La firma de Clooney

Una escondida habitación de la Casa Batlló atesora 323 libros de gran formato con comentarios y firmas de los visitantes. Cada cuaderno guarda un promedio de 1.600 signaturas, lo que se traduce en 516.800 personas que a lo largo de estos últimos 10 años han querido dejar su huella tras una visita que a nadie decepciona.

La firma más repetida es la de George Clooney, aunque nadie tiene la certeza de que haya llegado a cruzar la puerta. La gente escribe lo que quiere y algunos utilizan un nombre falso. Entre ellos, el más reincidente es el del actor. Por ejemplo:«Solo dormido podía haber imaginado un lugar así», firma en castellano Clooney.

«La gente termina la visita sonriendo», asegura Nina Bernat, consejera delegada de Casa Batlló. «Es como si salieran del cine tras ver una buena película. Escriben lo que sienten en el libro al igual que lo harían en su facebook», argumenta Malú Piedrabuena, directora de las visitas culturales. Uno de los tomos está dedicado a las firmas ilustres. Una por página. Aparecen palabras de Barbra Streisand, Norman Freeman, el rey Juan Carlos, el príncipe Felipe, Josep Carreras, Ainhoa Arteta, Alexia de Grecia, el bailaor Joaquín Cortés, los arquitectos Jean Nouvel y Toyo Ito, Richard Gere, Woody Allen, el desaparecido Severiano Ballesteros, el tenista Rafael Nadal y numerosos alcaldes y futbolistas. Para Nouvel es la casa del agua, por sus azulados y esa sensación de oleaje que transmite la fachada.

Conmovedores comentarios surgen del imaginario infantil.«Es como vivir dentro de una caracola», firma Raquel, con letra irregular. En otra página, otro niño pide un deseo:«De mayor quiero una casa como esta», escribe con letra de cuaderno de ortografía. En alusión al mundo de los dibujos animados, una niña señala que el edificio no es de Gaudí.«Es de Walt Disney».

Peticiones de mano

Hay personas que apuntan su número de teléfono por si algún día los propietarios de la Casa Batlló deciden alquilar un piso. Otros dibujan dragones, chimeneas y ventanales. Dos manos enlazadas o anillos son ilustraciones coincidentes.«Es el mejor lugar del mundo para pedirte que te cases conmigo», dice un australiano. Los aniversarios también propician textos emotivos.«Hemos venido a celebrar las bodas de oro. Este lugar siempre estará en nuestra memoria».

Humor no falta.«Después de que me robaran la cartera en el bus, decidí regalarme esta visita. Vigilen sus bolsos», advierte en inglés un visitante. E ironía, tampoco: «Si da Vinci hubiera chocado con Gaudí, el mundo explotaría», asegura un italiano.