CiU abordará el carril bus-moto sin ningún «dogmatismo previo»

Mañana de metáforas lúdico festivas ayer en la comisión de Seguridad y Movilidad del Ayuntamiento de Barcelona. Sobre la mesa, entre otros muchos asuntos, la propuesta del PP de modificar la ordenanza de circulación para que las motos compartan carril con autobuses y taxis. Debajo de la mesa, los tres informes, más el presentado hace dos días por el RACC, que recomiendan olvidar el tema por el previsible aumento del número de accidentes. Los conservadores, que ponían a prueba la credibilidad política de CiU -el cambio normativo forma parte de su programa electoral-, quedaron aislados en la votación y acusaron al Gobierno de montar una fiesta «en la que solo estaba invitado el RACC», en referencia a las ocasiones en las que el alcalde ha expresado su total sumisión al veredicto del automóvil club respecto a la viabilidad de la medida. Respondió el concejal de Movilidad, Eduard Freixedes, que puntualizó que todo el mundo «puede traer su propia música» al guateque, aunque, dijo, es innegable que el RACC «ha llegado el primero». Ahora todo queda en manos de la mesa de trabajo que se reunirá el 29 de noviembre y cuya premisa será, según el propio edil, decidir «sin dogmatismo previo».

Así las cosas, Barcelona deja en suspenso la circulación de las motos por el carril bus-taxi hasta que no haya hablado el último de los implicados. Como bien dijo el responsable de Movilidad, «no todo tiene que ser negro o blanco, también hay una gama de grises y hay que dejar trabajar a la comisión». «¿Pero cuál será su postura cuando se sienten en esa mesa? Al fin y al cabo, son ustedes los que deben tomar las decisiones porque para eso son el gobierno», inquirió Joaquim Mestre (ICV-EUiA) con esa fina picardía tan propia de la oposición. No obtuvo una respuesta demasiado clara, pero sí una indirecta para quien quisiera tomarla al vuelo: «Algunos han querido tomar los informes como categóricos, y en el fondo no lo son».

SOLUCIÓN INTERMEDIA / El concejal David Escudé dio un paso atrás en nombre del PSC al asegurar que el equipo de Trias «se está quedando sin argumentos para aprobar algo que, según todos los estudios, no parece que sea una opción viable». ¿Pero cómo solventar algo que en campaña parecía pan comido? ¿Cómo contentar a todos con algo que genera posiciones tan encontradas? Una solución podría ser escoger algunos carriles bus-taxi, los más anchos, y permitir el acceso a las motos. De este modo, siempre se puede culpar al diseño de la ciudad, con viales demasiado estrechos que, como queda demostrado en los informes, serían un peligro para los motoristas.