CRÓNICA

Felices bichos raros en el BAM

Rita Indiana, Aloe Blacc y Guillamino impactaron con sus propuestas heterodoxas

Gancho escénico 8 Aloe Blacc, la noche del viernes, durante su actuación en la plaza Reial.

Gancho escénico 8 Aloe Blacc, la noche del viernes, durante su actuación en la plaza Reial.

JORDI BIANCIOTTO
BARCELONA

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Presten atención a esta letra:«Este corazón tiene tu manigueta / Ya tú me lo cogite de raqueta / Este corazón, este ping pong pong / ta pegao del fondo como concón / Con este cohete, con este / te conoco, yo cojono king kong / Cantifla de corazón, sanzón, sanzón». Este cronista ha probado con el traductor de Google, pero le ha salido un churro. Ese es, en fin, el mundo lírico de Rita Indiana, deslenguada dominicana que el viernes dejó boquiabierto al público de la plaza de Joan Coromines. La suya fue una de las propuestas más llamativas del BAM. Y la más estimulante para todo sociolingüista.

Rita Indiana se presentó con Los Misterios y un repertorio rico en escenas sexuales de cuneta y costumbrismopoligonero. Uno de loshitsque cantó fue Equeibol. «En español 'machacao' es 'patineta' o como ustedes quieran decirle», ilustró antes de la pieza, que en la recta final aprovechó la similitud armónica para transformarse en Gloria versión Patti Smith. Voz áspera, encaramada en una fina torre de cerca de dos metros. Indiana, genio y figura, saqueó el género del merengue con un poco de electrónica y aditivos sudorosos: guitarra, bajo, batería, percusión. Pero ella pareció más interesante que su sonido.

FUNK RETROMODERNO /Antes, en el mismo recinto, Pau Guillamet, es decir, Guillamino, brindó una diáfana exhibición de ese electro-funk que mira de reojo a los 80 pero evita sonar retro. El deFang, su último disco, del que brindó piezas como la voluptuosaHelp me. Arropado por tres músicos, sonó carnoso y comunicativo, y su repertorio incluyóLet's stay together, de Al Green, gracias al cual Tina Turner resucitó en los 80.

Pero las mayores aglomeraciones (sí, muchísimo guiri) se registraron en la plaza Reial, donde el tránsito se hizo difícil durante la actuación de Aloe Blacc. El californiano de origen panameño se marcó un raro batido de soul con fibras funk y contagio reggae (incluido un guiño aNo woman no cry) que cuajó, sobre todo, por su gancho escénico y el juego con la banda. Blacc lució voz con poso, exhibió su éxitoI need a dollar, mensaje muy compartido por la audiencia, e hizo deshowmanen diálogo tenso con su banda, al estilo de James Brown. De acuerdo, salvando distancias.

Y la avenida de la Catedral fue un remanso de paz con el canto andalusí de Javier Ruibal. Sin disco con material nuevo desde el 2005, el gaditano picoteó su clásicoPensión Triana(reeditado en versión de lujo) y las aromáticas estrofas deLa reina de África y Por tu amor me duele el aire con tres músicos, esta vez incluido un pianista que aportó sacudidas detumbaoafrocubano. Belleza sin ironías ni dobles fondos.