria, 7), que busca la excelencia en cada producto y crea los mejores helados para veganos. «Yo soy vegetariano, así que entiendo la necesidad de poder disfrutar de un helado sin perder tu yo», comenta Marco, su fundador.

Lo tradicional parece que estar abonado al éxito y Amorino (Las Ramblas, 125) es otro local que se centra en ofrecer un helado al naturale, con los mejores ingredientes. Lo especial de esta heladería es la posibilidad de mezclar tantos sabores como se quiera y los sorbetes, su punto fuerte.

No se puede cerrar este recorrido sin acordarse de la heladerías ideadas por Jordi Roca, Rocambolesc, que se pueden visitar en Madrid, Girona o Platja d'Aro. El mejor pastelero del mundo en el 2014 y miembro de la familia del Celler de Can Roca ha anuciado a EL PERIÓDICO que pronto abrirá tienda propia en Barcelona. Por el momento, los barceloneses se tendrán que conformar con visitar las reconocidísimas pastelerías Escribà, el Hotel Omm y el Hotel Mandarin para disfrutar de sus creaciones.