CiU y PSC se distancian del proyecto de un Hermitage barcelonés

El Ayuntamiento de Barcelona no aportará dinero si se ubica una sucursal del Hermitage -la joya de la corona de los grandes museos de arte rusos- en Barcelona, proyecto impulsado por la empresa Cultural Development BCN que representa a un grupo de inversores privados rusos que quieren negociar con el puerto de Barcelona, con el consistorio y con la Generalitat.

Trias precisó ayer que este proyecto es una posibilidad, pero el ayuntamiento no pondrá «ni un euro» porque, ante la delicada situación de crisis económica actual, tiene otras prioridades. El alcalde puso como ejemplo de obras empezadas que hay que acabar como el Disseny Hub, el Born, el mercado de los Encants, el mercado de Sant Antoni y «muchas prioridades desde el punto de vista social» a las que Barcelona debe dar respuesta.

Indicó que este es un proyecto privado que se interesa por invertir en Barcelona por su capacidad de atracción turística y que no hay nada cerrado. Desde hace un año, los establecimientos de lujo dan prioridad al idioma ruso, solo superado por el inglés.

El diarioEl Paísavanzó que un grupo de inversores rusos, la Autoritat Portuària de Barcelona y el ayuntamiento están negociando la apertura de una sucursal del Hermitage en unos edificios cercanos al Hotel W, que forman parte del catálogo de patrimonio arquitectónico de la ciudad. El alcalde precisó que el ayuntamiento lo que debe hacer es velar por la preservación del edificio.

«ESPECULACIÓN CULTURAL» //El presidente del grupo municipal socialista, Jordi Martí, calificó el proyecto de «operación de especulación cultural» con todos los visos de «explotación» de la marca Hermitage. Martí, que fue delegado de Cultura del anterior gobierno de Hereu, fundamentó sus dudas en que no se trata de un acuerdo entre el Hermitage y un museo de Barcelona, sino de una empresa que pretende aprovecharse de la situación de precariedad del museo de San Petersburgo.

El museo ruso ya ha abierto varias subsedes en otras ciudades del mundo, como Ámsterdam, Ferrara (Italia) y Londres, aunque esta última cerró en el 2007.