Tribuna

Desde el Pirineo para Barcelona

Un 'rider', durante la Copa del Mundo de snow en la Molina, en el 2010.

Un 'rider', durante la Copa del Mundo de snow en la Molina, en el 2010.

ALBERT BATALLA

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Estimado barcelonés, estimada barcelonesa:

Mi nombre es Albert y soy pirenaico, concretamente de La Seu d'Urgell. Te escribo para explicarte cómo vemos muchos pirenaicos y pirenaicas la candidatura olímpica Barcelona-Pirineus para los Juegos de Invierno del 2022. Nuestras comarcas representan el 20% del territorio, pero somos menos del 1% de la población de Catalunya, unos 60.000 habitantes, o lo que vendría a ser lo mismo, el número de personas que viven en el barrio de la Sagrada Família. Este hecho, y una orografía complicada, dibujan un territorio que nos enamora, pero que a la vez tiene carencias importantes en comunicaciones, servicios y oportunidades. Estas son también comarcas con empuje y talento, donde la gente trabaja duro para construir un territorio auténtico y a la vez moderno.

Creo sinceramente que los Juegos pueden suponer un revulsivo para Barcelona, acostumbrada a estar en el escaparate del mundo en el que quiere mantenerse. Pero pienso que, sobre todo, pueden suponer un gran empuje para el Pirineo. Situar y conectar esta sierra con el mundo es una oportunidad histórica que no queremos ni podemos perder.

Situar los Pirineos en el mundo. Nuestras comarcas, como debes saber, son un paraje natural de primer orden que tienen en el turismo y especialmente en el turismo de nieve uno de los principales activos económicos. Optar a unos Juegos, y ya no digamos conseguirlos, puede suponer un impulso enorme para el conjunto de hombres y mujeres que vivimos en estas comarcas. Más interés de los catalanes y catalanas por los Pirineos y por los deportes de invierno puede representar una oportunidad de progreso. Elevar este conocimiento a escala mundial es un sueño para muchos de nosotros. En cualquier rincón del mundo reconocen y saben ubicar los Alpes. Por desgracia, los Pirineos, todavía no.

Conectar los Pirineos con el mundo. Te explicaba unas líneas atrás las dificultades de un territorio como el nuestro. La necesidad de mejorar las comunicaciones terrestres y tecnológicas, el tren, las carreteras, la fibra óptica, por poner unos ejemplos, es urgente. Unos Juegos pueden ayudar a avanzar en esto y eliminar el principal problema del Pirineo: la distancia y el tiempo. De nuevo, situarnos en el mundo. Pero no solo hacernos visibles globalmente, sino también dotarnos de instrumentos para estar presentes con nuestro talento. Es muy importante para nosotros, pero también para vosotros. Para todos.

A pocos días de que la candidatura sea presentada o no al Comité Olímpico Español por parte del Ayuntamiento de Barcelona, vemos cómo se escriben páginas de periódico, se llenan minutos de radio y de televisión, centenares de tuits y mensajes en Facebook a favor y en contra. Escuchamos declaraciones del alcalde y de distintos portavoces municipales sobre la conveniencia o no de presentarla. Nada que objetar. Todo el mundo es libre de decir lo que piensa, siempre que se haga con conocimiento de causa.

Las grandes decisiones necesitan debate para tomar forma, pero también empuje y pocos prejuicios. Y esta, aunque parezca para un horizonte lejano, es una de estas grandes decisiones que requieren una mirada abierta y desacomplejada. Tenemos buena parte del trabajo hecho y nos podemos presentar con una candidatura solvente, creíble y responsable. Permíteme que te pida, a ti que vives en Barcelona, que cuando pienses en la candidatura para los Juegos de Invierno del 2022 veas una oportunidad para Barcelona, como lo han sido, por ejemplo, los Mundiales de natación o el congreso mundial del móvil. Pero, sobre todo, piensa que para los Pirineos esta candidatura no es solo una buena oportunidad: es LA OPORTUNIDAD.

MUCHO MÁS que esto. Podemos conseguir que los Juegos sean un reto colectivo, de esos que solo puede afrontar la fuerza de una gran capital y de un país en marcha. Hemos hablado muchas veces del papel que puede jugar Barcelona como capital de Catalunya. En 1992, todo el país empujó con éxito a Barcelona, y ahora puede ser Barcelona quien acompañe en este sueño. Esto no es un capricho, y no nos podemos esconder detrás de la crisis porque la candidatura debe ser, precisamente, una palanca para ayudar a la reactivación económica. Los Juegos de Invierno del 2022 deben ser, en definitiva, un revulsivo.

Tenemos todos los elementos para hacerlo muy bien: una capital admirada y reconocida y un país en marcha. Debemos hacerlo con innovación, talento y creatividad, apostando por unas olimpiadas sostenibles que marquen un punto de inflexión en esta competición de nieve y hielo. Desde los Pirineos pondremos toda la capacidad y entusiasmo que sea necesario, trabajando con compromiso, coordinación y lealtad. Los Juegos de Invierno no son solo un gasto, son una inversión de futuro que en unos años veremos como un acierto. Hagamos que no sean patrimonio solo de unos cuantos y convirtamos esta candidatura en un proyecto de todos.

Es cierto lo que dice el alcalde Xavier Trias: si nos presentamos, es para ganar. ¡Pues vamos!